May Day: la reivindicación del Día del Trabajador en EE.UU.
Aunque en este país no se celebre, el movimiento de indignados local, conocido como Occupy Wall Street, llamó a una huelga general con el objetivo de luchar contra la desigualdad social y la brecha económica.
Como en muchas cuestiones, Estados Unidos parece ir a contramano del mundo y en lo que hace a reivindicaciones laborales, no se queda atrás. Aunque pueda sonar paradójico, en el país que fue cuna de la revuelta de la Plaza Haymarket en reclamo de la jornada laboral de ocho horas y que vio nacer a los Mártires de Chicago como íconos de la clase obrera, el Día del Trabajo (Labor Day) no se celebra el 1 de mayo, sino el primer lunes de septiembre.
Esto se debe a que en 1887, un año después de la revuelta, el presidente Grover Cleveland consideró que homenajear a los activistas condenados a muerte por su justo reclamo iba a contribuir a reforzar el socialismo en ascenso. A 126 años de los sucesos de Chicago, el movimiento de los indignados conocido como Occupy Wall Street -nacido bajo la inspiración de la Primavera Árabe y el 15-M español- llamó a una huelga general en solidaridad con los trabajadores del mundo, entendiendo que la lucha contra la desigualdad social y económica sigue más vigente que nunca.
La lista de reivindicaciones es larga y no se ajusta específicamente a los derechos de los trabajadores, ni a la jornada laboral de ocho horas. Sin embargo, la cuestión de fondo es la misma: Somos el 99 % que no va a tolerar la corrupción y el enriquecimiento del 1%.
George Engel, uno de los Mártires de Chicago, decía, en 1886, ante el Tribunal que lo condenó a muerte: En esta República Libre, en el país más rico de la tierra, hay muchos obreros que no tienen lugar en el banquete de la vida y que como parias sociales arrastran una vida miserable. ¿En qué consiste mi crimen? En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que mientras unos amontonen millones, otros caigan en la degradación y la miseria. Sus leyes están en oposición con las de la naturaleza y mediante ellas se roba a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar.
La economía estadounidense atraviesa momentos difíciles desde 2008, cuando -al igual que en varios países desarrollados- comenzó a vislumbrarse que las recetas del llamado Consenso de Washington mostraban sus falencias. Al peso financiero de las dos guerras de Afganistán e Irak se sumó la grave crisis crediticia e hipotecaria, impulsada por el estallido de la burbuja inmobiliaria y un dólar anormalmente bajo, que hicieron inevitable la caída de grandes bancos y entidades como Lehman Brothers, Fannie Mae y Freddie Mac.
La recesión de la economía dejaba en off-side al American Way of life -estilo de vida norteamericano- y acentuaba sus contradicciones. A un desempleo del 8,3 %, se sumó la pérdida de miles de viviendas y el deterioro de los principales indicadores sociales.
El descontento contra la administración del presidente Barack Obama y los altos poderes de Wall Street, más la baja sindicalización -que en EE.UU. es del 12 % frente al 30% de Europa Occidental-, dio lugar al surgimiento de movimientos como Occupy -espontáneos, apartidarios y sin líderes identificables-, que adoptan el nombre de la ciudad en la que hacen base: Occupy Wall Street, Occupy Chicago, Occupy Los Ángeles, etc.
El objetivo de este May Day es dar un significativo apoyo al movimiento sindical y obrero en Estados Unidos y manifestarse a favor de los derechos de los inmigrantes e indocumentados, mediante un paro total de actividades. No a la escuela, ni al trabajo, ni al shopping, ni a los bancos. Cierre total de las ciudades, es el lema de la convocatoria.
Las principales reivindicaciones son: justicia económica, social y ambiental; libertades civiles, equidad de género y derechos de los trabajadores; reconocer la vivienda, educación y atención sanitaria como derechos humanos básicos; mostrar el descontento contra el sistema corrupto y manifestarse contra el desempleo, las ejecuciones hipotecarias ilegales, los bajos salarios y los altos impuestos.
Mientras los medios de comunicación del país del norte están centrados en los comicios presidenciales de noviembre próximo, y demócratas y republicanos se juegan sus últimas fichas pre-electorales, otra batalla, la del descontento, se libra en las calles, donde trabajadores de más de 115 ciudades de todo el país celebrarán su día y alzarán sus voces en sintonía con un reclamo global.