Precios y Producción

Carne: se agranda la brecha de precios entre el productor y el mostrador

A pesar de valores estables en la hacienda la carne al consumidor sube de precio ampliando la brecha. Importaciones récord desde Brasil presionan al mercado.

Por Marcelo López Álvarez

Entre mayo y julio, el precio de la hacienda mostró una estabilidad inusual. Tomando como referencia los valores medios de las categorías típicas de consumo en el Mercado de Cañuelas, los promedios semanales se mantuvieron dentro de una banda muy estrecha; sin embargo, en el mostrador la carne mostró una tendencia al alza significativa.

El precio minorista evidenció un incremento progresivo a lo largo de las 13 semanas observadas, con una relación que pasó de 0,96 en mayo a 1,01-1,02 en julio.

De esta manera, la brecha entre el valor de la hacienda y el precio final al consumidor alcanzó un máximo en la primera quincena de junio, cuando la carne se ubicó alrededor de un 20% por encima de su relación de equilibrio histórica. Luego, la diferencia se redujo hasta el 15% en la tercera semana de julio, último dato disponible. El comportamiento sugiere que finalmente no hay teorema de economista austriaco que valga y el mercado interno termina convalidando precios más altos por factores culturales y, sobre todo, por la desproporción de fuerzas entre los formadores de precios y el consumidor.

Carne: Variaciones por cortes y categorías

De acuerdo con el relevamiento del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en julio de 2025 los precios de los distintos cortes de carne vacuna subieron, en promedio, un 1,4% respecto de junio. En los primeros siete meses del año acumularon un alza del 31,2% y un 58,2% interanual.

En el mismo mes, el pollo fresco registró un incremento del 4,4% mensual, acumulando un 25,05% en el año y un 51,7% en doce meses. El pechito de cerdo, en cambio, mostró una leve baja mensual del 0,4%, aunque mantiene una suba acumulada del 8% en el año y del 57,9% interanual.

Las variaciones también difieren según el nivel socioeconómico de las zonas relevadas. En los barrios de ingresos altos, la carne vacuna subió un 3%; en los de nivel medio, un 1,5%; y en los de menor poder adquisitivo, apenas un 0,3%.

En cuanto a categorías, los incrementos mensuales fueron moderados: novillito (1,3%), novillo (1,1%) y vaquillona/ternera (1,06%). El promedio general de la categoría liviana de consumo minorista fue del 1,3%.

Diferencias por canal de venta

Por tipo de comercio, las carnicerías y los supermercados exhibieron un incremento similar, del 1,3% en julio respecto del mes anterior. Entre los cortes con mayores subas se destacaron la falda (3,1%), la picada común y la carnaza común (2,9%), y el peceto (2,6%). En el otro extremo, la nalga apenas aumentó un 0,18%, y algunos cortes incluso bajaron: matambre (-1,5%), asado de tira (-0,13%) y cuadril (-0,12%).

En supermercados, algunos cortes premium como el lomo (2.706 pesos, +15,3%) y la colita de cuadril (865 pesos, +0,5%) resultaron más caros que en carnicerías, mientras que el asado (1.777 pesos, +14,9%), la falda (2.541,9 pesos, +32%), la picada común (2.385,7 pesos, +31,8%), el peceto (346,7 pesos, +2,2%) y la carnaza común (2.027,9 pesos, +22%) fueron más baratos en las grandes cadenas.

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Los precios de la carne en el mostrador crecen y se agranda la brecha con lo que se paga la hacienda al productor

Los precios de la carne en el mostrador crecen y se agranda la brecha con lo que se paga la hacienda al productor

El factor externo: importaciones récord desde Brasil

En el plano internacional, la Argentina experimentó un salto inédito en sus importaciones de carne vacuna desde Brasil, que aumentaron un 4.200% interanual. Entre enero y junio se registró un promedio mensual de 1.033 toneladas métricas, frente a apenas 24 toneladas en el mismo período de 2024, el volumen más alto para un primer semestre desde 1997, según datos oficiales brasileños.

Bloomberg informó que las importaciones totales de carne de res se encuentran en su nivel más alto desde 2019. En junio, el precio de la carne en el área metropolitana de Buenos Aires fue un 53% mayor que un año atrás, superando ampliamente la inflación general del 39%.

Si bien las compras externas representan un volumen marginal en comparación con las 250.000 toneladas mensuales que produce el país, su incremento es un indicador de los efectos combinados de la apertura importadora y el atraso cambiario.

La apreciación del peso en términos de dólar ha abierto la puerta a la entrada de carne brasileña a precios competitivos, aunque en operaciones puntuales y de escala reducida.

Las plantas frigoríficas argentinas, que pagan el ganado en pesos, llegaron a desembolsar este año el equivalente a casi cinco dólares por kilo de novillo. El grueso de las exportaciones nacionales -valuadas en unos 3.400 millones de dólares en 2024- se destina a China.

Sin embargo, la reciente decisión del presidente estadounidense Donald Trump de aplicar un arancel del 50% a la carne brasileña podría derivar en una mayor competencia en el mercado chino, ya que los excedentes de Brasil buscarían colocarse en ese destino, presionando a la baja los precios internacionales y obligando a renegociar contratos.

Un mercado en transición

El escenario que enfrenta la cadena cárnica argentina combina estabilidad en el precio de la hacienda, aumentos sostenidos en el mostrador y un contexto internacional que empieza a mostrar señales de cambio. La aceptación del consumidor local a niveles de precios más altos, sumada a la apertura de las importaciones y la volatilidad del comercio global, configuran un panorama que, de sostenerse, obligará a los distintos eslabones de la cadena a adaptarse con rapidez.

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