Una nueva jornada aciaga se vivió durante el comienzo del fin de semana en estadios del fútbol mendocino, sucesos repudiables que se produjeron tras el desarrollo de juegos correspondientes a programaciones vinculadas a campeonato de AFA y la Liga Mendocina.
El primer hecho violento formó parte de un encuentro correspondiente a las divisiones inferiores y que tuvo como protagonistas a los clásicos rivales Gimnasia y Esgrima e Independiente Rivadavia por una de las semifinales del torneo de inferiores de la Asociación del Fútbol Argentino. Según cuenta un comunicado institucional de la entidad Azul del parque.
Padres, madres y niños identificados con vestimenta de Gimnasia agredieron una vez finalizado el partido a similares de Independiente, provocando heridas en varios de los componentes de este grupo, que llevaron a la posterior denuncia en la fiscalía.
Testigos de los hechos cuentan que la agresión devino tras algunas acciones indebidas acaecidas dentro de la cancha por parte de los jugadores de Octava División (categoría 2004) (14 y 15 años) de ambos conjuntos, que al concluir el partido se trasladaron a las afueras del estadio del Lobo y tuvieron consecuencias dramáticas para los involucrados, con varias personas indispuestas y muestras de violencia en distintas partes del cuerpo (como se exhibe en la imágen) que llevaron a una rápida evacuación del lugar, con participación de efectivos policiales, dispuestos para la ocasión.
Aquí el comunicado de Independiente Rivadavia al respecto:
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La comisión directiva repudia los hechos ocurridos en el día de hoy en el Víctor Legrotaglie por el partido de semifinales de la categoría 2004 pic.twitter.com/m7poYnjx25
Más tarde y también mediante publicaciones en redes sociales, Independiente Rivadavia publicó una foto con los integrantes de ambos planteles en cancha de Gutiérrez junto a una bandera que rezaba en contra de la violencia, con la salvedad de que en esta imagen lo cruza una cruz roja y una escritura que especifica: Gimnasia no cumplió.
El otro suceso lamentable se vivió en el estadio de Leonardo Murialdo, donde el CEC ofició de local ante los Canarios por la décima séptima fecha del torneo de la LIga Mendocina. El cotejo se terminó suspendiendo sobre los 20´del primer tiempo por invasión al campo de juego de unos pocos simpatizantes de Murialdo, que ingresaron con la intención de agredir a jugadores del equipo Comercial y al árbitro del cotejo Diego Castellino, disconformes con una fallo propio del duelo. Existieron golpes de puño, forcejeos y momentos de alta tensión en el lugar.
Las irregularidades sucedidas llevaron rápidamente al juez del encuentro a suspender las acciones e intentar salvaguardar la integridad física de los presentes.
Dos situaciones similares con un actor principal: la violencia desmedida y sin razón.
Jamás entenderán en una parte de esta sociedad, que los partidos de fútbol solo representan un evento meramente deportivo.