Cuando parecía que el gobierno de Javier Milei encaminaba la relación con los gobernadores más cercanos a fuerza de la necesidad de votos parlamentarios con apenas una frase y un número todo estalló. El reclamo del presidente, el domingo en la noche, a las provincias de recortar de sus presupuestos 60 mil millones dólares terminó con la tregua.
Javier Milei desafió chabacanamente al jefe de la bancada opositora a que no sabía sumar. Sin embargo cuando por fin llegó el primer presupuesto que envió Economía se descubrió que el que tenía problemas con las cuentas era el presidente.
La primera lectura rápida del presupuesto muestra que los fondos asignados a las provincias son de unos 60 mil millones de dólares. O sea que el Presidente le estaba pidiendo a los gobernadores que no utilicen ni un peso de lo que marca el proyecto de presupuesto.
Obviamente no solo el número que revoleó el presidente es incongruente, también lo es la idea de que las provincias se manejen por arte de magia.
El concepto libertario que las provincias se tienen que administrar y el Estado Nacional no tiene nada que hacer no solo es ridículo, un santiagueño, mendocino o rionegrino son ciudadanos argentinos, sino que es profundamente inconstitucional. Al fin y al cabo, lo que hace la Nación no es más que juntar todo lo que se recauda en las provincias y redistribuir de acuerdo con un criterio fijado por ley, que no es otra cosa que la coparticipación.
Bajando a tierra a Javier Milei
La reunión de Guillermo Francos, Luis Caputo (que apenas saludó y se fue) y José Luis Espert con los gobernadores trató de poner paños fríos a un marcado enojo de los mandatarios amigos.
El rechazo a la idea de Milei fue unánime, pero también lo es el nuevo recorte sugerido por Espert de 20 mil millones, que ni bien salió de la reunión dijo que las provincias tenían que terminar con el empleo público.
Guillermo Francos, Luis Caputo, reunión con gobernadores tras presentación presupuesto.jpg
Los gobernadores se reunieron con Guillermo Francos. Las provincias rechazan el recorte que reclama Javier Milei.
Foto: Prensa Jefatura de Gabinete
Recortar un tercio de los fondos que recibirán las provincias se vuelve impracticable (tanto como los 60 mil) en un modelo donde el Estado Nacional se desentiende de todo menos del pago de deuda.
Un recorte de un tercio de los fondos afectados en el Presupuesto para las provincias es dejar a estas a la buena de Dios o de generar nuevos tributos provinciales y provinciales para intentar financiar no los gastos superfluos sino lo básico; educación, salud, seguridad, mantenimiento de rutas y caminos, etcétera.
Para darse cuenta de la magnitud del recorte salvaje que pide el Gobierno es 20 veces lo que recibió Mendoza por Portezuelo del Viento.
A qué juega Javier Milei
Qué piensa el Presidente de los gobernadores, de los ciudadanos, empresarios, trabajadores de las provincias. Quizás que son ciudadanos de segunda, no es posible sino entender el camino que propone.
Los Gobernadores le dejaron claro a Francos que el recorte es inviable si se quiere seguir manteniendo mínimamente la paz social y le advirtieron que la gran mayoría de las provincias ya hicieron sus deberes y que el Gobierno nacional debe miles de millones de pesos a los 24 distritos de la Argentina.
Así le remarcaron al Jefe de Gabinete que Javier Mileicongeló los fondos de obras públicas de infraestructura y desarrollo, dejó de pagar las Compensaciones del Pacto Fiscal de 2017, no coparticipó el aumento de 10 puntos del impuesto PAIS, dejo de cumplir con los pagos a los jubilados de 13 provincias, suspendió el Incentivo Docente y Jorge Macri agregó que no están cumpliendo con el fallo de la Corte respecto a los fondos de la Ciudad de Buenos Aires.
En definitiva, el Gobierno Nacional redujo las transferencias a las provincias en más de un 80 por ciento en términos reales en estos 9 meses de gestión. “Así es fácil decir que se tiene superávit” le recalco uno de los gobernadores más enojados a Francos y Espert.
Javier Milei parece dispuesto a matar a las provincias antes de cumplir su objetivo de destruir el Estado desde adentro