Importación

Tecnología: productos en falta y precios en alza en Mendoza

Notebooks, insumos, celulares y hasta baterías tienen stocks al límite. Cómo impacta la suba de aranceles en algunas marcas importadas de tecnología en Mendoza.

Por Miguel Ángel Flores

¿Cómo afecta la suba de aranceles a productos importados en Mendoza? ¿Qué se consigue y qué no, y a qué precios? La última decisión del Gobierno nacional se hace sentir tanto notebooks y tablets, como también en insumos y repuestos, con faltantes, cupos y precios en alza. Pero no es el único sector en problemas: costos en dólares y las trabas a la importación también ponen al límite a usuarios de otro tipo de tecnología como la telefonía celular e incluso el transporte eléctrico.

Un panorama ya de por sí difícil en este marzo que ya se despide estuvo marcado por una alícuota que trepó al 16%, el doble del valor vigente hasta ahora para los importados.

"Tanto en las casas de informática como en grandes cadenas hay una retracción dramática de la oferta de algunas marcas importadas, al mismo tiempo que se intenta sustituírlas por productos de ensamblado nacional", detalla Juan Pablo Raimondo, de la Cámara de Informáticos de Mendoza.

Como suele ocurrir, por ese traslado forzoso de la demanda también los precios de las nacionales están moviéndose.

Según Raimondo "es buena la intención del Gobierno de sustituir importaciones, pero dentro de su cadena de ensamblado han sufrido modificaciones. Por su parte, también el mayorista o reseller (revendedor) está adoptando la política de "sentarse" arriba de la mercadería para ver qué pasa a futuro".

"Compus" más caras y con cupos

Entre la reflexión y el consejo, para Raimondo se da "la clásica profecía autocumplida, porque todos contribuimos para esa realidad. Con inestabilidad cambiaria y suba de precios no es el mejor momento de salir a comprar tecnología, si evaluar y comparar precios", en referencia a los faltantes y suba sostenida en un rubro con insumos dolarizados.

Ni siquiera dispositivos y accesorios escapan al contexto de faltantes y precios en ascenso constante. De hecho, una conocida plataforma comercial ofrece un stock acotado de pendrives en hasta $25 mil, prácticamente 3 veces el valor vigente el año pasado.

Marcas como Dell, HP y Lenovo están en el podio de las complicadas a la hora de satisfacer la demanda de notebooks y tablets, y obviamente más caras. De acuerdo a un relevamiento de la Cámara de Informática de Mendoza, el rango de subas es amplio y oscila entre el 25% y el 75% en el precio final, según la marca y sus características.

Pero entre las cadenas que comercializan electro y tecnología relativizan la situación.

"Más allá de lo que pase con la suba de aranceles, los stocks escasean sobre todo por los permisos de importación que autoriza el Gobierno. En cuanto a los costos, si hay subas se trasladan directamente al precio final", reconocen desde una de las sucursales más concurridas de Frávega en el Gran Mendoza.

La cadena cuenta con fabricación propia, una ventaja a la que atribuyen cierta estabilidad en los costos de insumos como plaquetas de TV y también algunos celulares. Y si bien algunos modelos ya superan largamente los $590 mil, en Frávega defienden su política de precios y garantizan que "desde principios de año no se ajustaron más del 6%".

Sin embargo, nadie puede negar que la comercialización se hace en función de cupos: un distribuidor zonal que disponía de 200 unidades por estos días pone a la venta alrededor del 10% de ese stock, con el consecuente impacto en los valores al público.

De monopatines a celulares: un mercado distorsionado

El auge del transporte sustentable tampoco se mantiene al margen de las complicaciones. De hecho, para los usuarios de los monopatines eléctricos que ya están integrados a la postal del tránsito urbano a esta altura es un dolor de cabeza salir a buscar repuestos.

Así lo reconoce Gustavo, dueño de uno que define como un modelo básico frente a otros. Con una autonomía similar, su costo aproximado es de unos $150.000, aunque su valor de compra o reventa no es el problema, sino los insumos.

"El tema es que tengo que cambiarle la batería. Y no se consigue por menos de 400 dólares. Es decir, me sale más cara que todo el monopatín", resume Gustavo resignado.

Aunque la situación viene de arrastre desde hace tiempo, tratar de conseguir accesorios de algunos modelos de media y alta gama de smartphones es otro ejemplo de cómo el problema se agudizó.

La última versión del Samsung A53, un teléfono que ronda por éstos días un precio promocional de $124 mil (su valor de lista llega a $164 mil) es un caso ilustrativo. Cada kit viene sólo con cable y desprovisto de cargador, que el cliente debe comprar por su cuenta algún proveedor oficial o no.

Después de comprar el suyo, Daniela también asume que no tiene opción. Y cuenta que "en algunos lugares me cobran hasta $16 mil y en uno 6 mil, pero no tienen. Voy a tener que esperar, que vamos a hacer. Estamos en Argentina".

Sin embargo, en puntos de venta masivos aseguran que marcas como Motorola y Samsung tiene un surtido muy amplio. Y que a pesar de que la situación dista mucho de ser la ideal, hay mercado para todo.

"En éstas épocas es común decir que la gente no tiene plata para gastar. Pero con el lanzamiento del S 23 Ultra de Samsung, un modelo de $600 mil, se vendieron 60 unidades sólo en una sucursal", repasa el gerente de una de las cadenas más conocidas.

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