El 19 de octubre del 2012 la provincia se conmocionaba con el accionar de un joven de 21 años quien, a puñaladas, asesinaba a su propia madre y su hermanito de apenas 3 años.
El 19 de octubre del 2012 la provincia se conmocionaba con el accionar de un joven de 21 años quien, a puñaladas, asesinaba a su propia madre y su hermanito de apenas 3 años.
Esto ocurrió en Las Heras, más precisamente en la vivienda de calle Cacheuta al 200, donde el acusado, Pablo Joel Camusso (21), vivía junto a su familia.
Mientras la Justicia comenzaba a investigar las muertes de María Fabiana Lucero (42) y Juan Pablo Camusso (3), empezó a salir a la luz la historia del principal acusado, marcada por la adicción a la droga y algunos que otros hechos delictivos.
Este sábado se cumplió un año de aquel trágico día. Y mientras la Justicia se prepara para someter al sospechoso a un juicio oral y público, el Servicio Penitenciario intenta reinsertar al joven en la sociedad.
Camusso fue detenido minutos después del doble homicidio, cuando limpiaba las manchas de sangre en la casa, a metros de los cadáveres de su madre y hermano.
Desde ese día, el joven quedó detenido en el penal de San Felipe, totalmente aislado del resto de la población y sin tener contacto con ningún interno.
La situación era clara. En la jerga carcelaria, el que mata a su madre es casi lo mismo que un violador, y por ende, su vida corría serios riesgos dentro de la penitenciaría.
Allí permaneció hasta abril de este año, momento en el que fue trasladado al penal de Almafuerte, donde comenzó a ser tratado por un Programa de Seguimiento Psicológico.
Su primer lugar dentro de esa cárcel fue en el módulo 4, aislado del resto de los internos. Pero con el correr de las semanas, su situación fue cambiando. Luego fue llevado al Sector 2, donde convive con otros 57 presos.
La mayoría de estos son agresores sexuales, acusados de femicidios o bien por hechos especiales, como el de Camusso.
Su comportamiento ha sido excelente. No tiene sanciones disciplinarias. Es un resultado satisfactorio, explicaron desde la Dirección de Almafuerte.
Para los funcionarios, la evaluación de su comportamiento es muy buena. Camusso comenzó su detención sin poder tener contacto con nadie, y hoy convive con más de 50 internos.
Además, recibe las visitas de un tío, sus abuelos, y hasta el de su propio padre, quien el día del hecho hasta había intentado agredir al joven. Los lazos familiares están por encima de todos. Hoy el chico recibe el apoyo de sus familiares, indican los funcionarios.
Mientras tanto, Camusso cumple dentro del penal, trabajos de limpieza y continúa con una adaptación gradual.
Se lo ve bien. Dentro de los parámetros de una persona que está detenida, está muy bien. No sufre depresión, ni estados de exaltación, explicaron los especialistas que lo tratan día a día, y quienes llevan a adelante una evaluación constante.
Del lado judicial, el pasado 18 de setiembre, un Juez de Garantías aceptó el pedido del fiscal Darío Nora, y la causa fue elevada a juicio. El expediente cayó en manos de la Sexta Cámara del Crimen, que deberá fijar fecha para juzgar a Camusso.
El joven responderá en un proceso oral y público, por el delito de homicidio agravado por el vínculo en concurso real con homicidio agravado por alevosía. Por esto, arriesga una condena a prisión perpetua.
Mientras, intenta reinsertarse y recuperarse emocionalmente, en Almafuerte.
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