El asesino de Héctor Aguilar, el cordobés asesinado en San Rafael, actuó sobre seguro y lo mató con alevosía. Esto hará que se sume un agravante al homicidio criminis causa, aunque la pena será misma: prisión perpetua.
El asesino de Héctor Aguilar, el cordobés asesinado en San Rafael, actuó sobre seguro y lo mató con alevosía. Esto hará que se sume un agravante al homicidio criminis causa, aunque la pena será misma: prisión perpetua.
Tras conocerse que las puñaladas en el costado izquierdo y en el pulmón no fueron la causal de muerte, sino el piedrazo con el que Brian Ríos remató a Aguilar en Sierra Pintada, el fiscal sumó la alevosía ya que la pericia demostró que el relato del arrepentido no era del todo fidedigno.
En efecto, Ríos dijo en la penitenciaría al fiscal que se había complicado la situación cuando abordó a su víctima en el automóvil y que ahí le dio dos puntazos. El más grave de ellos fue por la espalda afectando un pulmón, lo cual explica las sálpicas hemáticas halladas en la parte de atrás del asiento del conductor.
Pero lo que no le cerraba al fiscal es por qué ató las manos de Aguilar para trasladarlo hasta el lugar donde dejó el cuerpo. ¿Quién le ata las manos a un muerto?, le habría preguntado, y el asesino se habría excusado diciendo que era para que no se moviera el cuerpo en el traslado.
La inverosímil respuesta no sería otra cosa que la pretensión de intentar que la causa fuera calificada como homicidio en ocasión de robo, que tiene penas menores a las previstas para la imputación ya establecida por el Ministerio Público Fiscal.
Ahora, el asunto a dilucidar es la situación del resto de los acusados. Y en ese sentido, debe probarse si efectivamente tuvieron alguna participación en el engaño tendiente a llevarlo a muerte a Aguilar o si pudieron haberse representado que Ríos pergeñaba ese tipo de crimen.
Por lo pronto, los cuatro detenidos además de Ríos, habrían sido arrestados por cuanto en tres casos, pusieron a disposición cuentas para las transferencias que le pedían a la víctima desde el falso perfil de Caro Arenas, una mujer inexistente que, desde Facebook, alguien la quiso hacer pasar como ex pareja del jubilado cordobés.
El cuarto aprehendido, está acusado de encubrimiento del homicidio por haber guardado el vehículo que Ríos pretendía desguazar; automóvil que presentaba suficientes pruebas como para, al menos, sospechar que en su interior se había producido un hecho de violencia extrema.
Las escuchas telefónicas, serán determinantes para definir procesalmente estas situaciones.