El asesinato de una docente en San Rafael provocó una polémica inédita en grupos de Whatsapp donde tomaron como un festejo que el asesino haya sido del establecimiento escolar donde asisten los alumnos que crearon el grupo “Anti Gordas”, en el que postearon el mensaje: “Merín 1 – Ebyma 0”, en referencia a los nombres de las escuelas donde daban clases el victimario y la víctima, respectivamente.
Afortunadamente, la gran mayoría de los alumnos de la escuela Merín salieron inmediatamente a repudiar la ocurrencia de tres chicos que no tendrían más de 16 años de edad.
Fue así como los propios padres solicitaron a las autoridades del colegio una sanción a los involucrados, que no pasó más que por pérdida de puntos, según trascendió.
Revuelo en San Rafael por estudiantes que crearon el grupo "anti gordas"
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El femicidio de Rocio Collado causó mucha conmoción en San Rafael.
El alumnado de la escuela escribió luego un mensaje, también por redes, donde pidieron disculpas, dieron a conocer los nombres de los compañeros de la inexcusable burla, y señalaron que “expresamos nuestro más profundo arrepentimiento y seguridad de que esto no volverá a repetirse”.
Aun cuando la situación alcanzó mayor trascendencia porque el mensaje circunscripto a ese grupo de Whatsapp fue puesto a conocimiento del resto de la comunidad por una viralización mediática, lo cierto es que generó polémica la situación porque también se expresaron aquellos que quisieron comprender que la edad de los menores refleja el grado de inconsciencia al momento de escribir el mensaje.
Pero fue una docente la que tal vez expresó más que una crítica, una reflexión que caló hondo entre alumnos y sus familias: “Mamá y papá, si uno de estos chicos es tu hijos, sé, como docente, que en este momento en tu casa pueden estar pasando dos cosas: que te sientas avergonzado y no sepas cómo tu hijo pudo participar de un acto tan cruel. O que estés intentando minimizar el hechop diciendo que son cosas de pibes, que no es para tanto”.
Tras lo cual invitó a los padres a “hablarles desde el amor, la empatía y el humanismo, más allá del castigo” y de que “también es hora de sentarse y hablar en familia, hablar de las prácticas machistas que han aparecido en la historia familiar y se han escondido bajo la alfombra, hablar de la gordofobia naturalizada, de cómo puede estar sufriendo el papá y la mamá de Rocío, de cómo sufrirías vos, si estuvieras en ese lugar”.
“De nada sirven los castigos, si no hay reflexión y amor antes”, concluyó en su mensaje la profesora.