¿gatillo fácil?

De oficio, la Justicia investiga a policías que balearon a dos hermanos

Fue en Las Heras. La fiscal advirtió que “puede haber una conducta irregular de los uniformados”. Vecinos denuncian apremios de la policía.

Por eso, la fiscal de instrucción Virginia Rumbo decidió abrir otro expediente paralelo, para analizar la conducta de los uniformados, que podrían ser imputados, siempre y cuando se confirme que su labor no fue el correcto.

“De la versión que dieron los jóvenes, surge que puede llegar a existir una conducta irregular. Por eso se inicia una causa, por una presunta comisión de algún delito”, explicó la fiscal Virginia Rumbo.

El caso salió a la luz el 2 de marzo, cuando los hermanos Nicolás y Pablo Adaro, de 18 y 23 años, fueron baleados en la cara por dos uniformados, en un hecho sumamente confuso.

Los efectivos luego fueron identificados como los auxiliares Diego Jaime y Diego Martínez, quienes el día del hecho manejaban el móvil 2.609 de la Unidad Especial de Patrullaje de Las Heras.

Según la versión oficial de estos, los adolescentes se negaron a detenerse en un control vial sobre calle 17 de Octubre del barrio Santa Rosa de Las Heras, y siguieron hasta su casa, ubicada a pocas cuadras de allí.

En ese lugar, la policía los abordó y en medio de la requisa, ambos jóvenes resultaron heridos. Nicolás se llevó la peor parte, al recibir un tiro que le quebró la mandíbula. Aún está internado, y deberá ser operado nuevamente en los próximos días.

Su hermano, Pablo, ya fue dado de alta, pero también fue herido en la cara. Aún resta que le saquen esquirlas de uno de sus ojos, según confirmó Miguel Iannizzotto, allegado a las víctimas.

El segundo de estos fue quien declaró ante la fiscal Rumbo. Dio su versión de los hechos, y culpó a la policía. Esto se fundamenta además con que a los adolescentes no le secuestraron ni armas, ni objetos de dudosa procedencia.

De ese testimonio, Rumbo entiende que puede llegar a existir una conducta negativa. “Hay que investigar dos comportamientos. El de los jóvenes, por una desobediencia, y de los policías, para determinar si en base a lo que hicieron los hermanos, actuaron correctamente”, agregó la magistrada.

En base a esto, la fiscal secuestró las armas de los uniformados, el auto de los jóvenes, un Gol Power, y posiblemente tome declaración informativa a los efectivos.

Dependiendo del resultado de esto, podría terminar en una acusación de abuso de autoridad contra los uniformados. Mientras tanto, los policías siguen trabajando normalmente.

“Re contra inocentes”

Allegados a los chicos cuestionaron el accionar de los policías y dijeron que las víctimas son dos jóvenes que “trabajan y no habían hecho nada malo”.

“Fueron a comprar una cerveza, no tenían armas ni nada. Los balearon a la distancia”, sostuvo Miguel Iannizzotto, vecino del barrio Santa Rosa.

Luego, agregó: “Esto es porque han ensuciado al barrio Santa Rosa, como que son todos ladrones. Acá vive gente que trabaja, de todos los contextos sociales”.


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