Grinch, Ciro y Thiara, los canes penitenciarios que pasaron a retiro
Son dos ovejeros alemanes y un labrador que cumplían tareas específicas en el Servicio Penitenciario de Almafuerte, en Cacheuta. Sus historias y cómo siguen.
El ovejero Grinch y el labrador Ciro, en acción en el Complejo Penitenciario NºIII de Almafuerte, en Caheuta.
Grinch, Ciro y Thiara son los nombres de tres perros que fueron criados por sus cuidadores guías para prestar trabajos en el Servicio Penitenciario Provincial. Son un ovejero alemán, un labrador mestizo y una ovejera. Por su trabajo, estos canes adiestrados especialmente para cumplir funciones intramuro, tienen en promedio unos ocho años en cumplimiento del deber. A los dos primeros, luego de un informe veterinario, le dieron de baja por decreto. Mientras que Thiara murió antes del retiro. La historia de los perros penitenciarios.
Hace unas semanas, por decreto y desde el Servicio Penitenciario Provincial, dependiente del Ministerio de Seguridad, solicitaron "la baja de los canes dado que se encuentran con problemas médicos que los imposibilitan seguir en correcto funcionamiento en el área", aclara el documento.
Y dispuso: "La baja definitiva del patrimonio de la Administración Provincial se tramitará a través de decreto y conforme la documentación que respalde su salida del patrimonio. Por razones normales de uso: debe constar el informe técnico respectivo a los efectos de verificar y certificar el cumplimiento de la vida útil estimada del bien.”.
Así es como se despidieron Grinch, un ovejero alemán, Ciro, un labrador y Thiara, otra ovejera. El primero de ellos fue donado al Servicio Penitenciario por una familia de San Luis cerca del 2015. Una vez en la provincia, su guardia guía lo entrenó específicamente para trabajos que debía cumplir cuidando el perímetro en el Complejo Penitenciario NºIII de Almafuerte, en Cacheuta, en Luján de Cuyo.
Sin embargo, tras una revisión periódica por los veterinarios del penal, confirmaron que presentaba una patología relacionada a degeneración de la vista, lo que le imposibilitaba cumplir con sus trabajos diarios. De esa manera los profesionales realizaron un informe técnico sobre el can y así solicitaron su baja.
Lo mismo sucedió con Ciro, quien nació en el 2013 y fue donado por un agente penitenciario a sus 45 días de haber nacido. De esa manera formó parte de la fuerza cumpliendo tareas para el hallazgo de sustancias prohibidas y estupefacientes. Su problema se relacionó a que rengueaba de una de las patas, en la zona de la rodilla, lo que generó el mismo informe veterinario y su posterior desvinculación.
Thiara cumplió 10 años en la fuerza y también se le había pedido el retiro. Sin embargo, la can murió antes de conocerse el decreto. Los tres animales prestaron servicios con honores en Almafuerte.
Respecto a la rutina que cumplían, explicaron que su rol en los puestos lo cumplían en periodos de dos a tres horas, completaban con el almuerzo luego otras tres horas de descanso. Ciro trabajaba en horario de visita y requisa a internos mientras que Grinch, hacía sus guardias nocturnas para resguardar el perímetro ante cualquier agente externo sospechoso.
Tras el retiro, el futuro de los canes está asegurado. Ya sea para que sean adoptados por sus criadores guías, quienes tienen la prioridad para darle una mejor calidad de vida, o bien, que sean pedidos por otros penitenciarios. Tras esa adopción, las autoridades se encargan de hacer un seguimiento por cada uno de ellos para su control veterinario.
En la actualidad, la División Canes en Almafuerte cuenta con 17 perros adiestrados. Y también tienen ocho cachorros de un año de edad que están siendo entrenados y capacitados para reemplazar a los perros que pasan a retiro.