Arde Avellaneda. Las palabras retumban, no tienen filtro, se presentan como un firme acto acusatorio que distancian. La crítica situación de Independiente en la tabla de los promedios y las derivaciones del triunfo de Quilmes, que también pelea por mantener la categoría, sobre Racing, detonó la polémica, fomentó un peligroso fuego cruzado, crispó los ánimos. Las imputaciones y las sospechas del presidente Javier Cantero por el desempeño de la Academia y la respuesta desde la vereda de enfrente del vicepresidente Rodolfo Molina alimentan un riesgoso juego, donde el folklore quedó sepultado por las suspicacias y en el que la principal víctima resulta la credibilidad.
"Hay algunas cosas de las que no se vuelve, estamos tirando por la borda la esencia del fútbol y eso genera violencia. Eso no es el folklore del fútbol, eso es jugar para atrás, eso es cobrar para perder. Quiero decir que por no poner una pierna fuerte ya se han manchado instituciones, carreras de futbolistas y de entrenadores. Hablo de las hinchadas que han cantado los goles contrarios y de los equipos que viéndolos en la cancha han deambulado", lanzó enfurecido Cantero, en diálogo con radio Continental.
La desconfianza del presidente se concentra en la actuación de su archirrival que, al perder como anhelaban muchos simpatizantes de Racing, oxigenó a Quilmes y le puso las cosas más difíciles al Diablo, que tampoco se ayudó al empatar en un flojo encuentro con Estudiantes. Las victorias de Argentinos y de San Martín, de San Juan, arrinconaron un tanto más a Independiente, anteúltimo en la tabla de los promedios, cuando restan tres fechas para el final.
"Conozco a Gastón Cogorno [presidente de Racing] y es una persona de bien. Luis Zubeldía es un entrenador con mucho futuro y en algún momento hasta fue mencionado para ir a la selección, y considero a los jugadores como muy profesionales, pero con algunas actitudes pueden llegar a manchar algo que es irrecuperable", sentenció Cantero.
El ataque se concentra en las versiones sobre el diálogo entre dirigentes de Racing y los referentes del equipo, donde se insinuó que ganarle a Quilmes complicaría la convivencia con los hinchas y generaría el traslado de las prácticas para no recibir el enojo de la gente, que tomó como un desquite la oportunidad de perjudicar a Independiente, que dio la vuelta olímpica ante la Academia, ya descendida, en 1983.
El durísimo tenor de las acusaciones de Cantero provocaron una reacción en Racing, donde se argumenta que el nivel de juego demostrado frente a Quilmes es similar al que enseñó el equipo durante el torneo y por eso ocupa la 11ma posición en la tabla. "Si no prueba fehacientemente será demandado, el tema está en mano de los abogados del club. El daño público ya lo hizo, no se pude ofender y ensuciar gratuitamente. Racing es una institución de 110 años, con mucha historia y gloria. Lo veo como a un presidente que tiene un gravísimo problema, está al borde del abismo y busca la culpa en terceros", fue la contestación de Molina, vicepresidente de la Academia, en Fox Sports Radio Del Plata.
El edificio de la AFA, en calle Viamonte, fue el escenario donde anoche Cantero y Molina quedaron cara a cara. Ahí fueron reprendidos por Julio Grondona, máximo dirigente del fútbol argentino, y por Sergio Marchi, el secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados. El cónclave duró alrededor de 40 minutos y se les aconsejó que se llamen a silencio. "Enfervorizan a la gente, generan violencia. Si no están preparados para declarar, no hablen más, no den notas. Los micrófonos no los van a salvar, los van a hundir", fue la recomendación.