Un error de cálculo de legisladores presentes y ausentes que cometió el presidente provisional del Senado, Eduardo Bauzá, al frente de la sesión de hoy, determinó que la Ley de Educación de Mendoza fuera rechazada en ésta cámara.
Un error de cálculo de legisladores presentes y ausentes que cometió el presidente provisional del Senado, Eduardo Bauzá, al frente de la sesión de hoy, determinó que la Ley de Educación de Mendoza fuera rechazada en ésta cámara.
El PJ perdió por 17 votos afirmativos contra 18 negativos y la provincia se quedó sin la posibilidad de una nueva legislación, ya que pasó al archivo.
Lo sorpresivo de la votación no fue la postura de la oposición, que se aglutinó para votar en contra del proyecto oficial que ya tenía media sanción en Diputados, sino el error de Bauzá que imposibilitó la aprobación de la norma.
Normalmente las sesiones del Senado son presididas por el vicegobernador Carlos Ciurca, pero hoy lo tuvo que hacer Bauzá porque al viajar Francisco Pérez a Buenos Aires, su sucesor al mando de la provincia tuvo que ocupar su lugar en la Casa de Gobierno.
Simultáneamente, en la Legislatura pasaba lo siguiente: Por un lado, se habían presentado 2 despachos posibles para la ley, uno del PJ y otro de la UCR. Y los senadores Gustavo Cairo (PRO) y Noelia Barbeito (FIT) se abstuvieron de votar. Por eso, la votación inicial terminó 17 a 16 a favor del proyecto del Frente para La Victoria.
Pero, a la hora de la votación definitiva, los dos senadores que se habían abstenido sí votaron, en contra, y dieron vuelta la votación (18 en contra y 17 a favor).
Lo perlita de la jornada fue que Bauzá pensó que los números le daban al oficialismo para sacar aprobada la norma de todas maneras. No tuvo en cuenta los votos negativos que acababan de sumarse y que además el senador justicialista Matías Stevanato no estaba en el recinto.
En consecuencia, Bauzá tampoco apeló a una picardía política prevista en estos casos. Si el número de votos a favor no le daba al PJ (como realmente sucedió), podía hacer presidir la sesión al vicegobernador y así contaría con un voto más, el de Bauzá, que entonces podía ocupar su banca. La votación hubiera terminado empatada y Ciurca hubiera definido a favor. Sin embargo, el error en el cálculo de Bauzá tampoco permitió esa situación.
Así, luego de la votación entre los radicales y los partidos de derecha e izquierda abundaban las sonrisas cómplices. En tanto en el PJ todo era desconcierto y los teléfonos comenzaron a sonar incesantemente. Tal fue la sorpresa de los peronistas por el resultado de la votación que algunos, fuera de micrófonos, calificaron de un moco, un error involuntario haber sometido a votación la ley sin tener los números necesarios.
De esta manera la ley que tanto quería ver sancionada el gobernador Francisco Pérez deberá esperar por lo menos un período legislativo para ser desarchivada y ser tratada nuevamente en el recinto de sesiones.