El caso no tiene detenidos

La historia de maltrato del menor que fue asesinado en Las Heras

Suárez terminó muerto luego de recibir un impacto de bala en la clavícula derecha mientras se encontraba, aparentemente, afuera de una casa en las inmediaciones de Alsina y Tres de Febrero, en el barrio Pucará. Una mujer lo llevó al Hospital Carrillo pero llegó sin signos vitales. 

El caso quedó en manos del fiscal Carlos Torres, de Homicidios, y lo que se trata de establecer por estas horas es saber en qué lugar lo mataron y quién fue el autor del disparo. Mientras la investigación avanza con la toma de declaraciones de algunos testigos, los vecinos que conocían a la víctima fatal contaron cómo vivía. 

"Al Angelito lo golpeaban mucho", comenzó a decir Hugo, un vecino. "El padre vive en el Santa -por el barrio Santa Teresita, situado a pocas cuadras del Pucará- y lo venía a buscar al barrio. Siempre a los gritos y le pegaba".

El "Huevo", como conocían a la víctima, solía pasar las tardes jugando con otros chicos en un descampado ubicado en la barriada. "Se ponía a jugar en el campito con otros niños y aparecía el padre a los gritos buscándolo. Lo correteaba y cuando lo encontraba le pegaba piñas y patadas", explicó el mismo hombre. 

Si bien los vecinos apuntaron al progenitor, creyendo que podría ser el autor, esa versión quedó casi descartada ya que se encuentra en el penal desde hace tiempo, explicaron. Misma situación vive la madre de Ángel, Vanesa Soledad Suárez, quien está detenida desde el 18 de diciembre del año pasado por una causa que se le inició por abandonar a sus ocho hijos. 

Por ese motivo es que el "Huevo" se la pasaba prácticamente todo el día en la calle. Si bien un abuelo vivía en calle Azcuénaga de Las Heras, nadie se hacía cargo del pequeño. "El padre le gritaba hijo de puta mientras lo buscaba por la calle y una vez que le pegaba patadas le tuve que decir que parara", relató el vecino. 

El chico de 13 años, según contaron los presentes, era obligado por su padre para que trabaje a esa corta edad. "Se lo llevaba al centro para vender estampitas y andaba por calle Las Heras, la General Paz y la Alameda. Lo hacía pedir en las mesas", aseguraron. 

"Las veces que lo venía a buscar era porque el padre no tenía plata y lo mandaba a trabajar. A veces el nene no conseguía dinero y entonces no volvía hasta las dos de la mañana porque tenía miedo. Le tenía terror al padre porque además tenía adicción con el Poxiran", aseguraron los vecinos mientras se lamentaban por lo ocurrido.  

Hasta el momento, no hay detenidos por el homicidio pero sí tres personas demoradas para saber algunas situaciones particulares. Ahora trabajan para identificar quién fue el autor del disparo que terminó con la vida del chico. Al parecer, fue ultimado con una pistola 9 milímetros y realizaron una medida en la casa de la mujer que lo encontró en la calle porque querían determinar dónde lo asesinaron. 


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