Edgardo Kueider, Romero y la parábola del colaboracionismo de los senadores
El Senado expulsó a Edgardo Kueider y pone en crisis el modelo colaboracionista de los senadores como el salteño Romero. Estalla la interna entre Javier Milei y Victoria Villarruel.
En una sesión cargada de tensiones y negociaciones de última hora, el Senado aprobó este jueves la expulsión del senador Edgardo Kueider tras su detención en Paraguay con 200 mil dólares sin declarar. La decisión, que requería de los dos tercios de la Cámara, fue impulsada por el bloque Unión por la Patria (UP) y recibió el respaldo de sectores de la Unión Cívica Radical (UCR) y del PRO, quienes cambiaron su postura inicial de apoyar una suspensión temporal y -a última hora- cuando la derrota ya era inevitable de los senadores y senadoras de La Libertad Avanza.
La votación culminó con 60 votos a favor, 6 en contra y una abstención, marcando un hito en la política argentina por la rapidez y consenso con el que se llevó a cabo. Los votos en contra provinieron de senadores de la UCR y el PRO, como Maximiliano Abad, Martín Goerling, Alfredo De Ángeli y Carmen Álvarez Rivero, junto al jefe del bloque de Provincias Unidas, Carlos Espínola, y la abstención de Juan Carlos Romero, quien en una desesperada maniobra por salvar a su compañero tropelías pidió un cuarto intermedio instantes antes de la votación para tratar de salvar Kueider.
El senador salteño Juan Carlos Romero, conocido por su relación con Javier Milei, junto con el exmedallista olímpico correntino Carlos Espínola, formaron parte de un reducido grupo que apoyó fervientemente al oficialismo, incluso más que los senadores de LLA.
Tanto Kueider, como Romero y Espínola se transformaron en legisladores que traicionaron los ideales de los espacios por los que fueron electos convirtiéndose en colaboracionistas de la Libertad Avanza
image.png
Juan Carlos Romero y Edgardo Kueider, dos legisladores que traicionaron los ideales del partido por los que fueron electos convirtiéndose en colaboracionistas de la Libertad Avanza.
Kueider, integrante del bloque con Romero y Espínola, había asumido en 2019 bajo el ala del Frente de Todos, pero rápidamente rompió con el bloque y se unió a Provincias Unidas, que se transformó en aliado del oficialismo. Durante la sesión, José Mayans, presidente del interbloque del peronismo, y otros senadores acusaron a ese bloque de acomodar sus votos a cambio de dinero y prebendas políticas.
La expulsión fortalece al peronismo dentro de la Cámara y representa la primera victoria política importante desde la asunción de Javier Milei. Este movimiento no solo mejora su posición en el Senado, sino que también agrava las divisiones internas del oficialismo.
Antes de la sesión, una acción judicial profundizó la crisis: la jueza Sandra Arroyo Salgado solicitó el desafuero y detención de Kueider y comenzó a sellar la suerte del entrerriano detenido en Paraguay.
Sin embargo los principales referentes de LLA y los senadores más colaboracionistas como Romero, Espínola y el radical Abad siguieron instrucciones expresas de Casa Rosada defendiendo hasta el último segundo (incluso inmolándose con el voto) al senador detenido intentando pasar 200 mil dólares y millones de pesos sin declarar a Paraguay, triangulando su viaje terrestre por Brasil.
El debate se centró en el artículo 66 de la Constitución Nacional, que permite la expulsión de un legislador por "inhabilidad moral". Desde UP, se lanzaron fuertes acusaciones de corrupción, con José Mayans denunciando presuntas "coimas" y Anabel Fernández Sagasti utilizando un tono sarcástico para referirse al caso.
image.png
El tablero al finalizar la votación deja en claro los senadores que se inmolaron en la defensa de Edgardo Kueider.
Implicaciones políticas y reconfiguración del Senado
La expulsión afecta la composición del Senado y tiene implicaciones significativas en las alianzas políticas. La presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales, antes liderada por Kueider, pasará ahora a Sandra Mendoza de UP, lo que podría alterar el equilibrio de poder en la Cámara.
Además, el intento fallido del oficialismo por expulsar a Oscar Parrilli dejó en evidencia las divisiones internas. La sesión también puso de relieve la crisis política entre la Casa Rosada y la vice presidenta Victoria Villarruel.
La expulsión de Kueider marca un precedente histórico en el Senado y reconfigura el panorama político. Con un oficialismo desestabilizado y una oposición que capitaliza la crisis, el interrogante es si los colaboracionistas permanentes mantendrán sus posiciones pro-gobierno. También se abre una incógnita sobre el enfrentamiento entre el presidente y la vicepresidenta, que parece haber llegado a un punto de no retorno.