Un cotejo por la Copa Argentina disparó las quejas por los cambios de programación del torneo local; los clubes juegan su partido y el Comité de Regularización se debilita.
El fútbol argentino tiene la extraña virtud de profundizar su desorden. Por cada medida que se toma se enciende un debate, se levantan quejas, se desatan marchas y contramarchas. La programación de la 4ta fecha ventiló las miserias. El día y la hora de los juegos que protagonizarían Boca y Lanús, rivales el miércoles en los octavos de final de la Copa Argentina, el detonante. La división de pensamiento de los dirigentes sale a la luz y la figura del Comité de Regularización que hoy conduce la AFA se desprestigia.
"Sobre los cambios de fechas y de horarios ya estamos acostumbrados. Pensábamos que con las nuevas autoridades todo iba a mejorar, pero parece que todo sigue igual. Yo ya no espero nada ni nada me sorprende. Tomamos la postura de ir partido a partido: esperamos que nos digan que día y a qué hora jugamos para programar todo, porque si no entramos en la locura de protestar y de reclamar por todo sin que se pueda conseguir algo", le confió a La Nacion Hernán Lewin, presidente de Temperley, un club abonado a jugar los viernes o los lunes, excepto cuando el calendario lo pone frente a uno de los denominados clubes grandes.
Desde River, también apuntaron contra los despropósitos. "Si hay quienes quieren elegir el fixture, tienen que recapacitar, porque están equivocados. Nosotros jamás planteamos si se descansa más o menos que el rival. Es una tontería especular con tener seis horas más o menos de descanso", disparó Rodolfo D'Onofrio, la máxima autoridad. El blanco de su crítica fue Daniel Angelici, presidente de Boca, quien sostuvo que Lanús tendría una ventaja deportiva al medirse el sábado con Aldosivi, porque sus futbolistas descansarían un día más que los xeneizes, que jugarán el domingo con Quilmes.
La protesta de Angelici surtió efecto y Lanús mudará su juego al domingo, aunque el presidente granate Nicolás Russo estalló: "Tuvimos que acceder porque me apretaron. Corríamos el partido con Aldosivi o nos corrían el de la Copa Argentina para el 5 de octubre, que es fecha FIFA, y nosotros perdíamos a Miguel Almirón, afectado a la selección de Paraguay". La bronca incluía que la semana anterior, Lanús jugó por la Sudamericana y, con menos de 72 horas de descanso, como señala el reglamento, lo hizo por el torneo local. El pedido de cambio de fecha no fue escuchado.
"El calendario es una vergüenza . La comparación con cualquier otra liga nos deja muy mal parados. Se tiene que programar en el inicio del año y después cumplirlo. Así, se favorece al fútbol en varios aspectos: respeto al abonado, al socio y a la economía de las instituciones", dijo Roberto Álvarez, vice 2° de San Lorenzo.
El día, la hora, la presencia de los visitantes... Todo se cuestiona en el fútbol argentino.