La Cumbre de Minería fue testigo de una charla exquisita y única de la industria en el Perú
Roque Benavidez, presidente de Compañía de Minas Buenaventura de Perú dio una verdadera clase magistral sobre la minería y todas las etapas de la actividad.
La Cumbre de Minería fue testigo de una charla exquisita y única de la industria en el Perú.
El panel de Oportunidades para la Exploración en Mendoza, dentro de la Cumbre de Minería Sostenible, se transformó en una clase magistral sobre lo que significa una empresa minera latinoamericana con proyección internacional, de la mano de Roque Benavides, presidente de Minas Buenaventura de Perú.
Benavides no solo desplegó su conocimiento empresarial minero, el sobrino nieto político del expresidente Óscar Benavides, también demostró ser un verdadero gentleman de la sociedad peruana, una característica que exhibe sin tapujos sobre el escenario.
Benavides (que además es nieto del exvicepresidente Eduardo Ganoza y Ganoza, y sobrino nieto de Víctor Raúl Haya de la Torre) agradable al hablar, respetuoso con los anfitriones y con un manejo envidiable de la oratoria y del español, convirtió su exposición -de casi una hora sin pausas- en un verdadero stand-up sobre la historia de Buenaventura (su compañía con 71 años de historia), la minería en Perú y las oportunidades que Mendoza podría aprovechar.
La visión sobre Mendoza y su futuro minero
Su didáctica y atractiva presentación comenzó ni bien tomó el micrófono: “Cuando me llamó la ministra de Minas (refiriéndose a Jimena Latorre) para invitarme a disertar aquí, le dije: ‘Pero ustedes son antimineros. ¿De qué quieren hablar conmigo?’” disparó, provocador. Luego contó que la ministra le explicó la decisión de Mendoza de avanzar en la minería, inspirándose en los ejemplos de sus vecinos Chile y San Juan.
Benavides añadió su experiencia sobre lo que observó en Salta, calificándola como un verdadero emporio de la industria minera debido a su crecimiento exponencial. Recordó que, hace 30 años, cuando visitó por primera vez San Juan, esta era “la provincia pobre”, y ahora es mirada con envidia.“La industria minera tiene la posibilidad y oportunidad de contribuir al desarrollo de los mendocinos”, afirmó.
Benavides destacó que la exploración minera es “la investigación de nuestras entrañas” y se preguntó qué puede haber de malo en investigar para promover el desarrollo de las sociedades.
El empresario subrayó reiteradamente los altos estándares de la industria y remarcó que los propios mercados exigen cumplir con normas de sostenibilidad, transparencia y responsabilidad. Además, mencionó que, en Buenaventura, donde trabajan más de 1,500 personas, más del 64 % de los empleados son originarios de las regiones donde se encuentran los proyectos. También mostró el trabajo que realizan con el agua, un recurso clave.
Un dato poco conocido por el público en general, destacó, es que más del 90 % de las aguas de lluvia y deshielo de la cordillera no escurren hacia el Pacífico, sino hacia el Atlántico.“En Perú también tenemos problemas con el agua”, señaló. “Por eso contribuimos construyendo reservorios para preservar las aguas de lluvia, que no solo se utilizan en la minería, sino también en la agricultura y ganadería de la zona.”
El rol de las inversiones en minería
Benavides enfatizó que hay que invertir para buscar. “No hay otro secreto en un mundo donde las inversiones son muy grandes”. Como ejemplo, mencionó el recientemente inaugurado puerto de Chancay, que requirió una inversión de 1,300 millones de dólares, y destacó que Buenaventura ha llegado a invertir hasta 5,000 millones en algunos de sus proyectos.
En otro momento picante de su charla, dijo: “Estamos muy orgullosos de esa inversión. Que se pongan las pilas los gringos y vengan a invertir. Si se molestan porque tratamos con los chinos, que vengan. Tenemos que tratar con todos”. Añadió que el centro de la economía mundial ha cambiado del Atlántico Norte al Pacífico. “Por el canal de Panamá pasan buques de hasta 60,000 toneladas, pero el puerto de Chancay puede recibir barcos de hasta 200,000 toneladas”. Asimismo, resaltó que la minería peruana exporta por 45,000 millones de dólares, mientras que el complejo agropecuario alcanza los 10,000 millones.
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Roque Benavides durante su disertación, una verdadera clase magistral de minería.
La responsabilidad social compartida: un concepto clave
Benavides introdujo una discusión que está ganando espacio en la industria y en los Estados: la responsabilidad social compartida. Este concepto de nueva generación plantea que las empresas deben asumir sus responsabilidades; las ONG no pueden proporcionar información falsa o inventada; las iglesias no deben ideologizarse; las comunidades deben involucrarse y capacitarse; y el Estado debe cumplir con su función.
Finalmente, llamó a un diálogo constructivo respetando la ley y recordó, para cerrar, la frase que define a su empresa: “La exploración es la base de la minería y es la esencia de Buenaventura.”
El cierre a cargo de Cerro Amarillo
El panel fue cerrado por el empresario mendocino Emiliano Gatti, uno de los inversores de Cerro Amarillo, la primera empresa en explorar en Mendoza en 17 años. Gatti destacó el compromiso de la gestión actual de Mendoza y se sumó a los conceptos de responsabilidad compartida, recordando que, a los 10 días de comenzar a trabajar en el campo, recibieron una denuncia completamente infundada por parte de grupos antimineros.
Gatti también resaltó el cambio de clima y gestión que evitó que esa denuncia sin fundamentos paralizara el trabajo. Subrayó que se percibe una reacción positiva entre los empresarios, con varios mendocinos interesados en invertir.
“Vengo de otra industria y descubrí que el cuidado de la comunidad y del ambiente por parte de la minería llega a niveles que yo no conocía”, concluyó.