La desaparición de Silvia Chávez, una enfermera jubilada que la justicia cree que fue asesinada, generó una sorprendente novedad en las últimas horas: la detención de su ex inquilina, Carina Domínguez, pareja de Mauricio Albornoz, quien también está en prisión preventiva.
Hasta el momento, el caso que genera todo tipo de interrogantes en San Rafael, porque no sólo pasaron 3 meses hasta que se dieron cuenta que había desaparecido Chávez, sino que después la búsqueda infructuosa derivó en el hallazgo de huesos cortados y quemados en un basural, que se sospecha podrían pertenecer a la enfermera, ha tenido tantos idas y vueltas como ausencia de certezas en su esclarecimiento.
Sin embargo, la continuidad del trabajo del fiscal Javier Giaroli, que lleva adelante la fiscal de Violencia de Género, Paula Arana, ha derivad en una detención que cierra el círculo de principales sospechosos sobre la pareja que le alquilaba un departamento a Silvia, en el fondo de su casa.
Sospechosos desde el principio
Ya un llamado al 911 de Chávez, dando cuenta de su temor por las molestias que tenía con sus inquilinos por juntadas y ruidos molestos, había sido el principal indicio contra Albornoz; máxime cuando la abogada de la mujer desaparecida, había reclamado a los inquilinos que dejaran el departamento, y hasta les había ofrecido el dinero del mes de garantía que ellos habían depositado.
Pero luego de una llamativa decisión de un juez de garantías que permitió la excarcelación del inquilino, un recurso de apelación sostenido por Giaroli permitió que volviera a prisión.
Ahora, la detención de su pareja, permite concluir que Arana ha encontrado nuevas y a su entender suficientes pruebas para esta etapa procesal, como para llevarla a un calabozo a Domínguez.
Esto, sin embargo, quedará en arresto domiciliario, por cuanto se confirmó hoy que la mujer no puede estar en prisión por cuanto recientemente fue intervenida quirúrgicamente.
Domínguez ya viene de situaciones traumáticas, porque en las últimas semanas falleció su hija en un accidente de tránsito.
Nueva prueba
En cuanto a cuál fue la prueba que ahora apareció en la causa, el hermetismo de Arana, habitual en ella cuando se trata de no entorpecer la investigación, sólo permite ingresar en razonamientos procesales.
El primero de ello es que al tratarse de una detención, en efecto Domínguez ha sido formalmente imputada de un delito. El segundo es que al permanecer su pareja en prisión, permite concluir que se está ante una participación en el crimen que se investiga.
De forma tal que, hasta ahora, ambos son los principales sospechosos ya no de la desaparición sino de lo que se da por descontado: el asesinato de Silvia.
En las próximas horas, una vez que el laboratorio de ADN permita descubrir si los huesos hallados son o no de Chávez, el asunto a dilucidar es quién se encargó de descuartizarla y colocar los restos en bolsas de basura.
En ese sentido, cabe mencionar, que desde noviembre Albornoz estuvo detenido, hasta días después del hallazgo de la osamenta. Por lo que, tanto el desmembramiento como el ocultamiento del cadáver, se deberá determinar a cargo de quién estuvo. Y allí, la eventual participación de una tercera persona, no sería de descartarse en la investigación del caso.