A 45 días de las elecciones: ¿se dará la polarización entre el PJ y la UCR?
Los analistas no están seguros de que los comicios a gobernador sean una pulseada sólo entre Iglesias y Pérez. Los radicales vienen en baja, el justicialista no despega y el PD es una incógnita.
La del 23 de octubre será una elección rara. Con la particularidad que le imprimió la realización de las primarias en agosto y la casi segura victoria de Cristina Kirchner en las presidenciales, lo más sabroso de los comicios ha quedado relegado para la elección del próximo gobernador.
Pero en este tema los analistas no están seguros de cómo se podría comportar el electorado en 45 días, y ni siquiera hay demasiadas certezas sobre el humor social actual.
En lo que coinciden los analistas es en que hoy la mayoría de los postulantes tienen más puntos débiles que fuertes: de Paco Pérez no se ha escuchado mucho más que la promesa de plena identificación con el gobierno provincial, el reconocido liderazgo de Iglesias se ha vuelto incertidumbre y la interna radical sigue ganando la escena, Rosales deberá hacer gala de sus antecedentes como estratega de campañas políticas para instalarse en 45 días tras la figura de Rodríguez Saá disimulando las peleas entre lo dirigentes gansos que tienen incluso aún más internas que la UCR y el postulante del socialismo es completamente ignoto.
La verdad es que no está claro. Hasta las primarias había una muy fuerte polarización, parecía que para ganar hacían falta 45 puntos. Pero después se ha dado un fenómeno que no terminamos de entender, indica Enrique Bollati.
Por una lado, a la gente se le terminó esa tensión por las definiciones en el panorama nacional. Hay mucha migración de votos que van y vienen entre la UCR, el PD y el socialismo. De a poco parece disolverse esa polarización, explica el analista local.
Para Santiago Alé, de Diagnóstico y Análisis, el panorama de polarización que era muy fuerte antes de las primarias de a poco se va desarticulando por la pérdida de apoyo del radicalismo.
La gente ve en Iglesias desesperación, está transmitiendo inseguridad, explica el analista, haciendo hincapié en la fallida alianza con Racconto, el intento de desdoblamiento de los intendentes radicales y el desplante de Fayad tras el rotundo triunfo en Capital.
Así, el panorama se va allanando para el PJ provincial, pero ambos consultores coinciden que no por mérito propio. La verdad es que la campaña de Pérez es muy pobre, indica Alé. Con lo que ha hecho la oposición, lo errores propios del oficialismo no se notan tanto, consideró Bollati.
La ventaja para Paco Pérez es que su gran adversario está, según entienden los analistas, dilapidando de a poco la importante credibilidad que tenía antes de la campaña.
Iglesias ha basado el inicio de su campaña en resaltar su liderazgo, la virtud que más le reconocen los mendocinos. Pero con todo lo que ha pasado muchos lo han puesto en duda, dice Bollati, que duda del resultado positivo de insistir en el corte de boleta: puede tener un efecto similar a la alianza Alfonsín-De Narváez, no pueden hacer algo tan directo.
Alé cree esta postura es desleal y coincide en el potencial efecto negativo de que la UCR salga a pedir tijera: el radicalismo es una fuerza nacional, es la primera vez en la historia que pide que no vote a su candidato a presidente, eso va a tener una repercusión negativa.
En este panorama, con una fórmula oficialista anémica encomendada al viento de cola de Cristina y un radicalismo dubitativo, las encuestan indican que cada vez hay más indecisos sobre la elección a gobernador.
Aquí surge la gran pregunta: ¿y el resto de los partidos? El PD parió hace pocas horas a su candidato a gobernador, el joven analista político Luis Rosales. El gran capital político ganso no pasa hoy por sus propias virtudes, ya que es un partido que suele caer en feroces disputas internas ante cualquier obstáculo y que incluso debió importar un postulante.
Si tiene, en cambio y con una gran ventaja frente a la UCR, un candidato nacional como Alberto Rodríguez Saá que es lo suficientemente fuerte en Mendoza como para tener asegurado el segundo lugar, lejos de Cristina pero también con buena ventaja sobre los otros opositores.
Resta ver entonces si los demócratas y sus aliados, el Peronismo Federal y PRO, logran exprimir las próximas 7 semanas de campaña para aprovechar las amplias chances de crecimiento que tiene hoy cualquier alternativa al bipartidismo.
El cuarto en discordia el Socialismo, que presentó al ignoto Oscar Santarelli como candidato, pero que confía en el crecimiento de la figura de Hermes Binner, quién camina a instalarse como claro segundo a nivel nacional, para tener opciones de hacer una buena elección.
La gente ve que el radicalismo no tiene solidez institucional, habrá que ver si los gansos o el socialismo aprovechan el viento de cola de sus candidatos, resumió Bollati.