¿Por qué causas una persona cambia? ¿Y una organización o un grupo de personas? Podemos anticipar que cuando de permanecer igual es mayor al dolor de cambiar, es ahí cuando la trasformación sucede. ¿Cuál es el rol del dolor y el miedo en los procesos de cambio?
Cambio dolor y miedo
Empecemos por el principio. ¿Qué es el cambio? Según Gastón Cuaranda, quien se dedica a la facilitación y consultoría en innovación y gestión del cambio, lo define así: “es un proceso inherente, a la evolución tanto de las personas como de las organizaciones. Lo definiría como la capacidad de adaptarse y transformarse en respuesta a nuevas realidades. En términos organizacionales, el cambio no es solo una modificación de procesos, sino una reinvención de la cultura y los valores que guían a la organización.”
Si el cambio es entonces la capacidad de adaptarnos, ¿Cuándo emerge esta capacidad? ¿Cuándo cambiamos? Agrega Cuaranda que “a nivel personal, las personas cambian principalmente por dos razones: la inspiración o el dolor. En el caso de las organizaciones, el cambio suele ser impulsado por la necesidad de adaptación al entorno competitivo o por la presión para innovar. En ambos casos, el cambio responde a la necesidad de supervivencia y evolución, algo que la teoría U, como tecnología social, también explora al fomentar un proceso de desapego de lo viejo para dar espacio a lo nuevo.”
Siendo así podemos decir que el dolor tiene un rol importante a la hora de cambiar. Y así nos lo confirma Cuaranda al decir que “el dolor es un catalizador del cambio. Aunque es incómodo, nos obliga a confrontar la realidad y a tomar decisiones difíciles. En muchos casos, el dolor es el punto de inflexión que nos lleva a abandonar patrones antiguos y abrazar nuevas formas de ser y de operar. Sin dolor, es más complejo avanzar hacia la evolución de la cultura organizacional. “
Entonces, como les anticipaba, cuando el dolor de permanecer igual es mayor al dolor de cambiar, es ahí cuando nos transformamos. Así lo resume Ronald Sistek de forma muy asertiva.
Todo esto me lleva a pensar en algo: Si tanto cambiar como no hacerlo es doloroso, ¿entonces? ¿Con qué dolor voy a elegir lidiar? Y es ahí donde Cuaranda agrega “Cambiar implica dolor, pero quedarse inmóvil también. La diferencia está en que el dolor del cambio suele ser un dolor de crecimiento, mientras que el dolor de la inacción es uno de estancamiento. Elegir lidiar con el dolor del cambio nos abre la puerta a nuevas oportunidades y a un futuro más alineado con nuestras aspiraciones.”
¿Qué pasa con el miedo? Y acá les hablo de mi experiencia personal. En mi caso fue un factor muy determinante a la hora de ejecutar cambios. En otras oportunidades les conté que yo era escribana. Poder cambiar mi vida, dejar esa profesión y abrirme a otras cosas fue muy difícil. Todo el tiempo estuvo presente el miedo. No hubo un solo momento en que no hubiera sentido miedo.
Recientemente investigando un poco sobre el miedo a la hora de cambiar, llegué a una charla TedX de Julio de la Iglesia, quien se dedica a la desactivación de dispositivos que explotan. Sí, bombas básicamente.
Él expreso muy bien la idea de que no tener miedo, ser temerario, es de locos. Y es que claro, el miedo sabemos que viene a cuidarnos, a advertirnos. Pero hay algo más de todo lo que dijo que quedó resonando en mi cabeza. ¿Qué es aquello que nos lleva a hacer algo a pesar del miedo que sentimos al hacerlo? Aparece entonces la idea de la motivación.
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Creo que en mi caso la motivación, que superó a todo el miedo que sentía, era la de sentirme feliz con mi trabajo y poder responder al llamado a servir y a acompañar a otros desde el yoga, la meditación y facilitar espacios de introspección y reflexión.
Así como el dolor de permanecer iguales tiene más peso que el de cambiar, cuando la motivación pesa más que el miedo, entonces hacemos aquello que tanto tememos. En la charla se recurre al siguiente ejemplo: “Si una persona que no conoces se cae a un río, ¿saltarías a salvarlo? Si esta persona que cae es un amigo tuyo, ¿saltarías a salvarlo? ¿Y si fuera tu hijo?”. Para mí fue muy claro.
Sí, cambiar nos da miedo. Pero ¿Por qué? Cómo decía Madame Curie, tememos a lo que no conocemos. Sospecho entones que conocernos será vital a la hora de cambiar. Conocer nuestro miedo, nuestro dolor y nuestra motivación. Entender el peso que cada uno de estos ingredientes de cambio tienen en nosotros.
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Para aquellos que estén cambiando la piel
“¿Sentís que estás en proceso de cambio? ¿Sentís que hay tensión entre lo que haces hoy y lo que quieres hacer en el futuro? ¿Sentís?” Así empieza la charla TedX de Ronald Sistek y me parece genial!.
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El miedo de los valientes de Julio de la Iglesia
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