Fue su cuarta visita a la provincia y esta vez lo hizo en compañía de la banda completa (percusión y contrabajo), más un cuarteto de cuerdas. Con esta formación que le permite vestir sus canciones presentó Miniatura, su segundo álbum solista.
Teniendo en cuenta la dimensión de la sala, el público que asistió fue proporcional a un artista que aún transita por los bordes y que no hace de su música un producto complaciente. Más bien todo lo contrario. Por suerte.
Pero con Lucio Mantel no es una cuestión de espacio. Por momentos da la sensación de que es un encantador de atmósferas. Alguien que va llenando el aire con su particular timbre de voz y el decir de unos versos reveladores. Y así va pintando con música momentos de variados colores. A veces cálidos, otros vibrantes como un cuadro expresionista.
El concierto pasó por ahí y con el soporte de los músicos que lo acompañaron trascurrieron con memorable interpretación canciones de su primer trabajo discográfico, Nictógrafo (como Otoño o Refugio, que cerró el bis de la noche), y todas las canciones de Miniatura. Algunas hasta cinematográficas como Solar o Polka Mar.
Y si algo faltaba, la parición en escena del dúo Orozco Barrientos fue el verdadero lujito de la noche. Ver a Mantel compartir una tonada con esos dos grandes de la música popular, sin lugar a dudas, se convirtió en uno de esos momentos para grabar en la retina.