La posible desinversión de Supermercados Carrefour Argentina ingresó en su fase crucial. Con cerca de 700 sucursales y un plantel que supera los 17.000 empleados, la venta de la filial local del gigante francés se ubica como una de las operaciones más significativas del sector minorista nacional en los últimos años.
La posible venta de la operación de la cadena francesa no solo reconfigurará el mapa del consumo, sino que también debería ser escrutada por los organismos regulatorios ante el riesgo inminente de una concentración de mercado con pocos antecedentes en el mercado local y mundial.
Tras una primera ronda que arrojó siete ofertas no vinculantes (como ya contó Sitio Andino) el proceso se ha decantado hacia cuatro firmes aspirantes que ahora tienen acceso a la revisión de balances y negociaciones directas. Entre los contendientes seleccionados se destacan actores locales de peso como Coto y Changomas (propiedad del grupo GDN de Francisco de Narváez), el grupo chileno Cencosud (dueños en Argentina de Disco y Vea) y el fondo estadounidense Klaff Realty, con intereses en el sector supermercadista de Uruguay.
Estrategia Global versus Contexto Local
La decisión de Carrefour de buscar activamente un comprador, o en su defecto un socio, se entiende primariamente como una respuesta a factores internos de la corporación, pero amplificados por el complejo entorno económico argentino.
Carlos Elizondo, especialista en consumo y director de la carrera de Comercialización en la Universidad de Morón, aseguró recientemente a Newsweek que esta retirada responde a la baja rentabilidad, la fuerte contracción del consumo y, crucialmente, a un cambio en la estrategia global del grupo francés, que busca desligarse de negocios de menor atractivo comercial. Carrefour pretende reconvertir su cartera y centrarse en mercados más estables y rentables, manteniendo a Francia, España e incluso Brasil como su "core" de negocios.
Obstáculos en el mercado argentino
El contexto argentino, caracterizado por cepos cambiarios, dificultades para girar dividendos, alta carga impositiva y falta de previsibilidad, ha complicado históricamente la atracción de inversores extranjeros.
La salida de Carrefour se inscribe en una tendencia mayor: más de 80 multinacionales han abandonado el país desde la pandemia de 2020, incluyendo pesos pesados como ExxonMobil, HSBC y P&G. La mayoría de estos activos han terminado en manos de grupos locales, lo que subraya la oportunidad estratégica que esta coyuntura presenta para los jugadores nacionales.
image
Si finalmente el elegido es Cencosud se produciría una fuerte concentración en el sector de los supermercados minoristas de la Argentina.
El dilema de la concentración del consumo
Independientemente del comprador final, la operación debería plantear, por lo menos, un detallado análisis de las autoridades de Defensa de la Competencia. Si bien Carrefour continúa reforzando su presencia hasta el cierre (recientemente adquirió la cadena mendocina Super A, prepara apertura en Neuquén y lanzó una nueva billetera digital), el foco analítico recae en la posibilidad de una fusión que genere un actor dominante.
Riesgos para la competencia y el consumidor
Si Cencosud resultara ganador, se produciría una fuerte concentración en el retail argentino. Cencosud, que ya maneja formatos como Jumbo, Disco y Vea, y recientemente adquirió Makro, vería en Carrefour una oportunidad para consolidar su escala, generar sinergias operativas y logísticas, y adquirir un gran competidor a un "precio devaluado". Esta expansión le permitiría incrementar su poder de negociación con proveedores y mejorar la eficiencia.
Elizondo destaca que esta dominancia traería consecuencias directas. En el corto plazo, se anticipa que la competencia (incluyendo a Coto y Changomas, que también buscan incrementar volumen) se vería obligada a reaccionar con políticas comerciales agresivas. Esto podría desencadenar una guerra de precios que los supermercados de barrio y los formatos chinos difícilmente podrían sostener. Si bien a corto plazo el consumidor podría beneficiarse de las promociones, la falta de competencia efectiva en el mediano y largo plazo podría resultar en una reducción de marcas y un aumento generalizado de precios.