Cómo fue el 2022: comercio, turismo y construcción
Ese estancamiento se percibió en el comercio, uno de los que tracciona habitualmente la economía. Se lo atribuye a la inflación y la falta de financiamiento acorde.
De acuerdo al estudio "hubo una recuperación lenta de ventas en supermercados, y mayor en bienes de consumo durable, usual en una reactivación. Sorprende el fuerte aumento en combustibles, por precios rezagados, y bajas ventas de autos 0 km, donde juegan en contra sus altos precios y la escasez en créditos prendarios".
En general, sin estacionalidad, los resultados no fueron buenos. Negocios minoristas y supermercados se estancaron, y otros, como centros comerciales y shoppings, tuvieron caída de ventas durante el segundo semestre del año pasado.
Otro motor histórico de la economía de Mendoza es el turismo. Un sector que, aunque repuntó fuerte tras la pandemia (la cantidad de viajeros estuvo cerca del pico de 2019), sin los picos estacionales de visitantes mostró una merma del flujo en el último semestre del 2022.
En ese contexto, el origen mostró que los visitantes chilenos perdieron terreno frente a los brasileros.
"En 2022 hubo 25% menos de vuelos nacionales a Mendoza, y 35% en internacionales, que son los que se recuperan más lentamente", señala el análisis del IERAL al interpretar el comportamiento de un año marcado por el programa Previaje y, al principio, un bajo nivel de viajes al exterior.
Una foto parecida se ve en la construcción. El 2022 marcó una recuperación (similar a 2015) y una merma posterior de la actividad, aunque la privada traccionó más que la pública.
Sin embargo, la incertidumbre pareció jugar a favor de la construcción privada, dado que, para Reyes y Day "en estos tiempos, el cepo cambiario le juega a favor. Deja entrampado en el país a los fondos de empresas, y con escasas alternativas de inversión, varias optan por destinar sus fondos a los “ladrillos”.
La composición muestra que en Mendoza, un 76% de las obras en construcción son privadas, que terminaron en alza. El 24% restante de obra pública, tras una marcada caída, repuntó levemente.
Petróleo, agro y vinos: un año complejo
En el caso de la actividad petrolera durante 2022 continuó la tendencia negativa de los últimos años. Mendoza, en cuanto a producción, está "planchada" frente a las provincias patagónicas y mucho tiene que ver el auge de recursos no convencionales.
"En Argentina hay dos mundos petroleros: Vaca Muerta en Neuquén, creciendo a ritmo espectacular, y el resto de las provincias petroleras, en baja. En Mendoza, la cuenca norte tiene yacimientos maduros, de bajísimos rendimientos. En el país, juegan en contra el bajo precio local del crudo y un dólar oficial rezagado", observa el estudio, que distingue la realidad de la extracción de la de la refinación.
En este sentido, se notó una mejoría asociada al mayor consumo de combustibles en la provincia y en el país, que favoreció la recuperación económica. Aunque deriva en un atraso de precios frente a la inflación general.
Con contadas excepciones como la del ajo (que logró mejores valores en Brasil, su principal mercado), por su parte, el agro tuvo un peor 2022, y se aleja cada vez más de un año considerado exitoso como 2013.
"Hubo menores cosechas, tanto en uvas como en frutas, asociadas al clima adverso, menos inversiones en las fincas y a disminución constante en la superficie cultivadas. Con mejores precios, tampoco contribuyó un dólar oficial rezagado".
Para la industria vitivinícola resultó un ciclo complejo, con altibajos.
Es que, por un lado, cayeron las exportaciones (en volúmen y también precios, por un dólar oficial más barato). En el mercado interno, mejoraron las ventas porque los precios superaron a la inflación, y en cantidad los vinos varietales compensaron la caída de los genéricos.
Pese a que la tonelada se cotizó mejor en el mundo, el mosto también tuvo una caída, afectado por la menor materia prima disponible.
Cómo les puede ir en 2023
Conocido el escenario del año pasado ¿cómo le puede ir al comercio este año?.
Pese a que la perspectiva de los economistas del IERAL replica la falta de crecimiento del 2022, también prevé "en el mejor de los casos un leve incremento".
La explicación es la actividad comercial es un termómetro de la marcha de la economía, la cual para los expertos seguirá planchada en 2023. "A favor está el dólar oficial que posiblemente se rezague, como mecanismo para controlar la inflación. Esa medida desalienta las ventas al mercado externo", precisan.
Luego de un año pasado que dejó un sabor agridulce, el turismo abordó un 2023 con señales favorables y otras no tanto.
Entre las primeras está el hecho de que Mendoza recupere vuelos y frecuencias, sobre todo en rutas internacionales. Además, el sector ya no cuenta con el Previaje, que generó un movimiento importante en los dos últimos años.
En contra del turismo receptivo (sin Previaje y menos flujo de extranjeros) el escenario promete más turismo emisivo.
Para los economistas del IERAL, "aunque el emisivo compite con Mendoza subsisten dudas sobre el poder de compra de los argentinos. En cuanto a turistas extranjeros, les juega a favor el poder pagar con un dólar más caro, utilizando tarjetas".
El pronóstico para la construcción anticipa que el mix puede invertirse. O sea, se prevé un 2023 con más obra pública e interrogantes acerca de la dinámica de la construcción privada.
"En un periodo de elecciones para gobernador, es usual que se destinen más fondos para la construcción pública. Aunque a nivel nacional, estará el dilema “más obra pública (elecciones) vs menos (control de la inflación)”, acota el análisis.
¿Y las obras privadas?. En un año dominado por estancamiento habrá menos recursos, y la política antiinflacionaria puede acarrear mayores tasas de interés, además del "riesgo de la inestabilidad cambiaria. Oscilaciones en el dólar no oficial no alientan a invertir en ladrillos".
Del petróleo al vino: otro mal año
Para 2023, en extracción petrolera, no se esperan cambios en su tendencia bajista. Continuará el problema estructural de los yacimientos maduros, el dólar oficial continuaría rezagado, y el precio local del crudo seguiría por debajo del internacional (si éste disminuye significativamente, no subiría el local).
En cuanto a su industrialización (refino de comustibles), surgen dudas. Un posible estancamiento de la economía impactaría en el consumo también.
Posiblemente, 2023 sea otro mal año para el agro. Para concluír ese panorama se tiene en cuenta la más pobre vendimia en décadas ( por heladas y granizo), y una similar en frutas (ya habían sido bajas el año pasado).
Además, se mantiene el problema del dólar oficial rezagado con respecto a la inflación. A inicios de 2023 no mejoraban los precios pagados por Brasil. En el mercado interno, no son alentadoras sus perspectivas, dado el estancamiento en la actividad económica.
En el caso puntual del negocio de vinos se espera que el 2023 también sea complejo.
Se pronostica una muy baja cosecha de uvas (23% menor), en un contexto de stocks vínicos no tan altos. Además, no se podrá compensar con importación de vinos. Para las bodegas exportadoras, es un periodo de altos costos de materia prima, y con un dólar oficial que reduce la competitividad argentina.
También preocupa el mercado interno, debido al posible estancamiento de la actividad económica.