El horror detrás de un macrojuicio en Francia: el caso de Gisèle Pélicot
Gisèle Pélicot enfrenta a sus agresores en juicio y revela detalles estremecedores de los abusos sexuales. El crimen que impactó a Francia y al mundo entero.
El horror detrás de un macrojuicio en Francia: el caso de Gisèle Pélicot
Foto: AP Photo/Lewis Joly
En un tribunal de Aviñón, Francia, se desarrolla un megajuicio que conmociona al país y al mundo. Gisèle Pélicot, de 71 años, se convirtió en el rostro visible de una lucha por la justicia y la verdad. Durante casi una década, Pélicot fue drogada por su entonces esposo, Dominique Pélicot, para ser violada por más de cincuenta hombres mientras ella permanecía inconsciente. "La policía me salvó la vida investigando el ordenador del señor P", afirmó Gisèle en su primera audiencia, refiriéndose a su exmarido, a quien ella misma ha calificado como "uno de los mayores criminales sexuales de los últimos 20 años".
El juicio no sólo involucra a Dominique Pélicot, sino también a los hombres que participaron en los actos de violencia sexual, muchos de ellos reclutados a través de internet. Durante las sesiones del juicio, Gisèle hizo un llamado a que el proceso sea público: "Hablo por todas estas mujeres que están drogadas y que no lo saben [...] para que ninguna mujer más tenga que soportar la sumisión química". Su valentía al declarar con el rostro descubierto se convirtió en un símbolo de resistencia frente a la violencia sexual y la manipulación.
El horror detrás de un macrojuicio en Francia: el caso de Gisèle Pélicot | Dominique Pelicot, principal acusado
El inicio de una espantosa verdad
Los testimonios en el juicio revelaron una serie de horrores que parecen sacados de una pesadilla. El 2 de noviembre de 2020, Dominique Pélicot fue denunciado por sacar fotos de las entrepiernas de mujeres en un centro comercial. A raíz de esta denuncia, la policía registró su teléfono y su computadora y descubrió miles de videos y fotos de mujeres desnudas, además de las violaciones a su mujer mientras estaba inconsciente. Los investigadores citaron a Gisèle, y ahí le contaron todo el material que habían encontrado en los dispositivos de su esposo. "He pasado casi todo el día en la comisaría. Tu padre me drogaba para violarme con desconocidos. Tuve que ver fotos", le contó la víctima a una de sus hijas.
Pélicot describió su vida amorosa con Dominique Pélicot como “clásica” en apariencia, sin señales evidentes de lo que luego descubriría. Al hacer una mirada retrospectiva, se dio cuenta que su marido en varias ocasiones tuvo comportamientos extraños. Desde la propuesta de Dominique de visitar un club de swingers, hasta la actitud esquiva de su marido en los momentos de intimidad. En los últimos dos años de la relación, la mujer mencionó que Dominique parecía preocupado y evitaba mirarla a los ojos durante los encuentros sexuales consentidos dentro del matrimonio.
Testimonios desgarradores de una serie de abusos sexuales
A medida que vanzaron las declaraciones, se fueron conociendo más detalles estremecedores. El horror también se extendió a los nietos de Gisèle, quienes, según Céline (hija del acusado), perdieron su inocencia al ser testigos de comportamientos inadecuados de su abuelo. En una ocasión, Dominique les pidió a sus nietas que se desnudaran a cambio de caramelos, un episodio que marcó el último verano que la familia pasó junta.
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El horror detrás de un macrojuicio en Francia: el caso de Gisèle Pélicot | Gisèle junto a su hija
Por su parte, la víctima también recordó que las investigaciones de la policía llegaron hasta un hecho traumático que vivió su, ahora, exesposo y posiblemente le dejó graves secuelas psicológicas. Dominique Pélicot fue forzado a presenciar un abuso sexual en su entorno familiar cuando tenía apenas 9 años. Añadió también que el que fuera su marido trabajaba en una obra y fue víctima de una violación en grupo durante la cual sus compañeros le infligieron “novatadas”, agarrándolo para poner su cara en el sexo de la víctima. “Tal vez deberíamos haberlo ayudado”, lamentó.
El juicio continúa en Aviñón, y el mundo observa cómo se desenvuelven los testimonios que podrían sentar un precedente importante en la lucha contra la violencia de género y la protección de los derechos de las víctimas. Gisèle Pélicot y su familia esperan que esta experiencia les permita, de alguna manera, comenzar de nuevo y sanar las profundas heridas de estos años de abusos. "Hoy empiezo de cero, salvo que solo me queda mi jubilación para vivir", concluyó Gisèle./Infobae.