Miedo al dentista: cuáles son las causas
“Hay varios aspectos a tener en cuenta en esto, así como también tenés la otra cara”, relata Salinas. “Hay gente que va con miedo y gente que va sumamente confiada y tranquila al odontólogo. Todo tiene que ver, entre otras cosas, con las malas experiencias”, continúa.
Según detalló, en los adultos este temor se debe a que, años atrás, la odontología era “muy mutiladora”. Antes, los profesionales consideraban que había que sacar el foco infeccioso, por lo que muchas personas mayores recuerdan que, cuando eran chicos, los dentistas asistían a las escuelas y realizaban la extracción de las piezas comprometidas.
“Entonces, te encontrás con personas que han perdido muchísimas piezas dentarias. Es insalvable”, añade la profesional. Por otro lado, Salinas constató que, al momento de atender a los más chicos “el discurso de quien está a cargo de ellos, que puede ser mamá, papá, hermanos o abuelos, es sumamente importante”.
“Hay muchos papás y mamás que les dicen: ‘Si te portas mal, voy a hacer que te pongan una inyección’. Entonces, cuando van a un odontólogo van con mucho miedo de experiencias ajenas. [A esto se suma que] lamentablemente, lo que nosotros hacemos es invasivo. Es imposible que no lo sea”, señala.
Por lo tanto, cuando los adultos van tranquilos a la consulta de sus hijos y les hablan favorablemente o “no les dicen nada y los dejan tener su propia experiencia”, el proceso es más beneficioso.
Cómo tratar el miedo al dentista junto al profesional
Así como la odontofobia es perjudicial para el paciente porque, a la larga, no asistir a una consulta odontológica puede agudizar las enfermedades bucodentales, muchos dentistas suelen experimentar nerviosismo o estrés al momento de tratar con personas que sufren odontofobia.
“Yo me he acostumbrado a lidiar con esto, con el miedo de las personas. Trato de que mi abordaje sea dialogar mucho con el paciente”, expresa Salinas.
niño dentista
Odontofobia, el miedo al dentista: cómo afecta a nuestra salud
En el caso de los niños y niñas, la profesional utiliza ingeniosos métodos para tranquilizarlos. “Les doy la opción de que tengan un espejo y se vean. Hay muchos papás que no pueden, por cuestiones de tiempo o económicas, tener más de una sesión; entonces le tenés que dar la oportunidad al pequeño de que se vaya adaptando. Yo en esa primera sesión les muestro todo”, comenta.
En este sentido, la odontóloga recordó una experiencia particular que vivió durante una consulta que tuvo lugar esta semana. “Al lado de mi consultorio particular hay una peluquería. Con la dueña somos amigas y hay una puerta que compartimos [entre ambos establecimientos]. Cuando falta un paciente o ella está sin gente, nos juntamos, tomamos mate. Además, ella tiene un perrito”, comienza.
Durante la jornada del martes, Salinas tenía un turno asignado a una pequeña de 3 años. Su primera consulta odontológica. “Decir que era un petardo es poco, no puedo explicar la energía de esa criatura”, acota entre risas.
Según contó la dentista, la madre intentaba que se portara bien e intentaba tranquilizarla, pero la pequeña “no quería ni mirarme”. “Entonces, dije ya sé qué voy a hacer. Entro a la peluquería y le pido a mi amiga que me preste a su perro, el Alfonso. Vuelvo al consultorio y le digo: ‘Mirá, si vos te portas bien y me dejas que te vea, yo te traigo a un perrito que te acompañe. ¿Querés?’”, añade.
Tras obtener una rotunda y entusiasmada afirmación de la menor, Salinas pudo llevar a cabo la consulta de forma normal y luego, cuando la pequeña fue recompensada con la compañía de “Alfonso”, no quería abandonar el consultorio.
“Hicimos toda la primera sesión, pude mostrarle todo y se fue contenta. Hablar mucho y salir un poquito de lo convencional ayuda, pero ella también tenía una mamá que se preocupó mucho porque ella tuviera la boca en condiciones desde chiquita”, completa.
También te puede interesar: Esquema de vacunación para los más pequeños de la casa, propone Maipú Municipio
Cómo repercute en nuestra salud no asistir al dentista
Descuidar nuestros dientes y encías puede impactar de forma muy compleja en el resto de nuestro cuerpo. Si no se mantiene un control o una prevención sobre el estado de la cavidad bucal, nos vemos más expuestos a que se produzcan infecciones, flemones, abscesos, celulitis facial u otras afecciones que pueden generar afecciones más complicadas.
“Hay bacterias en la boca que pueden traer problemas al corazón, infecciones que pueden generar septicemia; hay pacientes que tuvieron que ser hospitalizados. En el caso de los niños que no son controlados y generan celulitis faciales, algunos casos también pueden derivar en una internación”, puntualiza Salinas.
odontologo, dentista, salud bucal.jpg
Odontofobia, el miedo al dentista: cómo afecta a nuestra salud
”El miedo hace que algo que se puede resolver de forma sencilla termine con intervenciones mucho más complicadas. Además, hay que tener en cuenta que no solo se trata del diente, la encía también debe estar sana y, en cuanto al sarro, este puede generar otras patologías a nivel del sistema de sostén del diente. Entonces, el miedo te limita. Por ello, es importante hablar, prevenir y desmitificar esta práctica”, precisa.
Al respecto, Salinas precisó que si un paciente tiene el hábito de ir a consultas y cuidar su higiene bucal, una visita cada cinco o seis meses será suficiente.
Los esenciales para cuidar la salud en casa: cepillo e hilo dental
De acuerdo con Valeria Salinas, odontóloga de Mendoza, el buen cepillado de los dientes y el uso de hilo dental son los pasos claves para mantener la higiene bucal en casa.
“Insisto muchísimo en el cepillado. Siempre digo que un cepillo de dientes bien usado reemplaza a todo el consultorio y al profesional porque es más barato, fácil y menos complicado tener la boca sana que arreglarla”, explica. Se deben realizar, al menos, tres cepillados diarios, siendo el nocturno el más importante.
Esto se debe acompañar con el uso regular de hilo dental, el cual "no es negociable" porque llega a aquellas zonas a las que el cepillo no puede alcanzar, remarca la profesional. Por último, pidió no utilizar escarbadientes -también conocidos como palillos- ya que "hacen destrozos".
También te puede interesar: Estos son los trucos secretos y eficaces para que el baño de casa huela siempre bien