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Elecciones 2023: las claves para entender el balotaje en Argentina

Este mecanismo ha sido utilizado en el país desde 1994 y desempeña un papel crucial para asegurar la elección de un candidato con respaldo mayoritario.

Este es un año electoral en Argentina. En la Provincia de Mendoz se llevarán a cabo las eleciciones generales este 24 de septiembre. Y restan las elecciones 2023 nacionales el 22 de octubre, cuando se eligirá presidente y vicepresidente, e incluso gobernadores en algunas provincias. En el contexto político argentino, el "balotaje" emerge como un concepto central en las elecciones presidenciales y ejecutivas. Es un mecanismo diseñado para asegurar la elección de un candidato con un respaldo mayoritario, ha sido utilizado en el país desde 1994 y desempeña un papel crucial en el proceso electoral. Aquí, desglosamos qué es el balotaje, cómo funciona y cuál es el papel de los ciudadanos en caso de su aplicación.

El balotaje es un sistema electoral que se activa cuando ningún candidato obtiene más del 50% de los votos válidos en la primera vuelta. En lugar de proclamar a un ganador, se realiza una segunda vuelta entre los dos candidatos con mayor cantidad de votos. Esta segunda instancia permite a los votantes elegir entre las opciones más votadas y garantiza que el ganador cuente con un apoyo mayoritario.

En Argentina, el método de balotaje fue establecido por primera vez por la Junta de Comandantes de la dictadura autodenominada Revolución Argentina mediante el Estatuto Fundamental Temporario de 1972 (EFT) y la Ley N.º 19.862. El EFT también estableció el voto directo para senadores, pero a diferencia de la elección presidencial no utilizó la expresión "mayoría absoluta", limitándose a establecer que a la "mayoría" le corresponden dos de los tres senadores por cada provincia, y a la "primera minoría", el restante.

La reforma constitucional de 1994 (art.s 94 a 98) incluyó el método de balotaje, denominado “segunda vuelta electoral”, para la elección presidencial exclusivamente. Otros distritos adoptaron el mismo sistema más tarde. El sistema electoral aprobado establece que, para ser presidente, el candidato más votado debe obtener al menos el 45% de los votos afirmativos (no cuentan los votos en blanco), o más del 40% con una diferencia de diez puntos porcentuales con el segundo candidato más votado. Si eso no sucede, se debe realizar una segunda vuelta o balotaje, entre los dos candidatos más votados. Resultará elegido presidente el más votado de los dos.

Este método ha estado en vigor durante las elecciones presidenciales realizadas a partir de 1995, ocasión en la que Carlos Menem, del Partido Justicialista, consiguió la victoria con un 49,94% de los votos, y fue reelecto sin necesitar una segunda vuelta electoral. En la elección de 2003 el candidato más votado fue nuevamente Carlos Menem, con 24,45% siendo el segundo Néstor Kirchner, quien había obtenido 22,24%. En consecuencia debía realizarse una segunda vuelta electoral. Sin embargo, Menem renunció a su candidatura y Kirchner fue así declarado presidente.

En las elecciones de 2015, el candidato más votado fue Daniel Scioli con 37,08%. Por los requisitos constitucionales, debió realizarse un balotaje con quien salió segundo, Mauricio Macri (34,15%). El balotaje fue ganado por Macri quien obtuvo el 51,34% de los votos, contra el 48,66% de Scioli.

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Elecciones 2023: las claves para entender el balotaje en Argentina

Elecciones 2023: las claves para entender el balotaje en Argentina

Las claves para entender cómo actuar en caso de balotaje

Seguir Informados: Los ciudadanos deben estar al tanto de los resultados de la primera vuelta y los candidatos que avanzan al balotaje. Esto les permitirá tomar decisiones informadas en la segunda ronda.

Evaluar Propuestas: En la segunda vuelta, los candidatos a menudo ajustan sus estrategias y presentan propuestas más específicas. Los votantes deben evaluar estas propuestas y considerar cuál se alinea mejor con sus valores y necesidades.

Comparar Alternativas: Es esencial comparar las opciones en disputa. Los ciudadanos deben reflexionar sobre las propuestas, la trayectoria de los candidatos y su visión para el país.

Participar Activamente: Aunque es la segunda vuelta, la participación ciudadana sigue siendo vital. Cada voto cuenta para definir el resultado y elegir al próximo líder ejecutivo.

Desde su primera implementación en 1995, ha sido un componente esencial de las elecciones. Los ciudadanos desempeñan un papel crucial en el balotaje, debiendo mantenerse informados, evaluar propuestas, comparar alternativas y participar activamente. Con su participación consciente, los ciudadanos contribuyen a definir el futuro político del país.

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