Desde hace un tiempo, se han compartido diversos artículos que sostienen que es necesario estar en una lista de apellidos para facilitar el acceso a la ciudadanía italiana. ¿Qué hay de cierto en ello? Nada. Es falso.
Desde hace un tiempo, se han compartido diversos artículos que sostienen que es necesario estar en una lista de apellidos para facilitar el acceso a la ciudadanía italiana. ¿Qué hay de cierto en ello? Nada. Es falso.
"Históricamente, el apellido fue un atributo transferido por línea masculina, al igual que la ciudadanía. En Italia, hasta el año 1947, solo los varones otorgaban la ciudadanía a sus hijos, mientras que una mujer que tuvo hijos con un hombre de otra nacionalidad no podía otorgar este derecho a sus descendientes. Es por ello que quizás se asocie directamente un apellido de origen italiano con el derecho a la ciudadanía del país trasalpino. Sin embargo, ambas cosas no van necesariamente de la mano. Ningún apellido es requisito ni garantía, o facilita la ciudadanía italiana", describe el portal InfoCivitano.
En primer término, tener un apellido italiano no siempre indica que uno sea descendiente por línea masculina de un nativo italiano que migró hacia otro país. Existen muchos casos en los que la inscripción de los apellidos fueron alterados, adaptados o se los asimiló con otros apellidos locales en el extranjero.
Por ejemplo, apellidos como Bruno pueden ser muy comunes en Italia, pero existen muchos casos en los que personas alemanas de apellido Braün, Brün o Brunn fueron inscriptas como Bruno en países hispanohablantes.
Pero aun si el apellido fuera originalmente italiano, no siempre existe un derecho a la ciudadanía por descendencia. Tal es el caso de los italianos fallecidos antes del 17 de marzo de 1861, día oficial de la unificación italiana y proclamación del Reino de Italia. Quienes murieron antes de esa fecha no pudieron otorgar a su decendencia la ciudadanía Italiana.
La transmisión de la ciudadanía también se rompe en los casos de que el migrante haya perdido la ciudadanía. Esto puede ocurrir con quienes se naturalizaban para poder votar o participar en la política y ocupar cargos públicos; otro caso es el enrolamiento voluntario en el ejército de otro país, o simplemente la renuncia expresa a través de una carta ante la autoridad consular o la embajada de su país de origen, a raíz de diferencias políticas, entre otras. En estos casos, heredar el apellido de un italiano no significa heredar la ciudadanía.
Obtener el pasaporte italiano suele tener una demora de hasta seis meses. Sin embargo, existe una ciudad que lo otorga en tres días.