El gran Salvador Chava Rodríguez, uno de los grandes relatores del boxeo Latinoamérica patentó una maravillosa frase en medio de los combates “No es lo mismo llamar al león que verlo venir” y esta vez el famoso león Javier Milei de tanto llamarlo vio venir a uno de verdad que se lo comió.
El fracaso de ayer se venía oliendo desde el fin de semana o quizás desde antes a partir del comportamiento del oficialismo y sobre todo de la cabeza del gobierno. Los hermanos Milei son los principales responsables y auspiciantes de un discurso extendido en su funcionarios y seguidores que la mayoría de votos obtenida, recién en el ballotage, le da derecho a sobrepasar cualquier límite democrático y constitucional.
Los hermanos Milei y gran parte de sus funcionarios, empleados y seguidores carecen de toda educación cívica y de conocimientos del funcionamiento del sistema republicano y político en la Argentina y en las naciones civilizadas.
El posteo enojado de Javier Milei desde Israel cuando se enteró del fracaso (que es más atribuible a sus legisladores y a él y su hermana que a la oposición) es la fiel muestra de su confusión política y representativa.
La casta se puso en contra del cambio que los argentinos votamos en las urnas.
Sabemos que no va a ser fácil cambiar un sistema donde los políticos se hicieron ricos a costa de los argentinos que se levantan todos los días a trabajar.
Debería comprender el oficialismo que en la primera ronda electoral el 70 por ciento del electorado eligió algún tipo de cambio pero no extremo como el que plantea, sino con matices bastante alejados. Es más la opción que triunfó en la primera vuelta plantea un cambio pero con una dosis de continuidad importante.
En un sistema democrático los legisladores que se eligen en esa primera vuelta electoral tienen exactamente la misma legitimidad que la del presidente y su mandato es respetar la voluntad de sus votantes, no los deseos, ideas o caprichos del presidente.
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Javier Milei completo el ciclo de su primera derrota. El proyecto de Ley ómnibus volvió a comisiones. Martín Menem en la mira.
El ataque a los legisladores que representan a sus votantes por parte del presidente y sus seguidores es tan inentendible como el ataque a los gobernadores que fueron votados por los ciudadanos de cada provincia y obviamente tienen quizás aún mayor legitimidad que el presidente porque no necesitaron de una pan y queso electoral para llegar a su cargo.
Pero no solo eso, nadie podría decir (excepto los Hermanos Milei y su secta de seguidores) que los gobernadores de Juntos por el Cambio y los legisladores bautizados de dialoguistas o colaboracionistas no hicieron hasta los imposible, casi al borde del ridículo, para que la ley saliera.
Las intervenciones de Emilio Monzó, Miguel Angel Pichetto, Cristian Ritondo y hasta el propio jefe de la bancada de UxP Germán Martínez desde sus bancas para tratar de ordenarle la sesión a un imberbe Martín Menem daban vergüenza ajena.
Situación que se completó a la noche en los estudios de La Nación + cuando el presidente del bloque de LLA, Oscar Zago, confesaba que no sabían que al pedir que se vuelva a Comisión se perdía todo lo aprobado hasta ese momento y había que empezar de cero. Más improvisado no se consigue.
Y ahora qué hará Javier Milei
Se abre una etapa llena de interrogantes y senderos peligrosos dada la inestabilidad emocional y política de los hermanos Milei. El presidente que desestabilizado y se comprobó anoche mismo cuando se largo a sus aventuras en redes sociales y megusteo el insulto inclasificable del tuitero pago 'Beto' Mendeleiev
Del posteo en la red X y el comunicado de la oficina presidencial se puede oler que el llamado a un plebiscito no vinculante (que es lo único que permite la Constitución) está a uno o dos pasos.
El problema es que el gobierno legítimo de Javier Milei pierde credibilidad a pasos acelerados y sumado a su inestabilidad las puertas al Averno quedan entreabiertas.
En las próximas horas se tejerán miles de especulaciones pero una cosa está muy clara: el naufragio de la ley es 100 por ciento responsabilidad del oficialismo por su incapacidad e improvisación política.
Queda un camino que nadie sabe cómo se resolverá, el DNU que está vigente y que le da a Milei muchas de las facilidades que no puede hacer pasar por el Congreso. En los próximos días el super decreto deberá ser tratado por la Corte que habrá que ver qué lectura hace de lo que pasó hasta aquí. De su decisión deparará gran parte del futuro de Javier Milei y su gobierno.
Como dijo el colega Cristian Ortega ayer en la red X, si no viviéramos acá sería un lindo entuerto político para analizar y ver de lejos.