Caso Franco Díaz: los peritos no pudieron determinar con certeza si fue una bala policial la que mató al joven
Efectivos de Científica y un experto en balística aportaron más confusión al caso. Esto, sumado al relato de algunos testigos, hace mantener al debate en medio de una gran incertidumbre.
Desde que se inició la instrucción del hecho, las pericias de Científica fueron claves para mantener la acusación contra el único imputado, el policía Walter García. Por ende, a la hora de juzgarlo en un juicio, el testimonio de los peritos iba a ser clave. Sin embargo, poco de esto ocurrió, y el relato de los sabuesos aportó más confusión al proceso.
De esta forma, el debate que intenta esclarecer el crimen de Franco Díaz, ocurrido en medio de una fiesta en una casa de Villa Hipódromo en mayo del 2012, está inmerso en una gran incertidumbre y de aquí hasta la sentencia, es una verdadera sorpresa lo que pueda fallar el tribunal.
Los peritos, testigos clave en el proceso, pudieron afirmar con certeza que el proyectil que hirió a Johana Flores la otra víctima del caso- llegó deformado a su cuerpo porque se interpuso alguna superficie en el camino.
Agregaron que esa bala fue disparada por el arma que tenía esa noche el imputado. Sin embargo, los sabuesos no pudieron confirmar que la bala que atravesó el rostro de Franco fuera esa misma, y mucho menos si era de una arma 9 milímetros, que es la que usan los policías.
El Jefe de Policía Científica, José Vega, la oficial a cargo del operativo el día del hecho, Lucía Martínez y el experto que peritó el arma del acusado, Gustavo Micha, declararon durante casi dos horas ante el tribunal compuesto por Julio Mila, Víctor Comeglio y Lilia Vila.
Durante ese lapso, las contradicciones y las confusiones estuvieron a la orden del día. Incluso, por algunos momentos la audiencia hasta se tornó insólita, provocando el enojo de Comeglio.
En contra del imputado, se comentó que era sospechoso apenas ocurrido el hecho. El mismo Vega aseguró que cuando llegó a la escena le ordenaron que secuestrara su arma reglamentaria.
En tanto que Micha, fue contundente y afirmó que era categórico e indudable que el proyectil que fue extraído de la cabeza de Johana Flores, había sido disparado por el arma secuestrada.
Pero no todas fueron malas para el acusado. Los peritos no pudieron establecer con certeza la distancia desde donde se efectuó el disparo, ni mucho menos qué calibre hirió al joven.
Puedo descartar qué calibre no fue, pero no puedo asegurar con certeza si fue un calibre 9 milímetros, explicó Vega.
El debate continuará mañana con una larga lista de testigos, entre ellos, algunos jóvenes que estuvieron en la fiesta y los médicos que le realizaron la necropsia a la víctima fatal.
Por el momento son pocas las pruebas certeras en contra del acusado en referencia al crimen, aunque sí se podría revelar que la bala que disparó el uniformado hirió a Johana Flores.
Esto, haría disminuir considerablemente la pena, ya que por el primer caso, el efectivo está acusado de homicidio agravado por ser miembro de la fuerza, y en por el segundo, por lesiones graves todo en concurso real-.
El proceso parece ser largo y por el momento nada está dicho. Claro está que las primeras audiencias parecieran haber sido a pedido de la defensa.