Por enésima vez el "resto del país" mal llamado "interior" debe asumir cargos que no le corresponden, hacerse de situaciones que hoy no le comprenderían por haber cumplimentado las normas de cuarentena dispuestas por el Gobierno para correr contra la Pandemia, bajar la cabeza y respetar normas inventadas entre algunos conferenciantes hoy en línea, antes en un cuarto porteño.
AFA, haciendo eco una vez más de una autoridad centralista y unitaria en el manejo del fútbol, se alineó detrás de los gritos rabiosos de los clubes que literalmente la manejan y prohibió sin demasiado preámbulo y aduciendo disparidad deportiva que Godoy Cruz comenzara sus prácticas habituales - bajo protocolo - con vistas a la posible vuelta de este deporte en un futuro mediato.
El martes Federico Chiapetta, Subsecretario de Deportes de la provincia expresó que "desde este jueves estarán habilitados los entrenamientos en los clubes de fútbol de nuestra provincia".
Esta aprobación por supuesto permitía a la entidad bodeguera, como al resto de las instituciones mendocinas que defienden los prestigios futbolísticos en los torneos de AFA y Federales regresar al ruedo causo un gran bienestar y motivación entre los que componen la familia del fútbol, pero rápidamente se contrarrestó con la voz que había anticipado desde calle Viamonte: "que ningún club que forme parte de las competencias organizadas por AFA puede regresar a los entrenamientos sin la autorización de la asociación. Y eso ocurrirá cuando haya un protocolo nacional".
La ocasión sirvió una vez más para dejar en claro que poco importan los intereses de las entidades del resto del país que sustentan en gran medida a esta vetusta asociación, carente de oídos para los necesidades de los que están fuera del límite de la General Paz.
General Paz adentro hoy, en una lucha feroz contra el coronavirus, que ha contagiado a esta entidad madre que rige los destinos del fútbol nacional y vuelve a exhibir un aislamiento del mapa geográfico que por regiones, ha sabido respetar las etapas de cuarentena como corresponde.
La negación y justificación como tal de retornar a los ejercicios físicos sobre aquellos clubes que están en condiciones de desarrollarlo, por el solo hecho de aguardar que el protocolo nacional sea el que se utilice para habilitar a todos por igual, es meramente otro acto vergonzoso de autoritarismo y anti federal, exponiendo sus infinitos puntos flacos en cuánto a lo organizativo.
Godoy Cruz o Independiente Rivadavia o Gimnasia y Esgrima no tienen la culpa ni del coronavirus, ni del aislamiento, ni del distanciamiento y menos por ello cercenar sus derechos, avalados por la Nación y la Provincia a retornar a sus actividades sin depender de los antojos inventados de dirigentes, los cuáles dicen ser respetuosos por igual de las posibilidades deportivas de todos los participantes de los certámenes que regentean.
No vengan ahora con eso del protocolo nacional, cuándo jamás en los 100 años de fútbol se calentaron ni una sola vez por lo que pasa en cada cancha del país y nunca le hicieron un hisopado a ni un solo club para saber si estaba contagiado de otra pandemia: la pobreza institucional.