El video de la agresión a la fiscal Claudia Ríos marcó un antes y un después en la investigación, la cual implicó incluso un cambio de calificación hacia el agresor. A casi quince días del hecho, la protagonista dio declaraciones a la prensa y remarcó que "Arredondo iba hacia ella".
"Me he llamado al silencio hasta este momento por dos motivos: el primero, porque el señor Procurador me mencionó esta situación de preservarme porque soy víctima de un hecho. Otra situación es porque la causa estaba secreta, pero al revelarse el secreto de las actuaciones he podido dar esta conferencia", comenzó explicando la fiscal Claudia Ríos.
Ríos puntualizó que sus declaraciones, que se encuentran en la causa, son coincidentes con otros 9 testigos que se encontraban en la sala al momento del ataque. "Esto es importante por la celeridad en la que actuó la fiscal de turno, constituyéndose en el lugar y llevando a cabo todas las testimoniales", remarcó Ríos.
Los momentos previos al ataque
La fiscal de Homicidios y Violencia Institucional comentó que ese miércoles 13 de septiembre se fijó la audiencia debate "Fiscal C/Arredondo, Garro y Bracamonte", donde la víctima era Ocampo. "La audiencia fue en la sala 25, y esto es muy importante porque advertí una situación, que la sala era muy chica y solamente había una celda", dijo Ríos.
"Garro tenía una medida de protección. Además, se encontraba Bracamonte, Arredondo y el interno que es víctima de la causa. Entonces le sugerí al Dr. Perassi que me parecía que era una sala muy chica porqueteníamos a todos detenidos, víctimas y acusados juntos, y además uno de ellos con una medida de protección. No se daban las condiciones para llevar a cabo el debate en esas circunstancias"
Según el testimonio de la fiscal, el Dr. Perassi habla con las autoridades penitenciarias y se constituye el debate en la Sala 15.
"Hay dos momentos. Dentro de la sala y lo que ocurrió fuera de la sala", aclaró Ríos.
"Se procedió a tomar declaración a la víctima, que era un interno de Almafuerte. Luego se iba a incorporar toda la prueba pero la Dra. Morales tenía detrás de ella a Garro. Por otro lado se encontraban los dos encargados, al lado de la apertura de la puerta que da a las celdas. La distancia se debía a que Garro tenía una medida de protección", explicó la fiscal.
"Me miraba a mí"
La fiscal Ríos explicó que se solicitó un cuarto intermedio (una pausa) porque la defensora necesitaba hablar con Arredondo y Bracamonte, que se encontraban más alejados de la sala.
"Yo observo hacia mi derecha que ellos pedían ir al baño. Garro fue al baño y se ubicó detrás de la Dra. Morales, y cuando Bracamonte se levantan con las manos hacia atrás tenía una campera roja que parecía que quería bajarse. Me llamó la atención que fuera una audiencia muy corta y que realmente todos quisieran ir al baño", dijo Ríos.
Y agregó: "Cuando Bracamonte se levanta con las manos hacia atrás y el penitenciario trata de ingresarlo, Arredondo viene corriendo hacia mí. Vi que tenía algo gris en la mano y yo veía que venía hacia mí, su mirada era hacia mí, hacia mi cuello o cabeza".
La fiscal continuó con su relato y remarcó que Arredondo dio vuelta por su escritorio, motivo por el cual ella se levantó del lugar. "Sí tenía un gas pimienta en mi cintura, pero no sé por qué, porque jamás lo he usado. Traté de sacarlo pero no pude, y me fui haciendo para atrás".
"Fue una violencia extrema, jamás en 33 años de servicio en la Justicia me pasó una situación así", dijo Claudia Ríos. "Fue una violencia extrema, jamás en 33 años de servicio en la Justicia me pasó una situación así", dijo Claudia Ríos.
Según la declaración de la fiscal, la situación continuó en el pasillo de la sala, donde Arredondo tomó a una estudiante de derecho.
"Me fui tomando el gas pimienta y voy hacia el exterior porque delante de Arredondo había una alumna que estaba haciendo sus pasantías. Cuando salimos estaba Arredondo acostado boca arriba y tenía del cuello a la chica. Los dos estaban tirados en el suelo boca arriba", detalló.
Y siguió: "Creo que dos penitenciarios intentaban aprehenderlo y había funcionarios judiciales tirados en el piso, tratando de correrle los pies a la pasante. Saco el gas pimienta y empecé a rociarle la cara hasta que soltó a la chica. Ahí veo que se le cae una chuza".
"Soltó a la chica y de los pies la corrió un funcionario judicial, mientras lo ayudaba una secretaria. Le di el gas pimienta a un penitenciario y le dije que le siguiera rociando la cara porque se escapaba de la aprehensión".
Para concluir, la Dra. Claudia Ríos remarcó que "no hay que sacar el foco del tema".
"Todos estuvimos en riesgo, no solo la fiscal Ríos. Todos los que estuvimos en la sala; secretarios, la defensora, el público que eran pasantes, operadores. Esto es en lo que hay que poner foco, que no puede haber un acusado con una chuza en la mano y que todos corrimos un riesgo".