El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, lanzó una dura crítica contra la Asociación de Viñateros de Mendoza por su presentación judicial para revertir la opcionalidad del Certificado de Ingreso de Uva (CIU), una medida incluida en el reciente proceso de desregulación de la vitivinicultura que comenzará a regir el 1 de enero.
En un texto publicado en redes sociales, el funcionario equiparó esta movida con la resistencia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y su presidente, Claudio “Chiqui” Tapia, ante la posibilidad de que los clubes adopten la figura de sociedades anónimas. “No querían que los socios pudieran elegir”, afirmó Sturzenegger, sugiriendo que detrás de estas demandas se esconden intereses sectoriales que temen la profesionalización y la libertad económica.
Una comparación inentendible y que, como se suele decir popularmente, mezcla peras con manzanas sin ningún argumento válido ni relación alguna que se pueda sostener seriamente.
ASOCIACIÓN DE VIÑATEROS DE MENDOZA Y EL CHIQUI TAPIA, UN SOLO CORAZÓN. Cuando el DNU 70/23 permitió que los socios de los clubes de fútbol elijan si querían ser sociedades anónimas, la @afa y el @tapiachiqui, recurrieron a la justicia para prohibir la opcionalidad. Es decir, no… pic.twitter.com/dzQKctzR4y
La desregulación vitivinícola, impulsada por el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23 y normativas complementarias, eliminó una serie de regulaciones “que asfixiaban a la industria: trámites innecesarios, obligaciones burocráticas e injerencias que, según el ministro, generaban oportunidades de corrupción”.
Entre las novedades clave figura la opcionalidad del CIU, un documento que registra la entrada de uva a las bodegas y que hasta ahora era obligatorio. “El 45% de los productores no lo usaban de todos modos”, explicó Sturzenegger, justificando la medida como un alivio para quienes no requieren trazabilidad formal.
La vía judicial y el rol del CIU
La Asociación de Viñaterosrecurrió al Juzgado Federal Nº 2 de Mendoza, a cargo del juez Pablo Oscar Quirós, para garantizar la continuidad de la obligatoriedad del certificado
Sturzenegger no se limitó a describir, según su relato, el hecho: según el ministro, el CIU no funciona como un mecanismo de control, trazabilidad y genuinidad del producto al llegar al mercado, sino que “en cualquier industria, los actores querrían esa información para facilitar el control y la cartelización”, argumentó, insinuando prácticas anticompetitivas que, según él, la desregulación busca desmantelar.
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Federico Sturzanegger en la reunión en el INV con todos los sectores de la vitivinicultura.
Coviar, aportes y tensiones sectoriales
Sturzenegger no se privó de sintonizar con los grandes jugadores de la industria y aseguró que todo quedó claro cuando le llegó un mensaje de un productor al ministro: “Pásame el escrito que presentó Zuccardi”, en referencia al ex presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), “cuyo mandato formal venció en 2020, continúa percibiendo un impuesto privado sobre la industria”, mostrando un desconocimiento marcado de las leyes y la actividad de la Coviar.
Sturzenegger afirma que “sin el CIU obligatorio, el cobro de esa tasa se complica, ya que pierde el respaldo burocrático para rastrear volúmenes y transacciones. Ahhh…”, ironizó el funcionario, iluminando lo que percibe como el verdadero “dueño del chancho”. Es cierto que sin registro es imposible calcular la cuota de la Coviar y también los aportes de corresponsabilidad gremial. Pero también se pierde información valiosísima para trazar políticas de crecimiento y desarrollo de la industria, temas que al Gobierno y a una parte de la industria parecen no importarle.
Apoyos y advertencias
En su escrito, el ministro asegura que a favor de la desregulación se alinean voces disímiles como el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), órgano rector del sector que impulsó la opcionalidad del CIU. Además, 52 bodegas y viñateros de San Juan expresaron su apoyo público, según reportes periodísticos, destaca el funcionario. Quizás no sabe que en la Argentina hay más de 900 bodegas en actividad y miles de productores.
En el escrito, que parece una advertencia pública al juez, Sturzenegger “confía” en que el juez Quirós convoque a estos actores para una audiencia equilibrada. Luego hace un repaso histórico real, pero con relatos forzados sobre medidas tomadas por dictaduras de la década del 30, que califica de “vinicidio” y que ya hace más de 30 años fueron derogadas.
El ministro afirma, en lo que parece una advertencia a los gobernadores, para que apoyen sin remilgos la desregulación, que “hoy, irónicamente, algunos en Mendoza buscan reimponer cargas similares sobre sus colegas. Es triste ver que un sector con tanto para dar quede rehén de intereses corporativos”, asegura, mostrando quizás que todo lo que se habló en la famosa reunión en el INV o no lo escuchó o no lo entendió.
Sturzenegger, alineándose con la visión del presidente Javier Milei, asegura que la regulación es “un lobo con piel de cordero”. La batalla, insistió, es contra la casta que frena la libertad productiva y reclama que el fallo judicial no perpetúe las regulaciones burocráticas.
El presidente de la Asociación de Viñateros de Mendoza, Eduardo Córdoba, en comunicación con Sitio Andino, declinó hacer comentarios ya que “estamos consensuando la respuesta con nuestros socios” y adelantó que en el transcurso del día tendrán una respuesta.