Diego Frenkel es uno de los que jugó en primera dentro del rock nacional liderando La Portuaria. Esa banda que destapó en los '90 un estilo singular y que dejó en el imaginario colectivo éxitos como Selva y Nada es igual. Luego de la separación definitiva en 2010, el vocalista y guitarrista crece en espacio y forma como artista solista. Eso sí, acompañado de excelentes músicos que le hacen la segunda a un proyecto que lo muestra como un frontman de carácter versátil e inquietante.
Mendoza tuvo la oportunidad de volver a verlo en esta faceta en el concierto que brindó el sábado en el Teatro Plaza de Godoy Cruz. Un recital en el que presentó su último trabajo discográfico titulado Espontáneas y que contó además con un propósito solidario, ya que las entradas se canjearon por una caja de leche larga vida para ser destinadas a escuelas de frontera y comunidades Huarpes de la provincia.
Fue ante un público atento a escuchar lo que se venía, que Frenkel apareció en el centro de la escena para dar un viaje acústico sin escalas. Tanto el reciente álbum, grabado en El Calafate (Santa Cruz), como el anterior En vivo Siranush, que incluyen versiones de las distintas etapas de su carrera, sirvieron de motor para una noche que fluyó en un ambiente intimista y poderoso. El recorrido contó con canciones de los discos Célula y El día después, de la etapa solista, como también los clásicos de La Portuaria.
Río herido, Emergencias, Bajo la piel, Poniente, Espíritus Salvajes, Célula y Las nubes, formaron parte de la partida. Mientras que el show también incluyó Hasta tus huesos que el músico compuso junto a Lisandro Aristimuño, una visión personal de Imágenes paganas de Virus y el estreno del tema Ritmo, que estará incluido en una próxima placa que ya trabaja junto a su banda.
En este compilado que como mendocinos tuvimos la suerte de apreciar, resultó impresionante de escuchar la guitarra de Lucy Patané, quien sabe coordinar junto al instrumento de Frenkel momentos rítmicos de fuerte impacto. Tal fue el caso de la versión de 10.000km y Baby que resultaron ser una experiencia sensorial y auditiva única.
Algo semejante es lo que sucede con los juegos vocales con los que el artista se lanza a ponerle personalidad y profundidad a las canciones. En este sentido, queda claro que el cantautor bonaerense sabe manejar los tiempos para dar el color que necesita cada interpretación y eso es algo que se disfruta, y mucho.
Dueño de un sonido folk singular que parece provenir de una visión del Lejano Oeste, Diego Frenkel se revela como un tipo talentoso, buen músico y con un presente interesante. Poco más de hora y media duró el concierto que dio en la provincia y fue el tiempo suficiente para que el público local le rindiera los aplausos merecidos. Al finalizar, firmó discos y dedicó algunos dibujos en su calidad de "artista plástico frustrado", como se definió durante el show.