Un concierto antológico brindó la banda liderada por Elbi Olalla y Victoria Di Raimondo en el centro cultural Le Parc. El nuevo disco Fargüest es una genialidad y demuestra que el tango tiene lejos del Río de la Plata un hijo virtuoso.
Y llegó el día. El día en que Altertango le soltó la mano al revisionismo de un género al que necesariamente había que devolverle su esplendor, para resurgir en la escena con un disco con identidad propia. Con Fargüest el grupo deja atrás sus osadas versiones del repertorio ciudadano para dejar brotar con soberbia historias originales. Diez canciones que se disputan la gloria en un terreno en el que lo sonoro alcanza una potencia arrasadora entre el pulso del 2x4, el rock y arreglos sinfónicos.
Con la presentación de su nuevo disco, Altertango, cerró la edición 2013 del Festival de Tango por los Caminos del Vino.
El estreno del álbum de estética country se produjo este domingo en el escenario exterior del espacio cultural Julio Le Parc como broche de oro de la última edición del Festival de Tango por los Caminos del Vino.
La noche que se encaprichó en estar fresca no pudo con el ángel de la voz de Victoria de Raimondo que se apoderó del lugar creando una atmósfera hipnotizante. Así es la reina del tango, como bien la llaman sus colegas, no da tregua al corazón cuando entona los versos de alma arrabalera. Y esta vez no fue la excepción. Por otra parte, la chica pasional del piano, (Elbi Olalla) puso la garra de costumbre para dirigir al quinteto que para la ocasión contó con la presencia de músicos invitados como el bandoneonista Julio Coviello.
Vicky Di Raimondo volvió a cautivar con su voz.
Durante la hora y media que duró el concierto el público recibió cada tema con el asombro de alguien que se maravilla ante la novedad de algo demasiado bueno. Fue así que irrumpió con intensidad Milonga del borde, La viajera, inspirada en la escritora Alejandra Pizarnik, Mañanita, Amalgamas, Viejo bar, la cinematográfica y oscura Réquiem para P. y Jardín del desierto. Las letras repartidas en autoría entre Elbi Olalla, Di Raimondo y la colaboración de Alejandro Guyot son, sin exagerar, de una poética exquisita. Relatos actuales que se impregnan de la esencia melancólica y dramática de las composiciones tangueras de otras épocas.
Además de los aplausos merecidos, la presentación también trajo dos regalos. La versión de Sus ojos se cerraron que inmortalizó Gardel y Rock Yugular de los Redonditos de Ricota, para no perder la costumbre de la influencia rockera que porta el grupo.
Con este quinto trabajo de estudio que fue grabado en un solo día, Altertango no sólo vuelve a confirmar la excelencia de su propuesta que ya lleva 13 años de existencia, sino que hace de su versión de la música ciudadana una experiencia épica. Así suena Fargüest. Lejos de las callecitas porteñas y con toda la mística del Lejano Oeste, el disco se impone como una pieza infaltable dentro de cualquier discografía personal.