Mercados y dólar, un respiro que apenas duro 24 horas para el gobierno
El dólar oficial perforó la banda y el BCRA intervino con ventas por 53 millones de dólares, mientras caen los bonos y el riesgo país supera los 1.200 puntos.
El respiro con los mercados le duró apenas 24 horas al Gobierno de Javier Milei y al equipo de Luis Caputo. La jornada cambiaria del miércoles dejó una señal de alerta en los mercados financieros argentinos. Por primera vez desde la implementación del esquema de bandas de flotación, el dólar oficial perforó el techo establecido.
El Banco Central (BCRA) se vio obligado a vender reservas para contener la escalada, un punto de inflexión en la dinámica del mercado cambiario que encendió nuevamente el debate sobre la solidez de la estrategia oficial.
El dólar mayorista, referencia central para el comercio exterior y las operaciones financieras, cerró a $1.474,50, con un aumento de $5,50 respecto de la jornada anterior. Según la información oficial, el BCRA intervino con ventas por 53 millones de dólares, monto superior al que había estimado el propio mercado en un primer momento. De esta manera, la entidad retomó su rol vendedor después de cinco meses, ya que no colocaba divisas desde el 11 de abril, cuando se instauró el mecanismo de flotación sucia.
El movimiento se produjo en un contexto de alta tensión. A media mañana apareció en la plaza una oferta de 10 millones de dólares a $1.474,50, lo que generó versiones encontradas acerca de si se trataba de una orden directa del Central. Horas más tarde se confirmó que la operación había sido entre privados, pero la confusión anticipó lo que vendría: hacia la tarde, la autoridad monetaria colocó órdenes por un volumen mayor al inicialmente percibido. Al cierre, el dato oficial disipó las dudas: se trató de u$s53 millones, mientras que las posiciones de oferta llegaron a rozar los u$s1.000 millones.
El episodio tuvo un efecto inmediato sobre los activos financieros. Los bonos soberanos en dólares registraron fuertes caídas en Wall Street, encabezadas por el Global 2041 (-4,3%) y el Global 2038 (-4,1%). También retrocedieron con fuerza el Bonar 2035 (-3,8%) y el Bonar 2041 (-3,7%). En paralelo, el riesgo país volvió a escalar y superó los 1.200 puntos básicos, reflejando la desconfianza de los inversores respecto de la capacidad del Estado para cumplir con los próximos vencimientos.
El retroceso de los títulos públicos corrigió en apenas 24 horas el repunte que habían tenido el martes, profundizando una tendencia de debilidad que acentúa las preocupaciones sobre la capacidad de acumular reservas y aleja la posibilidad de lograr un refinanciamiento de la deuda en el corto plazo.
La mayoría de los bonos soberanos acumulan pérdidas de dos dígitos en lo que va del año, síntoma de la volatilidad macroeconómica y de la incertidumbre que rodea a la política económica del Gobierno.
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Los mercados mostraron su preocupación por la política económica argentina. El dólar rompió el techo mientras acciones y bonos se derrumban.
Impacto en acciones y títulos
El efecto negativo también alcanzó a las acciones locales y a los ADRs de compañías argentinas que cotizan en Nueva York. Los ADRs cerraron con predominio de bajas, con Edenor (-4%), Central Puerto (-3,4%), Pampa Energía (-2,7%) y Loma Negra (-2,6%) entre las más afectadas. En la Bolsa porteña, el S&P Merval retrocedió un 0,3% en pesos y un 1,4% en dólares, presionado por la suba del dólar contado con liquidación.
Los analistas coincidieron al cierre de la jornada en que la dinámica fue particularmente adversa: incluso la baja de 25 puntos básicos en la tasa de interés de referencia de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que en otras circunstancias podría haber generado alivio en los emergentes, no logró impulsar a los activos argentinos. Por el contrario, la venta de reservas por parte del BCRA intensificó el pesimismo.
Un esquema bajo prueba
La irrupción del Banco Central en el mercado reabre el debate sobre la sostenibilidad del esquema de bandas, en un día en que la entidad también intervino en el mercado de futuros, particularmente en los contratos de septiembre de 2025 y de mayo y junio de 2026, con el objetivo de evitar un deslizamiento brusco de las expectativas. Pese a ello, la señal fue interpretada como un retroceso en la política de no intervención anunciada en abril.
El interrogante central es cuánto podrá sostenerse la estrategia sin erosionar de manera significativa el stock de reservas. Como advirtió un informe de la consultora IEB, "la clave para los próximos días será verificar si los privados continúan colocando órdenes de venta, sabiendo que el BCRA defenderá la banda, y al mismo tiempo monitorear si la demanda de divisas se intensifica". El mismo reporte subrayó que, aunque 53 millones de dólares no es un monto alarmante en sí mismo, sí lo es el hecho de que se trató de la primera intervención formal en este nuevo régimen.