Tenía 4 hijos y, desde hace cuatro meses, había iniciado un negocio familiar, al hacerse cargo de un minimarket en pleno Dorrego. En poco tiempo, Luis Berardy (47) se hizo querer en la zona de Remedios de Escalada y Cipolletti, pero el 25 de febrero del 2014 encontró la muerte trágicamente.
Dos jóvenes entraron al local para asaltarlo, y en medio del atraco, uno de ellos le disparó dos veces. Los balazos impactaron en el tórax y abdomen de la víctima, que murió segundos después, ante la presencia de dos de sus hijos.
El crimen generó conmoción en la provincia, y luego se transformó en uno de los más mediáticos del 2014.
El avance de la pesquisa, sumó datos que hicieron más polémico aún al hecho. Los dos principales sospechosos eran menores, e incluso uno de ellos tenía 15 años, es decir, inimputable.
Este miércoles se cumplió un año de ese recordado caso, ya casi olvidado, aunque en la Justicia el expediente tuvo un paso fundamental en los últimos meses.
El fiscal penal de Menores, Gustavo Farmache, finalizó, durante los últimos días del 2014, la investigación del caso, y elevó la causa a juicio, con el único imputado que puede ser juzgado.
Se trata de un menor de 17 años, que está detenido y a disposición de la Cámara Penal de Menores. En tanto que el otro menor quedó a disposición de la Dinaf.
El principal acusado, de nombre Víctor, está sumamente complicado. Fue reconocido por testigos presenciales y hasta lo complica una prueba de ADN. Sin embargo, por su edad, no será juzgado como un caso común.
La Cámara analizará el tratamiento interdisciplinario que llevan adelante, desde el día de su detención, psicólogos y asistentes sociales. Dependiendo del informe que realicen esos profesionales, la Jueza Claudia Vallejo tomará una decisión.
Si para los funcionarios, el menor cumplió con los objetivos del tratamiento, la Jueza podría rebajar la pena. En este caso, teniendo en cuenta lo que establece el Código Penal, podría ser condenado como si hubiese sido un hecho en grado de tentativa de unos 10 a 15 años-.
Pero, lo más posible, es que sea eximido de una condena. Es que cuando hay menores de por medio, siempre el objetivo es que el acusado sea reinsertado y readaptado, y no sancionado con una pena privativa de la libertad.
En este sentido, el tratamiento se podría extender por algunos años más, por lo que la causa Berardy seguirá en manos de la Justicia Penal de Menores.
Mientras, su familia recuerda el primer aniversario de muerte.