Un nuevo caso de violencia en la Provincia de Mendoza reavivó el debate sobre los límites del accionar policial y el peligro de la llamada “justicia por mano propia”, un debate interminable, no solo en Mendoza sino también en todo el país, posiblemente recrudecido en el último tiempo por la inseguridad.
El hecho mencionado ocurrió en Luján de Cuyo, donde un efectivo de la Policía de Mendoza fue detenido e imputado por homicidio luego de matar a un supuesto ladrón, a quien habría identificado como el responsable del robo de su auto dos días antes.
Sin embargo, la decisión judicial va de la mano con lo que opinan especialistas, sobre la famosa “justicia por mano propia” y una fuerte advertencia de profesionales, quienes resaltan que este accionar “sólo genera más violencia”.
La justicia por mano propia: ¿una solución o un problema?
El psicólogo Rodrigo Mosconi analizó el tema y no dudó. “La justicia por mano propia no es una solución. Lo que nos hace, a nivel colectivo, como sociedad, es que en términos de civilización y de los consensos como sociedad que supimos construir en estos 200 años, por ejemplo acá en la Argentina, sean regresivos a otros tiempos donde no había ley”, afirmó el profesional.
Luego agregó: “Nunca es una solución porque fomenta la violencia y la violencia como fenómeno psicosocial se contagia. Hay muchas investigaciones, de sociólogos, de gente que trabaja sobre el tema, que la violencia, lo único que hace, es generar más violencia. Nunca la frena o es un limitante a la accionar”.
Por su parte, el criminólogo y Licenciado en Seguridad, Eduardo Muñoz analizó que la justicia por mano propia surge “del descreimiento en el sistema judicial”.
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Justicia por mano propia.
“Cuando las personas sienten que la justicia no las protege, que no se hace cargo de sus casos, aparece la idea de que solo pueden actuar por cuenta propia. El peligro es que la víctima se transforma en victimario, con todas las consecuencias legales, sociales y emocionales que eso implica. En lugar de resolver el problema, esta reacción multiplica la violencia y erosiona aún más la confianza en la justicia”, sostuvo.
La opinión de los actores principales de la justicia
Justamente, desde el Poder Judicial, quienes se encargan de investigar este tipo de hechos, también se muestran en contra de estas acciones.
“La justicia por mano propia no tiene cabida jurídica ni moral en un estado de derecho. La única vía legítima para resolver conflictos y obtener reparación o sanción es mediante las instituciones judiciales competentes. Cualquier acción directa fuera de este marco quiebra el orden jurídico y convierte al ciudadano en autor de delitos”, resaltó una altísima fuente judicial del Ministerio Público Fiscal -se reserva su identidad para no entorpecer futuras intervenciones en causas penales sobre estos hechos-.
Es misma fuente, exclamó: “En tiempos donde la sociedad exige respuestas rápidas y transparentes, los operadores del derecho, como jueces, fiscales, defensores, abogados y académicos, debemos asumir una profunda autocrítica sobre el modo en que ejercemos nuestra función”.
El análisis de la justicia por mano propia en la Provincia de Mendoza
Lo cierto es que esteepisodio ocurrido recientemente en la Provincia de Mendoza vuelve a poner en discusión un tema sensible. La justicia por mano propia, una práctica que se repite en distintos puntos cuando los ciudadanos, e incluso los propios agentes del orden, deciden actuar fuera de la ley ante la sensación de impunidad.
En muchos casos, el descontento social con la justicia institucional y la frustración ante la inseguridad alimentan la idea de que “hacer justicia” por cuenta propia es una respuesta válida. Sin embargo, especialistas coinciden en que esa conducta representa un riesgo enorme: viola derechos fundamentales, fomenta la violencia y debilita las bases del Estado de derecho.
La justicia por mano propia no sólo vulnera el principio de presunción de inocencia, sino que puede generar una peligrosa escalada de violencia y arbitrariedad. Cuando el ciudadano o el policía decide ser juez y verdugo, el sistema judicial pierde legitimidad, y lo que debería ser un acto de justicia se convierte en un acto de venganza.