El Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, que funciona en el predio, se transformó en un refugio donde las distintas disciplinas artísticas y sus actores se interrogan y proponen la elaboración del pasado.
El Centro Cultural Haroldo Conti, que desde hace 5 años funciona en el predio, con su espacio interior remodelado, y que sin perder su marca origen, se transformó en un refugio donde las distintas disciplinas artísticas y sus actores se interrogan y proponen la elaboración del pasado.
"Así como el olvido sistemático es la pérdida de todo sentido, en otros términos, la locura Nos dice la autora detenida en ese sitio, que aun manteniendo las huellas del horror, alberga la energía de la necesidad y la búsqueda continua para hacer memoria a través de múltiples actividades y así enfrentar los dilemas que se presentan.
Esta paradojaestá planteada en la sala central, por la instalación de Juan Carlos Romero y Marcelo Lo Pinto que proponen una reflexión acerca de la relación entre memoria y Estado, a través de una enorme cantidad de cajas de cartón alineadas, casi militarmente, portadoras del escudo patrio en su tapa superior.
Podrían ser urnas, donde se pone el voto, pero no tienen hendiduras; podrían ser urnas funerarias, también.
A la izquierda un pizarrón, donde se enseña, pero las escrituras en tiza están borradas o tachadas, unos pequeños monitores en la pared opuesta, que no muestran nada, solo el ruido visual de la interferencia, que hipnóticamente nos exige paciencia para vislumbrar algo.
Y en el centro una montaña de carbón, del fondo de la tierra, recuerdo del paleolítico, testimonio de los oscuros socavones que, sin embargo calienta el presente.
Un espacio donde convalecer, que como una capilla o una catedral, nos conecta con otro tiempo nuestro y con los muertos.
Celina Torres Molina
Hospital de ánimas, las propias y las insepultas, almas que nos acompañan cada vez que entramos allí, porque ellas saben, como el nombre de la muestra de Celina Torres Molina, que reúne cartas y poemas de su madre, Celina Lacay, escritas desde la cárcel de Villa Devoto entre 1976 y 1982, y sus obras como pequeñas muñecas, creadas a partir de elementos de desecho que recoge de la calle y cerámica.
Una serie de cuadritos-objetos lúdicos donde copia con su letra parte de esas cartas, reconstruye tal vez esa infancia trunca, recicla lo que supuestamente no sirve y recurre al barro y las palabras, para entablar un diálogo, o continuarlo, como homenaje a su mamá que salió enferma de la cárcel y murió cuatro años después.
Para apuntalar la figura femenina, para rearmar su historia hecha pedazos, rescata las hermosas palabras de su madre.
Ante la pregunta inevitable de cómo se pueden escribir cosas tan hermosas estando presa, nos ofrece una respuesta: Ellas sabían y recordamos el trabajo de León Ferrari nosotros no sabíamos que de una manera documental, recortaba los periódicos con las noticias, publicadas en esos años.
"Otros Lugares / Other Places", es el video de Aimée Zito Lema con la colaboración de Nahuel Blaton, que se expone en el primer piso, habla acerca de la inmigración, el exilio y la búsqueda por la identidad.
En el espacio llamado 2 paredes se invitó a dibujar in situ a Omar Panosetti y Walter Álvarez Algo que ahí no estaba. El primero describe cómo parte de una edificación de techos rojos y la torre de agua del mismo predio son tapadas por la naturaleza, una selva verde que devora y oculta todo.
El segundo ilustra en carbonilla oníricas vivencias personales y escribe mi mamá me toca las heridas, y siempre tengo los mismos recuerdos...
Mientras que Adriana Bustos de una manera más críptica desarrolla en Imago Mundi como una operación secreta de su recorrido artístico. Exhibe enormes fotografías, de un lavarropas industrial, o de un parque con sus mesas y bancos de madera vacíos. Un recorrido en barco por el río y sus dos perfiles de cuerpo entero, enfrentados por la espalda. Todo esto acompañado por unos mapas o planisferios distorsionados.
Y en la sala de Fotografía dos miradas acerca de los pueblos originarios. Por un lado Prisioneros de la ciencia con imágenes recuperadas del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, tomadas por científicos y naturalistas a fines del XIX y principios del XX , que revelan con crudeza de punto de vista del colonizador.
En cambio Los Ojos de la Tierra, son imágenes propias, tomadas con cámaras estenopeicas por miembros de los pueblos Mapuche y Quom, en el marco del Proyecto Raíces, como reflexiones de un pueblo sobre sí mismo, sus costumbres y su cultura.
Una puesta en diálogo acerca de la manera de mirar, que interroga otra vez acerca de los prejuicios y las identidades, entre colonizador y originarios, entre civilización y barbarie, para reconocer el color del cristal con que se mira.
Todo esto tiene lugar en el sitio de la ex ESMA mientras nos preguntamos: Adónde van los espíritus de los muertos, adonde vamos a dialogar con ellos, a recordar, a pensar juntos, si no hay otro lugar, entonces el lugar es todo y el lugar es siempre.
Es el Río de la Plata, es la costa de Santa Teresita, pero también es una esquina de tu barrio, o el predio de la ex Esma que se abre a la comunidad, para que juntos en una ceremonia colectiva, podamos llorar, podamos pensar y trabajar la memoria, que no es sólo recuerdo, es un abanico o un espiral, es el helicoide del ADN de los sueños rotos, que se engarzan en un abrazo con los sueños nuevos, ahora que se puede.
Y compartir como entonces una peña, un vaso de vino, una canción, porque eso también éramos, la alegría de compartir, el dolor y la pasión. Porque eso también somos, de eso estamos hechos, de memoria y de futuro.
Hasta el 27 de enero en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. Av. Del Libertador 8151 CABA, en el barrio de Nuñez, martes a viernes de 12 a 21 y feriados desde las 11.