El conflicto por el Pato Juan, la mascota que durante meses acompañó a la florista Margarita Flores en su puesto del microcentro de la Ciudad de Mendoza —retirado del lugar por una denuncia vecinal —, sumó en las últimas horas un nuevo capítulo.
Un edil propuso una instancia institucional con especialistas para buscar una salida al conflicto. La campaña, la posición de la Municipalidad y los cruces políticos.
El conflicto por el Pato Juan, la mascota que durante meses acompañó a la florista Margarita Flores en su puesto del microcentro de la Ciudad de Mendoza —retirado del lugar por una denuncia vecinal —, sumó en las últimas horas un nuevo capítulo.
El concejal Ricardo García (Partido Verde) presentó un proyecto en el Concejo Deliberante solicitando la conformación de una mesa de diálogo interdisciplinaria para abordar el caso, que generó repercusión nacional y más de 8.000 firmas de apoyo vecinal.
La iniciativa busca que la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Urbano convoque a un espacio institucional donde participen especialistas en fauna urbana, veterinarios, etólogos, organizaciones proteccionistas y funcionarios municipales.
Según explicó García, el objetivo no es imponer una solución unilateral, sino analizar alternativas que contemplen el bienestar del animal, sin desatender el cumplimiento de las normas vigentes.
“Este no es un caso menor. Estamos hablando de un ser sintiente que formaba parte de una familia interespecie, y que ahora está sufriendo por una medida apresurada”, sostuvo el edil.
El proyecto fue presentado como una ordenanza en el recinto del Concejo y ya comenzó a circular en comisiones. Desde el Partido Verde remarcaron que el pato no puede ser tratado como un animal de corral, ya que fue criado desde pequeño en un entorno urbano, sin contacto con otros de su especie, y con una fuerte relación con su dueña y los vecinos.
El Pato Juan fue retirado de la vía pública hace dos semanas tras una inspección municipal que respondió a la denuncia de un vecino, quien aseguró que el ave había picoteado a su perro.
La Municipalidad dispuso entonces su alejamiento del puesto de flores ubicado en San Martín y Garibaldi, bajo el argumento de preservar el uso adecuado del espacio público y garantizar la tenencia responsable de mascotas.
La directora de Ambiente de la Comuna, Silvina López, hizo hincapié en la necesidad de asegurar el bienestar del animal y resaltó que el puesto del centro “no es un ambiente propicio” para la crianza de Juan.
Desde entonces, el animal permanece en una vivienda particular en Maipú, lejos de su entorno habitual. Su dueña, Margarita Flores, expresó públicamente su preocupación por el estado emocional del pato: “Está en una jaula, lejos de nosotros. Juan siempre fue parte de la familia”.
El caso tuvo amplia difusión nacional y provocó una ola de apoyo vecinal, incluyendo una junta de firmas que superó las 8.000 adhesiones. En redes sociales, usuarios compartieron fotos, anécdotas y mensajes pidiendo que el pato pueda volver a su lugar habitual.
El conflicto también generó un cruce entre dirigentes del oficialismo provincial. La vicegobernadora Hebe Casado expresó en redes su apoyo al pedido de restitución del pato.
En respuesta, el intendente Ulpiano Suarez afirmó: “Necesitamos más políticos que cumplan las reglas y menos que se guíen por lo que dicen las redes sociales”.
Pese al debate, desde el oficialismo municipal sostienen que la decisión se tomó para garantizar la seguridad de transeúntes, animales y del propio pato, en una zona de alto tránsito vehicular y peatonal.