-El fútbol, de manera muy natural. De chiquito le pegaba para afuera y la pelota entraba. Era algo que me salía fácil, con la música soy más laburador. Mi vieja contaba que de chiquito estaba todo el día con la pelota. En mi casa teníamos un espacio que se utilizaba como comedor, mi vieja no había comprado las mesas y lo usábamos como una cancha. El día que mi vieja compró los muebles fue el día más triste de mi vida.
Francia 98 - La Fábrica de Canciones (Full Álbum)
-¿Dónde empezaste a jugar?
-En Trelew empecé en un club de barrio que se llama Los Aromos, que se terminó afiliando a la CAI de Comodoro Rivadavia, y esa filial, que tenía más alcance, me permitió jugarme una fichita en el fútbol.
-Lo curioso en tu camino es que llegás primero a la Selección Sub 17 que a River.
-Fue medio atípico, en el Sur no tenemos tanto alcance. Un día mi viejo me levantó y me dijo: “Flaco, están probando jugadores en la cancha de Racing de Trelew y está Tocalli con Tojo”. Mi viejo me levantó con ese mensaje de ir a divertirme un rato. En eso mis viejos estuvieron pillos, fueron más compañeros, Eso me ayudó mucho. Caí en la cancha y ese día, ponele que salimos 7-1 e hice 10 goles... Estaba inspiradísimo. Terminó el partido, Tocalli cruzó la cancha y se puso a hablar con nuestro técnico. Y sentí esa corazonada de que le gusté, uno quiere enamorar, es tu pasión. Ese día fue el día en el que se me abrió la puerta para venir a la selección Sub 17 y más tarde River.
-Y por lo que mostrabas en la Selección, te llevó a prueba el Liverpool...
-Fue algo muy loco, porque son saltos muy grandes. Fui, hice como una mini prueba, anduve bien, pero nunca terminé de entender si era para quedarme o no. Volví y me dije “paremos la mano, empecemos en un lugar cercano a mi casa”.
-¿Cómo fue ese viaje?
-No estás preparado, más por el tipo de vida que llevaba en el Sur. Allá dormimos la siesta, miramos el atardecer, somos pibes tranquilos, con otro ritmo, y el ritmo de Buenos Aires, de los compañeros con los que jugaba, que venían más formados, era diferente. No es fácil la adaptación, tenés que adaptarte rápido o te quedás afuera. Lo vivía con estrés, pero a los 17 años te da el cuero para todo. Ya de grande te ponés más analítico. Me decían en Liverpool, “está Gerrard”, y pensás, ¿Gerrard? En la AFA también, entrás a Ezeiza con la selección y ves los cuadros, las habitaciones... La AFA es como el Hogwarts de los futbolistas. Fue hermoso.
-¿Y cómo se dio el pase a River?
-La Selección fue la llave para que pudiera llegar a River. Tenía que buscar un atajo más corto que Liverpool, y la oportunidad fue ir a River, a través de la Selección. River fue mi primera gran casa.
-El proceso para llegar a Primera de River también fue corto, de apenas unos meses.
-Fue algo muy fugaz. Llegué a la Quinta de River, me acuerdo de un técnico divino, que fue Ricardo Valiño. Habré hecho diez partidos, y ya me subieron a Reserva. Y en Reserva, de pretemporada en Mar del Plata, fuimos a hacer un amistoso con la Primera. Cuando terminó vi que Passarella fue a hablar con el técnico, fue parecido a lo que me pasó en la Selección, por cómo había jugado, estaba convencido de que le iba a decir algo de mí. Y me avisaron: “Te quieren en la concentración en el Costa Galana”. Armé el bolsito y me cambié.
-¿Cómo sobrellevaste ese cambio tan abrupto de aterrizar en la primera de River?
-Llegué regalado, con el bolso, tipo provinciano. Desde el primer momento que te sentás en una mesa con ellos, con los referentes, empezás a aprender, a charlar. Entrás en esa vorágine del profesionalismo. Yo los veía en el póster al Burrito Ortega, al Muñeco Gallardo, todo River. Y en ese momento los tenía ahí.
-En tu currículum podés poner todos los nombres con los que jugaste en River. Recién nombraste a Ortega, Gallardo, Falcao. Y en la Selección juvenil tenés a muchos más para sumar.
-Tuve suerte, me tocó una camada de jugadores que fueron ídolos. Encontrar un Ortega, un Gallardo(ídolos en Rievr), un Riquelme (ídolo en Boca); esos jugadores ya no abundan. Tuve la suerte de compartir cancha y vestuario con esos locos. En la Selección, con el Kun Agüero, Papu Gómez, Juan Forlín. Con Di María estuve en el Sub 20 en un amistoso en el Monumental, no compartimos mucho en la selección. Con Papu y Kun compartimos más, el primer año y medio, dos años, los preparativos para el Sudamericano con la selección Sub 17. Son con los que más estuve.
¿Tocabas tú música para la selección en Ezeiza?
-Sí, obvio. Llevaba la guitarra a la concentración y me pedían que tocara, sobre todo las canciones de moda. Arranca corazones de Ataque 77, algún himno popular, buena música, algo de Los Auténticos Decadentes. Era eso, buscar canciones que nos divirtieran, música de la buena, je.
-En ese Sudamericano con la selección Sub 17 de 2005 en Venezuela tenían un lindo plantel, pero el equipo no pasó primera ronda. ¿Por qué?
