El cuerpo de Franco Tapia (29), el joven desaparecido en San Rafael desde el 4 de octubre, fue hallado este domingo sin vida en el interior de un canal de riego en el distrito Rama Caída. Por su desaparición hay una persona detenida.
Fue encontrado por unas niñas que jugaban junto a un canal de riego en Rama Caída. Estaba en avanzado estado de descomposición. Sus familiares lo reconocieron.
El cuerpo de Franco Tapia (29), el joven desaparecido en San Rafael desde el 4 de octubre, fue hallado este domingo sin vida en el interior de un canal de riego en el distrito Rama Caída. Por su desaparición hay una persona detenida.
La identidad fue confirmada a Sitio Andino por la fiscal a cargo de la investigación, Andrea Rossi, quien reveló que tanto la madre como una de las hermanas del muchacho identificaron el cadáver, que se encontraba en avanzado estado de descomposición.
Los restos de Tapia fueron encontrados esta tarde en un canal de riego sobre Callejón La Hortensia por un grupo de niñas que residen en una vivienda de una finca de la zona. Según relataron sus tutores, tras almorzar, las nenas salieron a jugar y regresaron tiempo después al hogar, relatando que “había un muñeco en el agua”.
También podés leer: Detuvieron a una mujer que confesó el homicidio de un hombre en San Rafael
Los familiares advirtieron que se trataba del cadáver de una persona, que yacía debajo de un puente y sus extremidades hacia el agua.
Según supo este medio, el agua se largó el pasado viernes en ese cauce, aunque recién este domingo apareció el cuerpo de Tapia.
Respecto a las causales del fallecimiento, la fiscal Rossi indicó que aguardará los resultados del informe del Cuerpo Médico Forense para determinarlas. El análisis será clave para la calificación del hecho que hasta hoy encuadraba como “averiguación paradero”. El cuerpo del joven tenía su ropa y zapatillas aún puestas.
La búsqueda de Franco Tapia llevó a la sorpresa del posible encubrimiento por parte de un efectivo policial y a la sospecha cada vez más firme de que la única persona detenida podría haber participado directamente de lo que sería un homicidio.
Se trata de Javier Mañas, conocido como “el cordobés”, a quien varios señalaron como presunto autor de un crimen y a quien le encontraron en el interior de su vehículo varias manchas de sangre, que están siendo cotejadas con muestras de saliva de los familiares de Tapia.
La tarea de búsqueda ha dado sorpresas y explicaciones inverosímiles. Por ejemplo: que el mismo día que fueron a buscar el vehículo donde se dijo que pudo haber estado como pasajero Franco, los policías se encontraron con un camarada usando una aspiradora en el interior del rodado.
Ante la pregunta de qué estaba haciendo limpiando un auto sospechado de un hecho delictivo, el policía sólo dijo que a él solían llamarlo para esa tarea. La fiscal ordenó, luego, allanarle el domicilio al funcionario de seguridad y llevarlo a prestar declaración que refleje con certeza qué tipo de tareas hacía en el automóvil Clio y, fundamentalmente, por qué.
Pero no deja de ser un dato menor que ese policía supo estar en la Unidad Investigativa, especialmente en delitos tecnológicos, por lo que su eventual colaboración con el sospechoso, quizá impida conocer mayores detalles de los aparatos electrónicos que les secuestraron a ambos. Es de esperar que esa pericia no sea encomendada a sus excompañeros de trabajo en la fuerza.
A ese vehículo se llegó porque alguien informó que la última vez que estuvo visible Franco, compartió un encuentro donde participaban el propietario del automóvil, la pareja del desaparecido y un familiar de esta. De ese cuarteto, el sospechado de homicidio, como ha sido imputado ya formalmente, fue Mañas por las señaladas manchas hemáticas que en abundancia tenía en su auto.
La toma de declaraciones al numeroso número de conocidos, tampoco ha dado muchas pistas. Pero un dato va surgiendo con claridad: el sospechoso es meticuloso, tiene contactos y movimientos que lo muestran muy conocido tanto en barriadas y asentamientos de gente humilde, como en sectores sociales más acomodados; a la vez que reflejan una sagacidad y astucia reconocida por esos testigos.