El miércoles 26 se pondrá en escena en el Teatro Independencia la pieza teatral "Las olas" (Lado A y Lado B). Será el broche de oro de la cuarta edición de "El llamado de las brujas", el ciclo de teatro por las mujeres que comenzó el último 18 de mayo y que organiza Paula Santoni (directora de la obra que se menciona), Ana Suárez y Gisela Altamirano.
"Se trata de una obra teatral que intenta hacer homenaje a las mujeres. Mujeres que se encuentran en un tiempo real, cargadas de sus propias luces y sombras, llevando consigo sus batallas más íntimas y personales, atravesadas por un entramado que las sostiene desde hace siglos; en ellas se configuran mujeres históricas para una lucha cotidiana", reza el texto de difusión de la puesta. La misma cuenta con las actuaciones de Camila Gonzalez, Lu Ci La Robles, Celina Ruth Martin, Marisa Terranova y Laura Lahoz, y se podrá apreciar a las 21.30 en la sala mayor de la provincia. La entrada cuesta $150. Para jubilados y estudiantes el valor es de $100.
Foros, charlas y obras de teatro. Las mujeres pasan al frente en la escena teatral. Foto: gentileza
Un aquelarre colectivo y horizontal
Este año el evento teatral que busca dar lugar y voz, a través del arte escénico, a las diferentes temáticas y problemáticas de las mujeres, se expandió y logró uno de sus objetivos propuestos: volverse federal y nacional. ¿Cómo así? Bueno, la iniciativa llegó a Uspallata y Santa Rosa tendiendo puentes en los departamentos de la provincia. Y además abrió el ciclo con "Palabras que se rompen con ellas", una obra protagonizada por actrices de Córdoba y Buenos Aires, quienes acudieron al llamado para debutar en el Independencia.
"No solo queremos que El llamado de las brujas sea un espacio de construcción teatral y cultural, también buscamos visibilizar a las mujeres que forman parte de su tejido. Todas ellas talentosas, multifacéticas, hacedoras, creativas, estudiosas, emprendedoras y apasionadas", cuentan desde las redes las artífices del proyecto. Es que todo este aquelarre no sólo se trata de narrar escénicamente lo que atraviesa al cuerpo social femenino, sino construir una red que visibiliza y profesionaliza a la mujer dentro del universo del teatro.
"El encuentro surge en el 2016, que fue hace muy poco, pero al mismo tiempo fue un momento bisagra. Realmente en ese momento había muchas mujeres haciendo teatro pero invisibilizadas y no había mucho reconocimiento de los lugares que tiene que ver con la técnica, la escenografía, la dramaturgia, la dirección. Especialmente en cuanto a la dirección y la técnica que son lugares re invisibilizados para las mujeres. Entonces un día nos juntamos porque sentíamos que estaba pulsando esa necesidad de tener un espacio para crear y para que las mujeres mostraran lo que estaba haciendo y empezamos a gestionarlo", cuenta en una entrevista a SITIO ANDINO, Ana Suárez, una de las impulsoras del ciclo.
Encontrarse. Visibilizarse. Reconocerse. Bajo estas necesidades es que hoy el espacio toma forma y se afianza. "Ha crecido un montón. Para poner un ejemplo, en la primera edición había una sola técnica mujer y ahora hay un solo técnico hombre en las obras que están en el ciclo", cuenta la artista. Otro ejemplo: de los foros de dirección por mujeres nació La Colectiva de Teatreras Mendocinas. Y así la experiencia se agiganta y cada vez son más las obras de teatro local hechas por hacedoras mendocinas en roles de dramaturgia, técnica y dirección, además del actoral. Este año además de las obras mencionadas de apertura y cierre, se pudo ver "La niña gallo" e "Inventario de un jardín que arde". Y el llamado se extendió durante todo un mes.
-¿Qué percibís acerca del rol de la mujer en la dirección teatral? ¿Hay diferencias en cuanto a lo que después termina siendo la obra de teatro?
-Yo creo que sí hay diferencias, posiblemente por el lugar social y cultural que hemos ido ocupando cada persona, tanto mujeres como hombres, ¿no? Y creo que una de las principales diferencias es que el hacer de la dirección de las mujeres tiende a lo colectivo y lo horizontal.
-¿Qué es lo que han podido poner en reflexión a lo largo de las ediciones?
-Este año pudimos hacer dos espacios de encuentro. Uno fue El Foro de Dirección por Mujeres, que es algo que en la edición anterior hicimos y de ahí empezó a surgir La Colectiva de Teatreras Mendocinas, así que ha sido bastante importante. Después hicimos un taller con Paula Santoni y Gisela Montero que se llamo "Qué hay de las mujeres en el teatro", que tenía que ver con el reflexionar con el papel histórico que han tenido las mujeres en el teatro. Y ahora hemos ido a Uspallata a generar un encuentro con las mujeres que están haciendo teatro allá. Eso sería, ir haciéndolo más diverso. Al principio decidimos hacerlo sólo de mujeres al espacio y después lo hemos ido abriendo, que ha sido también nuestro proceso de reflexión y deconstrucción.
-¿De qué están hablando estas obras hechas por mujeres?
-Parte de la convocatoria es que las obras tengan temáticas que tengan que ver con las mujeres y sus problemáticas. Mujeres y espacios laborales, mujeres y sexualidad, mujeres y maternidad, mujeres y violencia. Por ejemplo este año estuvo la obra "Inventario de un jardín que arde".
-¿Y cómo ha respondido el público?
-Muy bien. El público ha ido cambiando porque al principio era más del ambiente teatral y ahora justamente, al ir a Santa Rosa -por ejemplo-, es un público que no ha consumido este tipo de teatro o rara vez lo ve y es muy especial porque es gente que va con toda la familia, viven el teatro de una manera muy cercana y se interpela mucho con lo que pasa. Eso es muy interesante.
Foto: gentileza.
-Las mujeres que ven obras hechas por mujeres con temáticas de mujeres, generan una empatía con el hecho teatral. Algo fuerte está pasando...
-Sí eso sucede mucho y por ahí se acercan y nos agradecen de haberles mostrado eso que a las mujeres mismas nos pasa. Eso es muy fuerte también.
-¿Piensan en las próximas ediciones seguir ampliando el carácter federal y nacional del ciclo?
-La idea es que sí, continuar con eso y seguir haciéndolo de larga duración porque antes siempre ha sido un fin de semana y ahora dura un mes.
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El llamado de Las Brujas, que en cada edición enciende más fuerte su fuego, fue generado por Ana Suárez, Paula Santoni y Gisela Altamirano. Comenzó su último encuentro en mayo para concluir este miércoles en el Teatro Independencia. El ciclo nace para dar espacio-tiempo-voz-cuerpo, entre el infinito creativo del teatro, a todo lo que pueda expresarse escénicamente sobre temáticas y problemáticas sobre mujeres. "Consideramos que es importante dar, en concreto, lugar en nuestra región para poder experimentar el trabajo de mujeres. Sabemos también que es necesario un espacio-tiempo para poner voces y cuerpos, que sean propuestas de mujeres en sus diversos roles", dicen sus protagonistas. Ellas convocan y el teatro local arde. Ahora que sí las ven...
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