El desayuno sigue siendo una de las comidas más estudiadas en nutrición. Estudios recientes sugieren que el momento en que el que rompemos el ayuno puede ser tan importante como su contenido. Desayunar temprano, antes de las 8:30 de la mañana, ayuda a mejorar el metabolismo y favorece un control más equilibrado del peso corporal.
El horario del desayuno y la salud
La ciencia muestra que el cuerpo responde mejor a los alimentos en las primeras horas del día. Nuestro reloj biológico, o ritmo circadiano, regula procesos como la digestión y el uso de la energía. Comer temprano sincroniza estas funciones y mejora la sensibilidad a la insulina, lo que permite procesar carbohidratos de manera más eficiente.
Un estudio citado por especialistas reveló que desayunar después de las 9:00 aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Esto refuerza la idea de que no solo importa qué comemos, sino también cuándo lo hacemos. En Mendoza y otras regiones de Argentina, donde muchas veces la cena se sirve tarde, ajustar los horarios puede ser un desafío cultural.
desayuno proteico
Un desayuno con proteínas, grasas saludables y fibra, garantiza más saciedad
Impacto en el control del peso
El momento del desayuno también influye en el peso corporal. Quienes comen más temprano tienden a manejar mejor la saciedad y el apetito. Esto se debe a que, con el paso de las horas, el metabolismo se vuelve menos eficiente y la energía se almacena con mayor facilidad en forma de grasa.
Entre las estrategias recomendadas se encuentran:
Cenar al menos dos horas antes de dormir.
Optar por un desayuno liviano si no hay hambre al despertar.
Priorizar proteínas, fibra y grasas saludables.
En ese sentido, mantener horarios consistentes para comer puede favorecer la reducción calórica total y ayudar a mejorar los niveles de glucosa y triglicéridos en sangre.
desayuno liviano
Si te cuesta ingerir alimentos por la mañana, quizás puedas optar por una versión liviana de desayuno
Qué hacer si no tenés hambre por la mañana
Muchas personas prefieren postergar el desayuno, sobre todo si cenaron tarde. Esto no siempre es negativo, salvo que derive en exceso de comida más adelante o en falta de energía. En esos casos, conviene ajustar el horario de la última comida y probar con opciones ligeras como yogur griego, huevo duro o un batido proteico.
Saltarse el desayuno, en cambio, puede encajar en esquemas como el ayuno intermitente. Sin embargo, las investigaciones sugieren que un patrón de alimentación más temprano ofrece beneficios metabólicos en la mayoría de los casos.
Saber a qué hora deberías desayunar es clave para mantener un metabolismo saludable. En general, hacerlo antes de las 8:30 mejora la digestión, la energía y el control del peso. Más allá del horario, lo importante es elegir alimentos nutritivos que combinan proteínas, fibra y grasas saludables, adaptando la rutina a los hábitos locales sin descuidar el bienestar. Y, por supuesto, ante dudas o para una alimentación más saludable, consultar a un nutricionista./Infobae.