La Cámara de Diputados de la Nación Argentina formalizó su receso tras la conclusión del período de sesiones ordinarias, aguardando la decisión del Gobierno sobre convocar o no a sesiones extraordinarias. Este escenario llega después del fracaso en el tratamiento de Ficha Limpia, que generó tensiones entre el oficialismo y la oposición dialoguista, dejando al Congreso de la Nación Argentina en un limbo. Por el momento, la única actividad prevista es la sesión preparatoria del miércoles.
El Gobierno evalúa si cerrar la actividad legislativa hasta marzo o presentar un temario a piacere. En medio de estas especulaciones, el portavoz presidencial, Manuel Adorni, afirmó que el Ejecutivo respalda la idea de Ficha Limpia, pero evitó confirmar su inclusión en las extraordinarias. El proyecto aún está en análisis, lo que dificulta su tratamiento en el corto plazo.
La oposición exige debatir el proyecto de Presupuesto 2025, pero esta demanda parece quedar en segundo plano frente a los intereses del Gobierno. Las prioridades del Ejecutivo apuntan a la eliminación de las PASO y la reforma de la ley de partidos políticos. Este objetivo requiere acuerdos con sectores del peronismo, como Unión por la Patria, que no rechazan totalmente la propuesta, pero tampoco la apoyan de forma entusiasta.
Por otro lado, fuerzas opositoras como el Pro, la UCR y otras vinculadas a Juntos por el Cambio rechazan eliminar las PASO, pues consideran este mecanismo esencial para resolver conflictos internos en distritos clave. Desde estas agrupaciones, sospechan de un posible pacto entre Javier Milei y Cristina Kirchner, que incluiría la suspensión de Ficha Limpia, con el objetivo de polarizar la contienda política y debilitar al macrismo.
Argumentos del oficialismo y el riesgo político
El Gobierno niega rotundamente las acusaciones de un pacto y argumenta que la eliminación de las PASO permitiría un ahorro económico significativo para el país. Desde su perspectiva, las primarias representan una "gran encuesta nacional" con costos innecesarios para la sociedad y una injerencia indebida del Estado en los asuntos internos de los partidos.
A pesar de estos argumentos, el oficialismo reconoce el alto riesgo político que implica intentar eliminar las PASO, dada la resistencia opositora. Tal movimiento podría ser un salto al vacío con resultados adversos, obligando al Gobierno a medir cuidadosamente los costos antes de proceder.
En caso de no avanzar con la reforma, el Ejecutivo podría recurrir al principio de revelación, una estrategia para criticar a la oposición por aferrarse a privilegios políticos. Esta narrativa, que ha sido efectiva en el pasado, podría posicionar al oficialismo como defensor de los intereses del pueblo frente a una oposición estancada en el conservadurismo político.