-Son campeonatos muy cortitos, tenés tres partidos para demostrar, ganar, entrar bien. Y pasa que empatás uno o perdés, ganás otro y no te alcanza. Son torneos asesinos, bravos, porque si no entrás bien, la pasás mal. Es lo que nos pasó. Era la ilusión de defender los colores. Había ido Maradona para hacer una arenga, fue todo muy emotivo.
-¿Cómo fue eso de la arenga de Maradona?
-Diego fue al partido mismo, en el estadio se hablaba de que iba a estar, como un rumor. Y justo en un momento antes de salir a la cancha se ve que viene escoltado entre varios. Se metió en el medio del grupo, hicimos una ronda, lo abrazamos. No recuerdo todo lo que dijo, pero fue emotivo, algunos lloraban. Fue muy como era él, una arenga bien del Diego antes de salir a jugar con la selección.
-¿Las lesiones conspiraron contra tus chances de instalarte en River?
-Al principio, por no haber hecho todas las Inferiores en River, hizo que cuando vine a Buenos Aires me encontrara con un ritmo muy fuerte. Cuando fui a Europa había encontrado ya la marcha, y después se dieron algunas cosas personales que hicieron que la mochila estuviera más pesada, y me seguí lesionando. Y ahí vi que no me daba el cuerpo, mi cuerpo estaba sufriendo. Y eso hizo que pensara en un retiro temprano. Me retiré a los 27, era joven. La idea no era retirarme temprano. Uno arranca para darle con todo, el fútbol sigue siendo mi pasión, sigo jugando con mis amigos, pero en la vida van pasando cosas, y hubo algunas determinantes, que fueron marcando la línea. Y el tema de las lesiones fue la punta del iceberg. Te hace decir “no puedo levantarme y tener las rodillas así”. No tengo cuentas pendientes con el fútbol, porque le saqué el jugo y la pasé bien.
-Fue increíble, porque tuve que empezar de cero. River me dejó libre, primero me fui a África, a Túnez. Me dijeron: “Hay un equipo en Túnez que te quiere”. Me llevó un representante, terminó siendo una situación bizarra, llegué y no eran las condiciones que me habían dicho. Yo necesitaba encontrar una nueva casa. Y apareció esta oportunidad, que no se me terminó dando.
-¿Bizarro en qué sentido?
-Me dijeron “vas a un equipo, te está esperando, te quieren, vas a ser el enganche, vas a estar un año y de ahí vas a ir a Europa”. Para mí era agua en el desierto, no tenía dónde jugar. Pero llegué y era como la película de Francella, “Un Argentino en Nueva York”. No entendía el lugar, era difícil cómo jugaban, todo pelotazo. Yo, flaquito, no paré una. Estuve a punto de dejar. Volví a la Argentina y de la nada apareció un loco que me dijo: “Te vi jugar en River, tengo una propuesta para Italia, al Brescia”.
12x2 Juan Ignacio Antonio
-En Sampdoria eran varios argentinos.
-Chiquito (Romero), Maxi (López), (Mauro) Icardi, (Fernando) Tissone... Después vino Bergessio, aunque compartimos poco tiempo. Muchos argentinos. Allá te acercás a los sudamericanos o argentinos, compartís el mate, el asado, la música, el “che, boludo”, la forma de hablar. Cosas que te hacen volver a tu tierra. Se arman los picados sudamericanos contra europeos; armaban lindos contra feos. Todo tipo de picados temáticos.
¿Por qué Francia 98?
-Teníamos que buscar un nombre que nos representara. Y fueron dos los motivos. Primero, somos muy futboleros. Francia 98 fue el primer Mundial en el que tuvimos uso de razón. Tenía 10 años, fue un antes y un después. A cualquier pibe lo marca un Mundial. Nos identificó eso. Y la pregunta que nos hacíamos era, “che, hoy toca Francia 98″. Y suena bien.
-Pero además le adosaron un toque temático, usan ropa de la Selección para tocar.
-Algunos caraduras vienen como si fueran jugadores de la Selección, no se confundan, somos músicos, je. Encontramos una temática copada, ir a ver un show de la banda tiene su costado futbolero, no nos podíamos esconder atrás de la pelota. La música y el fútbol son primos. El fútbol es de la mañana, la música es de la noche, pero estamos intentando unir los dos mundos con Francia 98.
-¿Qué tipo de música hacen? ¿Cómo definirías a la banda?
-Hacemos música popular. El género no es algo que nos haya importado. Escuchás y tiene ADN argento, hay algo de pop, rock, algunas cositas del indie... Pero vos escuchás y decís “esto es una banda argentina”. Estamos juntos desde hace dos años y medio. Tocamos en el Roxy, en Niceto, en el Hard Rock Café de Puerto Madero, y el show debut fue en una cancha de fútbol. A nuestro manager se le ocurrió ir a una cancha de fútbol y fuimos, firmes, vestidos de la Selección y encarando con nuestra música.
¿Reversionaron la canción del Mundial de Italia 90?
-Teníamos que encontrar algo que uniera todo, nuestro pasado. Un estate italiana fue la mejor canción de los Mundiales. Hicimos una reversión con nuestra música y estamos ansiosos por salir a la cancha. Estamos preparando un videoclip.
-¿Quién es el Maradona o Messi de la música?
-Sin dudas, Charly García, para la música nuestra y la del mundo. Y después muchos, como Fito Páez, Calamaro; Spinetta, codo a codo con Charly, genios de la música..
-¿Y quién es el Juan Antonio de la música?
-Yo estoy recién arrancando, no me puedo comparar con alguien. Quizá con un tiempo más de trayectoria me anime, por ahora soy el Pipino Cuevas (River) de la música.