Triunfo de Javier Milei: ¿El Banco Central evalúa cambiar de política monetaria?
El Central analiza volver a comprar dólares y flexibilizar la política monetaria de Javier Milei para fortalecer reservas sin afectar la estabilidad económica.
Triunfo de Javier Milei: ¿El Banco Central evalúa cambiar de política monetaria?
Por primera vez desde el inicio del programa de ajuste de Javier Milei, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) evalúa un cambio de fondo en sus políticas: volver a inyectar liquidez mediante la compra de dólares para incrementar las reservas internacionales y mejorar su posición frente a los vencimientos de deuda que debe afrontar en el próximo tiempo.
De esta manera, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se prepararía para ingresar en una nueva fase de su programa monetario, caracterizada por una mayor flexibilidad en el manejo de los pesos y una progresiva vuelta a la compra de divisas. La medida, anticipada por el vicepresidente del organismo, Vladimir Werning, en una presentación ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), apuntaría a restablecer el equilibrio entre la demanda y la oferta de dinero luego de un largo período de contracción.
La historia la contamos en potencial ya que en el último tiempo no es la primera vez que una autoridad del Central anuncia algún tipo de política ante inversores extranjeros y después, en la práctica, las palabras son desmentidas por el propio presidente o el ministro de Economía.
El informe que Werning difundió durante las reuniones de otoño del FMI y el Banco Mundial sostiene que, una vez corregido el déficit fiscal, “el margen para un crecimiento genuino de la demanda de dinero es amplio y puede satisfacerse mediante fuentes internas o externas”. En ese sentido, las fuentes internas -como el financiamiento al Tesoro- se encuentran “eliminadas o llegando a su fin”, mientras que las externas, derivadas de la compra de reservas, representan una vía posible para sostener la expansión monetaria sin comprometer la estabilidad.
El Banco Central y una nueva etapa
El documento del Banco Central aclara que este proceso podría comenzar recién en 2026, aunque no descarta una implementación anticipada si las condiciones macroeconómicas lo permiten. Según el texto, la recuperación de la demanda de dinero prevista para el período poselectoral abriría una ventana propicia para la remonetización de la economía.
En términos prácticos, el BCRA buscaría inyectar pesos mediante la adquisición de dólares, lo que implicaría un giro respecto del esquema actual de astringencia monetaria. El Gobierno interpreta que la volatilidad cambiaria preelectoral se ha disipado y que el país transita hacia un escenario de riesgo soberano más compatible con el retorno a los mercados internacionales de deuda.
No obstante, persisten las dudas sobre el alcance y los límites de esta estrategia. No se ha precisado si las compras de reservas se realizarán exclusivamente dentro de la banda cambiaria vigente o si podrán efectuarse fuera de ella. Tampoco se definió el ritmo de acumulación ni los instrumentos que se emplearán para ejecutar la política, y tampoco si habrá alguna otra medida para absorber los pesos que lleguen al mercado, lo que podría generar cierta presión inflacionaria según el manual ortodoxo del Gobierno.
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Vladimir Werning vice presidente del Central dejo trascender el cambio de la política monetaria de Javier Milei.
EL BCRA da señales al sistema financiero
En paralelo, el Banco Central comenzó a enviar señales al sistema financiero en relación con una eventual flexibilización de los encajes bancarios, cuyo nivel actual -en torno al 55%- constituye el más elevado de las últimas tres décadas. Durante las reuniones recientes con las entidades, la conducción de Santiago Bausili reconoció las dificultades que genera la falta de movilidad de esos fondos y anticipó que podrían introducirse modificaciones.
La licitación de deuda realizada esta semana reforzó ese mensaje. El Tesoro solo avaló un rollover del 60% sobre vencimientos superiores a los $12 billones, dejando unos $5 billones en circulación. Las tasas pactadas oscilaron entre el 35% y el 42% para los instrumentos a tasa fija, mientras que las colocaciones dollar linked quedaron desiertas.
Para los analistas, el objetivo oficial consiste en permitir un leve relajamiento de la liquidez, sin abandonar el control de la inflación ni comprometer el tipo de cambio. En palabras de un ejecutivo bancario, “la clave será la evolución de las expectativas de devaluación: si logran estabilizarse, habrá margen para reducir encajes y normalizar tasas”.
El desafío de reactivar la economía
El plan de acumulación de reservas forma parte del compromiso asumido por el Gobierno con el FMI. Según las proyecciones, el BCRA deberá sumar entre US$ 7.000 y 8.500 millones antes de fin de año para cumplir con las metas acordadas, aunque se prevé una revisión que podría reducir ese objetivo a unos US$ 5.000 millones hacia fines de 2025.
La eventual recuperación de la demanda de pesos y el fortalecimiento de las reservas representan, en este contexto, una apuesta a la normalización del sistema financiero. Sin embargo, su éxito dependerá tanto de la evolución del crédito y del nivel de actividad como de la confianza del público en la moneda local.
El viraje que proyecta el Banco Central en la política monetaria: tras un prolongado período de ajuste y contención, el organismo se dispondría a acompañar cierta reactivación económica sin poner en riesgo la estabilidad que aseguran haber alcanzado.