La relación entre el Gobierno y el PRO se encuentra en su punto más crítico. La reciente tensión se agravó por el fallido proyecto de Ficha Limpia en la Cámara de Diputados y un encuentro suspendido entre el presidente Javier Milei y senadores del PRO. La falta de explicaciones sobre la cancelación del encuentro generó suspicacias y amplió la brecha entre ambas partes.
Desde el bloque del PRO, fuentes indicaron que la reunión había sido organizada por Luis Juez, pero fue suspendida sin aclaraciones sobre quién tomó la decisión. Esto alimentó las especulaciones en torno a las tensiones entre el expresidente Mauricio Macri y el mandatario, cuya relación está marcada por una mezcla de apoyo público y disputas por el poder.
El vínculo entre Macri y Milei ha sido complicado. Aunque Macri respaldó a Milei tras el balotaje, su apoyo ha estado condicionado, lo que no ha sido bien recibido por el entorno presidencial. La Casa Rosada busca un diálogo directo con sectores del PRO para avanzar en iniciativas legislativas, pero descarta un acuerdo institucional a corto plazo.
La estrategia oficialista apunta a coordinar listas en la provincia de Buenos Aires, pero rechaza alianzas a nivel nacional. En el PRO, la figura de Cristian Ritondo, jefe del bloque en Diputados, es clave en las negociaciones, aunque se afirma que no actúa sin el aval de Macri. Esto refleja la fuerte influencia del expresidente dentro del partido.
Dentro del PRO, las tensiones internas también son evidentes. Hay quienes afirman que Macri ha perdido influencia, citando casos como la falta de apoyo a sus pedidos de veto. A pesar de esto, figuras como Ritondo son consideradas aliados leales. El futuro de la relación entre el Gobierno y el PRO dependerá de los acontecimientos de las próximas semanas.