AGRO

Desgracia de productores: agua, clima y una economía enferma

Productores de todos los oasis piden políticas que den previsibilidad al agro. "Todos los oasis están en crisis", dice Carlos Dávila

Por Myriam Ruiz

Esta semana se conoció la medida del Gobierno Nacional para productores de Mendoza en emergencia y desastre agropecuario, por el cual se subsidia una parte de la energía eléctrica de pozos y sistemas de riego. A raíz de esto, Sitio Andino conversó con el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Tunuyán, Carlos Dávila, quien advirtió que “todos los oasis de Mendoza están en situación crítica” y que tanto esa medida, como otras, que tienen que ver con la coyuntura económica son urgentes.

La definición de Dávila no se refiere sólo a la escasa disponibilidad de recurso hídrico sino, además, a la situación macroeconómica que afecta a la producción. Iremos deshilvanando cada aspecto en esta nota.

Los oasis están en situación crítica. Nuestra economía está enferma. Carlos Dávila, Cámara Comercio de Tunuyán Los oasis están en situación crítica. Nuestra economía está enferma. Carlos Dávila, Cámara Comercio de Tunuyán

“La situación hídrica viene compleja desde el 2010 –comenta-. La situación actual es que el agua subterránea se está consumiendo y las napas se reducen. La mayoría de los productores han tenido que bajar la bomba 15 o 20 metros para seguir teniendo agua”.

En el sentido de tener que hacer un pozo nuevo, Dávila confirma que se tiene que pensar en unos 100 mil dólares. “Ni siquiera hablamos del dólar a valor oficial, sino el paralelo”, advierte.

Hay que decir que los productores mendocinos encaran varios frentes de batalla en estos años. El tema de la escasez del recurso hídrico es grave y está influyendo en la caída de la productividad así como en el abandono de fincas de parte de quienes no pueden hacer frente a un sistema tecnificado de riego.

Pero no es el único problema.

Dávila señala que Mendoza es muy probablemente el lugar en el que más granizo cae en el mundo: “El riesgo que enfrentamos los productores primarios mendocinos es altísimo”. “Esto va más allá de la lucha antigranizo con aviones; desde las Cámaras entendemos que se necesitan de políticas integrales a largo plazo”.

No hay previsibilidad, es imposible proyectar a largo plazo y muchos abandonan hectáreas. Todos los oasis están en situación crítica y se requiere de una política integral que permita cubrir los costos de cada finca”, añade.

En cuanto al Valle de Uco, Dávila indica que se ha diversificado mucho en los últimos años ya que antes sólo se hacía fruta de carozo y vitivinicultura. “En mi familia, el 70% de nuestros cultivos ahora es anual, de base hortícola. Tratamos de minimizar el riesgo haciendo ajo, zanahoria que no son tan afectados por las inclemencias del tiempo”.

La macro, ese eterno problema

Por fuera de lo que ocurre cada año con el clima o el agua, el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Tunuyán indica que el problema macroeconómico es el que mayor daño hace a las economías regionales. “El dólar vino es un parche, pero hay que aprovecharlo”, subraya. Añade que no es una solución de fondo porque “nuestra economía está enferma”.

“La política económica debe ser de Estado, y no fluctuar con los gobiernos sean de izquierda o derecha”, enfatiza y pone de ejemplo a Chile.

“Chile abre mercados con arancel cero, y cada mes crecen en un nuevo país. Nuestra fruta es muy querida en el mundo por su calidad y sabor, pero es imposible competir con países productores que no tienen trabas burocráticas y gozan de arancel cero”.

En el final, Dávila pone en valor el esfuerzo de productores e industriales mendocinos en un contexto de “cero previsibilidad” que impide la planificación. “Hay que sacarse el sombrero ante los productores. Todos tenemos en claro que seguiremos produciendo, apostando por Mendoza y haremos lo imposible por continuar en esta noble actividad”, puntualiza.

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