Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas de esta última fecha de celebración cayeron en cinco rubros principales. U no de ellos fue el de Librería, donde si bien se registró una baja del 1% en comparación con el 2023, ese mismo año este fue “el sector con resultados más pobres para esta fecha".
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En este sentido, Cristian Arenas, dueño de Ludditas Librería -situada en San Juan 1014 de Ciudad- precisó que la caída en las ventas es “es una situación que afecta a todo el sector”. “Los libros han dejado de ser un consumo prioritario. Si bien se vende, no es como antes”, explica. Asimismo, precisó en diálogo con Sitio Andino, que al hacer comparativas con el año pasado, hoy los libros salen dos o tres veces más.
“No hemos tenido una inflación del 300% para que el libro pase a valer eso”, expresa.
El alto valor del papel ilustración y el oligopolio de las empresas papeleras
Desde el 2023 se suma otra problemática al sector, el elevado costo del papel ilustración. En un reclamo realizado por la Cámara Argentina del Libro (CAL), se apunta contra dos de los actores principales en este ámbito: Ledesma y Celulosa Argentina.
“Este oligopolio fija precios altísimos en función de los valores internacionales y los costos de importación. Internacionalmente, la tonelada de papel ilustración se paga en torno a los USD 1500, estas empresas nos lo venden a USD 6000, a quienes pueden acceder a comprarlo directamente y quienes requieren un intermediario más, pagan alrededor de USD 7000”, manifestó aquella vez la entidad, entre tortas precisiones.
A este medio, Arenas explicó que el valor de un libro -que actualmente ronda los $20.000- está compuesto por diversos eslabones que van incrementando desde la producción hasta la llegada del libro a las librerías. "Lo que ha pasado este último tiempo es que el papel que necesitan las editoriales para imprimir y editar está muy caro. Los aumentos, sobre todo en febrero y marzo, fueron casi del 100%”, destaca.
Asimismo, Arenas precisó otro problema que enfrenta el rubro de Mendoza: “En una provincia donde el sector que lee no es masivo como puede ser en Capital Federal o en Rosario, hay una oferta de librerías muy grande para la cantidad de gente que lee. A eso hay que sumarle que hay una competencia desleal respecto de las cadenas con las librerías independientes”.
La ley de Defensa de la Actividad Librera, otra posible víctima de la motosierra
Si bien en Argentina la Ley 25.542 determina que los editores deben establecer el precio único de los libros y que este debe ser respetado por todos los vendedores, esto podría modificarse en cualquier momento. En su DNU, Javier Milei ya había dejado en claro su intención de derogarla y, a mediados de julio, Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, reiteró en diálogo con La Nación que este es un tema “que de una manera u otra” el Gobierno va a abordar.
“Esta ley es un logro muy importante de hace 20 años atrás. Hoy Milei la quiere dar de baja porque eso garantiza la igualdad de competencia entre todas las librerías”, denuncia Arenas. En rigor, el librero precisa que, bajo esta normativa, las grandes cadenas deben adoptar el precio único al igual que las librerías independientes.
Sin embargo, las cadenas “tienen un mayor porcentaje de descuento con respecto a las editoriales, entonces en eso pueden hacer tarjetas de puntos, fidelizar clientes, cosa que las librerías independientes no lo pueden hacer”.
Y agrega: “Con la derogación de esta ley -que también reconoce al librero como un oficio y no como un vendedor más-, y con el volumen de venta que tienen las cadenas, pueden bajar los precios para eliminar la competencia. Una vez que hacen esto, monopolizan y manejan los precios que fijen entre ellas”.
“Tal vez no tendrán tanta ganancia al principio, pero una vez que las otras librerías cierran, ellos manejan los precios discrecionalmente”, completa.
Tecnología y literatura: leer en PDF o en papel, esa es la cuestión
En su Informe de Producción del Libro Argentino 2023, la CAL da cuenta de que los libros en formato papel aún siguen siendo los más elegidos por los argentinos, pero los ejemplares digitales vienen marcando la cancha progresivamente.
“El libro digital mostró un crecimiento que pasa del 8% y 10% en 2013 y 2017 al 20% y 22% en 2022 y 2023 respectivamente”, detalla el documento. Asimismo, resaltan que un estudio realizado por Sistema de Información Cultural Argentino (SINCA) reveló que el celular es el dispositivo de lectura más elegido, especialmente por adolescentes, jóvenes y por la población de nivel socioeconómico alto.
En la pandemia, época en que el sector librero y editorial se vio afectado -al igual que otros comercios- por la imposibilidad de realizar transacciones presenciales, muchos lectores se inclinaron a la lectura en formato digital.
Por qué leen, o no, los mendocinos
La inclinación a leer en dispositivos digitales o en optar por libros usados -los cuales pueden conseguirse a partir de $2.000 o $5.000- tiene su correlato en la crisis económica que atraviesa el país. Según Cristian, para garantizar el acceso a producciones literarias y fomentar la lectura debe haber un cambio que “va más en lo estructural que en el sector en sí”.
“Hoy la gente no lee porque tenemos una pobreza del 70% en el país, entonces es muy difícil que alguien esté dispuesto a comprar un libro cuando su salario alcanza para lo justo. Encima a todo eso se le suman las boletas de gas, agua, los alquileres, la nafta, el transporte público… un montón de cuestiones que condicionan más allá de que los libros estén caros o no”, completa.
“Yo creo que esto es una cuestión más estructural porque, cuando fue el boom de las editoriales nacionales que comenzó entre el 2005 y el 2008, y que se triplicó en 2012 o 2013, el consumo de libros era mucho más amplio que en este momento.
Mujeres del terror y feminismo: los libros más elegidos en las librerías de Mendoza
Pese al contexto actual, la pasión por la lectura aún sigue prevaleciendo en muchos mendocinos que buscan, de una forma u otra, poder acceder a aquellas historias que invitan a viajar, reflexionar, entender a uno mismo y su entorno, entretenerse o, por qué no, asustar.
En este sentido, algunas de las obras más solicitadas en las librerías independientes son las historias que, en el pasado, quedaron ocultas por las escritas por autores masculinos. “Desde hace unos 4 o 5 años hay un boom de escritoras argentinas que están siendo, ya no solamente acá en el país, sino en el mundo, muy reconocidas. Entre ellas están Mariana Enriquez, Samantha Schweblin, Dolores Reyes o Selva Almada, que son varias escritoras que hoy se están constituyendo casi en un género. Eso es lo que más se vende”, precisa Cristian.
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Y explica que el motivo detrás de ese interés “está influenciado por el contexto social en el que vivimos, por lo menos hasta este tiempo, con el feminismo y con el rescate de muchas escritoras que habían quedado tapadas por escritores varones de los años 80 o 90”.
Asimismo, muchos lectores mendocinos se adentran en los variados catálogos de ensayos o no ficción. “Hay clientes que nos acompañan desde que abrimos y, por lo general, lo que más se lee en la parte de no ficción es de acuerdo a los catálogos que tienen las diferentes editoriales, como Caja Negra, Siglo XXI o Fondo de Cultura”, comenta.
Y concluye: “En Ludditas tenemos muy poco de autoayuda aunque sabemos que es un género que se lee bastante”.
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