El gobierno de Javier Milei mostró con orgullo el 3,5% de inflación de septiembre, celebrándolo como un nuevo hito en la desaceleración del ritmo inflacionario. Sin embargo, este índice sigue siendo el doble de lo que el propio gobierno pronosticaba para este periodo.
El Ministerio de Economía, en busca de justificaciones, emitió un comunicado pocos minutos después de que el INDEC diera a conocer el dato oficial, que acumula en lo que va del año un 101,6% (127% desde que asumió Milei). En el comunicado se aseguró que "para analizar la dinámica del proceso de desinflación y extraer tendencias más allá de la volatilidad de corto plazo, resulta útil analizar el comportamiento de las medias móviles de las variaciones del IPC". Además, agregó que "este análisis es consistente con una profundización en el proceso de desinflación. La media móvil de tres meses fue del 3,9% mensual, el menor registro desde enero de 2022, mientras que la de seis meses fue del 4,9% mensual, el ritmo más bajo desde abril de 2022".
No obstante, el dato de septiembre que el gobierno festeja tiene un lado B extenso, por cierto. Por un lado, está la fuerte influencia del propio gobierno, que no controla los famosos "regulados", que siguen por encima del promedio del IPC y tienen cada vez más incidencia en la composición de los gastos familiares y empresariales. Esto retrae aún más la economía y perpetúa la "paz de los cementerios" de la que el gobierno asegura estar saliendo, pero sin contar con un solo dato que lo corrobore.
En esa misma línea, el INDEC contradice el discurso del Ejecutivo y sus seguidores sobre la recuperación de los salarios. Evidentemente, ningún salario se duplicó de enero hasta fin de septiembre, y mucho menos creció por encima del 127% que se acumula desde que asumió Javier Milei, quien provocó una devaluación feroz que disparó la inflación y pulverizó los ingresos.
Esos mismos 101 puntos acumulados en los nueve meses ratifican el fuerte atraso cambiario, lo que agita los fantasmas de una devaluación, tarde o temprano. Un dólar mantenido bajo a costa de un "pecado mortal" en el credo libertario, como es la intervención en el mercado cambiario, y el particular blanqueo de capitales permiten crear un escenario que probablemente se desarme tan rápido como una escenografía teatral.
El impacto en el consumo y la economía doméstica
Aunque alimentos y bebidas continúan por debajo del promedio, otros indicadores, como servicios y vivienda, más que duplican el IPC, confirmando que cada vez absorben un mayor porcentaje de los ingresos, lo que complica severamente al resto de la economía doméstica. Este es el lado B que explica la persistente caída del consumo, a pesar de que, como dijimos, alimentos y bebidas “crecieron” poco más del 2%.
De cara al futuro, la inflación, estacionada en estos valores o incluso en descenso, trae importantes desafíos al gobierno. Incluso los fondos de inversión internacionales, insospechados de oponerse a este modelo, ven difícil su cumplimiento o administración.
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Los fondos internacionales como BlackRock advierten los riesgos de devaluación y la inflación reprimida.
BlackRock: advertencia de devaluación e inflación reprimida
Hace algunos días, BlackRock, el fondo de inversiones que lidera Larry Fink, aseguró que las perspectivas para Argentina no son buenas. "Vemos el riesgo de otra devaluación del tipo de cambio", como preanuncio de un nuevo salto inflacionario, aseguraron en un informe de finales de septiembre. El reporte agrega que "nos hemos vuelto cada vez más cautelosos respecto a Argentina en el último mes, ya que el debilitamiento del tipo de cambio informal sugiere que el tipo de cambio oficial podría estar sobrevaluado. Por lo tanto, vemos el riesgo de otra devaluación, lo que podría reavivar las presiones inflacionarias".
El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral, calculado por el Banco Central, se ubica en 85,75 puntos, por debajo del tipo de cambio de equilibrio teórico de base 100. Varios bancos de inversión de Wall Street, como Barclays, han venido alertando sobre el retraso cambiario en Argentina.
La conclusión es clara: la inflación no está vencida, sino apenas reprimida. Y no lo dice la oposición, sino los propios socios de Luis Caputo, que aprovechan para jugar en el carry trade, mientras los argentinos se endeudan para comer.