Suicidio en Mendoza: estado de situación
En el último informe especial sobre Intentos de Suicidios en Mendoza hasta la semana epidemiológica N°53, entre junio y diciembre del 2023 se notificaron 330 casos. Si bien el suicidio es una problemática, mayormente, relacionada a problemas de salud mental, lo cierto es que diversos factores pueden incidir en la comisión de estos eventos. Ya sean de índole social, económica, de violencia o cultural.
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Suicidio infanto-juvenil: cuáles son las principales causas y qué se puede hacer para ayudar
En diálogo con Sitio Andino, el psicólogo y docente universitario Walter Motilla detalló cómo incide cada uno de esos factores en una persona:
- Factores socioeconómicos: El desempleo, la pobreza, la falta de oportunidades y la inestabilidad económica pueden generar niveles elevados de estrés y desesperanza, que aumentan el riesgo de suicidio.
- Factores ambientales, sociales y culturales: La presión por cumplir expectativas sociales o culturales, especialmente en adolescentes y jóvenes, puede generar sentimientos de fracaso y aislamiento. Nuestra sociedad actual muestra altos niveles de competitividad, rechazo o estigma hacia la salud mental, todo lo cual también agrava la problemática.
- Violencia y acoso: El bullying, tanto físico como cibernético, es un factor de riesgo muy importante en niños y adolescentes. Las experiencias de violencia, abuso o maltrato también pueden desencadenar pensamientos suicidas.
- Aislamiento social: La falta de una red de apoyo sólida, la soledad y el aislamiento, ya sea autoimpuesto o debido a factores externos, pueden influir fuertemente en el desarrollo de ideas suicidas.
- Acceso a medios letales: En entornos donde hay fácil acceso a armas o sustancias letales, el riesgo de suicidio aumenta, ya que esto facilita la ejecución de un intento impulsivo.
Suicidio infanto-juvenil: cuáles son las causas
El pasado 10 de septiembre, el Ministerio de Salud presentó el Programa Provincial de Abordaje de la Problemática del Suicidio y explicaron lo imperativo de comenzar a trabajar sobre esta problemática. Esto se debe a que, en la provincia, aún no hay estadísticas claras de intentos de suicidio ni de casos consumados.
Según explicaron, esto se debe a que existe cierto tabú en la sociedad al momento de hablar de esos eventos. Ante este escenario, hablar y visibilizar es fundamental para poder tratarla con tiempo. En ello coincide Motilla, quien asegura que “romper el silencio que rodea este tema es una oportunidad para tender la mano a quienes están luchando en la oscuridad”.
Las alarmas se encendieron entre las autoridades al constatar que hay una elevada cantidad de casos notificados en las edades tempranas, particularmente desde los 14 años en adelante. En un informe realizado por Unicef en 2019, llamado “El suicido en la adolescencia. Situación en Argentina”, se informa que estos eventos son la segunda causa de muerte en la franja de 10 a 19 años.
De acuerdo con el psicólogo consultado por este medio, entre los niños y adolescentes, los motivos de intento de suicidio “suelen ser complejos y multifactoriales”. Los más usuales, aunque no los únicos, son los siguientes:
- Problemas familiares: Conflictos familiares graves, violencia doméstica, falta de comunicación y apoyo en el hogar, o experiencias de separación de los padres pueden generar altos niveles de angustia.
- Bullying y acoso escolar: El acoso físico, emocional o cibernético es uno de los factores más significativos entre jóvenes. El bullying crea un entorno de inseguridad y soledad, llevándolos a sentimientos de desesperanza.
- Presión social y académica: Muchos jóvenes se sienten sobrepasados por las expectativas sociales, escolares o familiares, lo que puede generar un fuerte malestar emocional.
- Problemas de identidad: La confusión sobre la identidad sexual, la orientación de género o la pertenencia a un grupo social puede llevar a sentimientos de no encajar o ser rechazados, desencadenando emociones intensas.
- Trastornos psicológicos: Condiciones como la depresión, la ansiedad o los trastornos de la conducta alimentaria en edades tempranas pueden llevar a intentos de suicidio si no se identifican y tratan a tiempo.
Los efectos de la pandemia en la salud mental de niños y adolescentes
La pandemia por Covid-19 fue un antes y un después en la sociedad. Algunos efectos de la enfermedad y del aislamiento en la salud de las personas no comenzaron a aparecer durante los años más críticos del evento, sino que se manifiestan en la actualidad.
Motilla explica que “la pandemia ha tenido un impacto significativo en la salud mental y, por lo tanto, en el riesgo de suicidio, especialmente entre adolescentes y jóvenes, aumentando dramáticamente la consulta por intentos de suicidio, o suicidios consumados”.
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Suicidio infanto-juvenil: cuáles son las principales causas y qué se puede hacer para ayudar
Uno de los efectos más relevantes destacados por el psicólogo fue el aislamiento social: “Las restricciones, el confinamiento y la falta de interacción social contribuyeron a aumentar el aislamiento y la soledad, factores de riesgo clave para el suicidio”, puntualiza.
