Raquel Blas le declaró la guerra al Gobierno: este jueves, la más combativa de los gremialistas estatales tuvo un día de furia con los funcionarios y prometió represalias.
Raquel Blas le declaró la guerra al Gobierno: este jueves, la más combativa de los gremialistas estatales tuvo un día de furia con los funcionarios y prometió represalias.
La jornada se inició con una protesta de ATE por haber sido excluido de la mesa paritaria de los municipales: el gremio marchó hasta Casa de Gobierno e hizo un piquete en calle Peltier interrumpiendo el tránsito e incendiando cubiertas.
El Gobierno decidió restringir el ingreso al edificio y Blas prometió quedarse hasta ser atendida por algún funcionario. Cerca de las 13 la secretaria general de ATE junto al número dos del sindicato, Roberto Macho, fueron recibidos en el tercer piso de Casa de Gobierno (en la sala de periodistas Mariano Moreno) por el coordinador de la mesa paritaria, Rubén Boris, y la Subsecretaria de Relaciones Institucionales, Fernanda Lacoste.
Allí terminó de desatarse la ira de Blas: descontenta con los resultados del encuentro, se fue a los gritos por los pasillos del edificio advirtiendo que iba a reventar al gobierno.
Muy enojada, la gremialista llegó hasta el ingreso por calle Peltier (donde la aguardaban los manifestantes), tomó el megáfono e informó a sus compañeros de la falta de buenas noticias.
Vamos a seguir luchando, arengó Blas, que convocó a una nueva protesta para el viernes, antes de lanzar su advertencia final: Lo vamos a ir a buscar a la casa.