A ello se suma un incremento en la ansiedad y la depresión a causa de la “incertidumbre sobre el futuro, la pérdida de seres queridos, el miedo a la enfermedad y las dificultades económicas”.
Durante aquella época, especialmente con las medidas de confinamiento obligatorio, la interrupción de rutinas y servicios como el acceso a la educación o a servicios de salud mental tuvo un impacto por demás negativo. De acuerdo con el psicólogo, “para muchos jóvenes, la escuela es un lugar seguro donde pueden recibir apoyo, y la falta de acceso a servicios de atención psicológica complicó la identificación y tratamiento de problemas graves”.
Ligado a este factor, Motilla añade la “sobrecarga familiar”. “El estrés generado por la convivencia forzada, la pérdida de ingresos y la incertidumbre aumentaron los conflictos familiares, exacerbando problemas emocionales en los miembros más jóvenes de la familia”, detalla.
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Prevención del suicidio infanto-juvenil: “escucha activa” y “apoyo”, el vital rol de los padres
La familia es el primer vínculo de un individuo con la sociedad, donde comenzará a desarrollar su personalidad y emocionalidad. Por este motivo, el rol activo de los padres es fundamental para la prevención del suicidio y la comprensión de qué es lo que está atravesando cada niño, niña o adolescente afectado.
De esta forma, se podrá no solo reforzar el vínculo de confianza entre progenitor/a e hijo/a, sino también reconocer cuándo se debe buscar ayuda.
En este sentido, Motilla asegura que el “apoyo y contención” de este círculo es fundamental. “La clave está en la comunicación sincera, la empatía y el acceso a recursos profesionales para brindar el apoyo necesario en momentos críticos”, añade.
Prevenir el suicidio infanto-juvenil: consejos para madres y padres
- Escuchar sin juzgar: Motilla resalta que es “esencial que la persona en riesgo sienta que puede hablar abiertamente sobre sus pensamientos y emociones sin miedo a ser juzgada o castigada. Escuchar activamente y mostrar empatía puede ser muy reconfortante y continente”.
- Buscar ayuda profesional: “No se debe tratar de enfrentar esta situación solos. Es importante que la persona reciba ayuda de un psicólogo o psiquiatra. Por otro lado, el acompañamiento terapéutico es clave para manejar pensamientos suicidas”, expresa.
- Crear un entorno de apoyo emocional: Fomentar una relación de confianza, donde el hijo o la persona en riesgo sienta que puede recurrir a sus seres queridos para hablar de sus preocupaciones. En este aspecto, el psicólogo aclara que no solo se trata de “aconsejar”, sino “de estar presente y disponible”.
- Identificar señales de alerta: “Los padres deben aprender a reconocer los signos tempranos de que algo no anda bien: cambios de comportamiento, aislamiento, comentarios sobre el sentido de la vida o la muerte, y otros indicadores de malestar emocional”, continúa.
- Abrir el diálogo sobre el suicidio: Uno de los principales motivos que agrava el suicidio es el silencio en torno a esta problemática. Al respecto, Motilla reconoce que puede ser difícil abordar el tema, pero “hablar abiertamente sobre ello no genera el deseo de suicidarse. Al contrario, al preguntar de manera clara y directa, los padres pueden crear un espacio seguro donde sus hijos se sientan validados y comprendidos”.
- Fortalecer las redes de apoyo: “Aparte de la familia, es importante involucrar a amigos, maestros o mentores de confianza para crear un entorno seguro donde la persona se sienta apoyada”, completa.
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Suicidio infanto-juvenil: cuáles son las principales causas y qué se puede hacer para ayudar
Prevención del Suicidio: líneas de asistencia
Línea 148, opción 0:
Para toda la comunidad se encuentra habilitada la Línea 148, opción 0, que también es atendida por especialistas en salud mental para acompañamiento y asesoramiento, todos los días de 8 a 20.
Centro de Asistencia al Suicida en Argentina:
El Centro de Atención al Suicida (CAS) atiende en diferentes horarios, de forma anónima, gratuita y voluntaria.
Contacto: 135 (línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires) | (011) 5275-1135 o 0800 345 1435 (desde todo el país). | CAS Mendoza: 0800 8000 135 (teléfono fijo); (+549) 261 557 0314 (WhatsApp, solo llamadas); 2622 540 949 (Guardia, llamadas comunes, fines de semana y feriados); @cas.mendoza.1 (Instagram).
Línea 102:
Niños, niñas y adolescentes cuentan con la Línea 102, a la que pueden llamar todos los días a cualquier hora, es decir que está disponible las 24 horas los 7 días de la semana.
En esta línea serán escuchados por un profesional de la salud para contener, orientar, asesorar sobre alguna situación que esté atravesando el niño o la niña.